31 de diciembre de 2015

Entierros

Si, voy a hacer algo tralladisimo, voy a ponerme a escribir sobre este años horas antes de que se termine. Bueno, más allá de lo consabido, de lo bueno y malo, y de todas esas reflexiones boludas y levemente cursis que esta época nos inspira. este año enterré algo.
No, una persona no, curiosamente no murió nadie que yo quisiera por primera vez en algún tiempo largo. Sino que hago un balance diferente, y es que me di cuenta que a lo largo de este año enterré algo, lo enterré lo suficientemente abajo como para que los efectos de eso se sintieran todo el tiempo.
La gran pregunta es qué, sinceramente no lo sé.
¿Qué puede hacer que pase un año ladrando en vez de hablando?
¿Qué puede hacer que me la agarre con todos como una nena caprichosa, literalmente?
¿Qué puede llevarme a sentirme mucho mejor sola que acompañada?
¿Qué puede hacer que cambie tanto, o como mínimo que sienta que cambie tanto?
¿Qué puede llevarme a mirar para atrás tan poco y tan demasiado para adelante?
¿Qué pudo hacer que me pierda?
Y quizás lo más jodido..¿Cómo puedo hacer para encontrarme?
Los fines de año vienen con todo: respuestas preguntas y alguna que otra esperanza de que las cosas y las personas cambien.
Ojala que tengan un año feliz, infeliz, loco, tranquilo, difícil y fácil, y que puedan ver algunos de los cambios que esperan ver, y hacer los que consideren necesarios. Salud!

26 de diciembre de 2015

Culpables

Escribo esto porque quiero que admitas tu culpabilidad, cosa que dudo que ya hayas hecho. Esta bien, sé que no te conozco mucho, pero ya pasaron 9 meses de todo, y como un hijo, estuve pariendo en mi cerebro esto, que quiero decirte y que sepas, para que te bajes de tus ponis imaginarios.
Quiero que sepas que no me da miedo admitir que yo también tuve la culpa, que estoy empapada en culpa y en errores, que tome medidas que salieron mal, no como se esperaba. Quiero también que sepas que si me tocará volverlo a hacer todo lo haría una y mil veces, porque no me da miedo quedar hasta los tobillos si eso se requiere para una buena causa. Y ser una buena amiga es una buena causa.
Y es que todo salió mal, nada como lo esperabamos. Vos podes pararte y señalarme, no voy a mosquearme, podes señalar a M diciendo que fue una manipuladora, que jugó con los sentimientos de tu hija, y con la distancia de todo lo que pasó, hoy te reconozco que yo pienso lo mismo. Pero no pienses que podes zafar.
Porque hay un hecho bastante simple que parece que te olvidas y es que asi como vos conoces a tu sangre, yo también conozco a tu hija, y de toda la vida, y hay algo que te afirmo con todas las letras: no es la clase de persona que se puede manipular fácil. En realidad, es todo lo opuesto, es la clase de persona que tiene todo excesivamente claro y que le importa muy poco ser la que desentona, o las opiniones ajenas, es alguien fuerte que no se deja soplar por los vientos fácilmente.
Y eso nos deja como conclusión que si ella no es manipulable, entonces estaba manipulable, estaba en un momento donde era débil y por eso la lograron convencer de algunas cosas que en otro momento habría dicho que no. Y eso es tu culpa. No te excuses, porque todos somos solamente la consecuencia de nuestros papás, y ahí voy a señalar con un dedo índice y sin temblar a vos y a tu marido, porque ustedes son culpables de dos cosas:
1. De no merecer la confianza de su hija. Cuando somos chicos nuestros viejos son el comienzo y el final del mundo, cuando crecemos los empezamos a poner a prueba, y les toca ganarse nuestra confianza y nuestro reconocimento. Puede parecerte boludo, pero si tu propia hija tiene miedo de hablar con vos, es porque estás haciendo algo mal como madre. Y no, no tengo hijos y no soy quien para juzgar, pero sé eso porque después de que todo saliera mal, después de que los planes se cagaran lo primero que hice y que quise hacer fue decirselo a mis viejos, fue contar con ellos para que me ayuden a salir de mis quilombos, como cuando era chica. Y no me decepcionaron, así como jamás lo habían hecho.
2. Este en mi opinión fue el más grave de sus errores: no darse cuenta. No se dieron cuenta de nada, no supieron leer en su hija que vivía bajo su techo algo tan simple como el miedo, como la angustia, como los nervios y las ansiedades, como todo aquello que pasaba por su cabeza en ese momento, que con sólo mirarla dos veces capaz lo habrían evitado todo, con solamente intentar preguntarle como estaba, generar algo que los relacione, ver como estaba. Pero no, no lo hicieron, no supieron leer un puto sentimiento, alentando así a que todos esos sentimientos se oculten bajo una capa de ¿indiferencia? ¿apatía? no sé, tampoco me importa. Ustedes fallaron, fallaron fenomenalmente al no saber entender o intuir que algo le pasaba a la razón de sus vidas.
Es por eso que hoy me paro y miro adelante, y no me arrepiento. La única cosa que me puede doler es el hecho de haberle quitado a mi amiga de años un refugio seguro: mi casa. Porque sé que las cosas cambiaron y quiero vivir con eso a cada paso, porque quiero creer que podemos coexistir, aunque admito que la arrogancia que demostraron me repugna. porque todo cambió y reconozco al fin a todos los culpables, y eso sin duda los incluye.

16 de diciembre de 2015

Un solo paso

Los finales de año nos incitan a hacer balances, a pedir disculpas, a retractarnos o a sentirnos orgullosos de todas las cosas que hicimos en un periodo increíblemente largo de 12 meses. Como si fuera posible, ¿Quién puede hacer algo así? Si ya de por si nos cuesta acordarnos que hicimos la semana pasada, de repente nos va a surgir mágicamente la lista de cosas que hicimos "bien" o "mal", como si algo en esta vida estuviera impermeabilizado y libre de una de esas características, cuando no.
Pero hay cierta nostalgia que parece teñir nuestra sangre en el maldito mes de diciembre, que nos hace acordarnos de todas las personas que no están, de todo lo que perdimos, y que nos hace opacar cualquier logro conseguido, sin importar que tan grande fue en realidad.
Por tanto y no por menos, puedo decir que mi conclusión de este año es que la soledad está más presente en nuestras vidas de lo que pensamos. Fue un año solitario, sin que por eso haya sido un año malo ni mucho menos.
Este fue el año donde realmente entendí la soledad, la comprendí en cada una de sus fases, desde aquellas donde sos simplemente feliz de estar solo, donde te sentís libre, hasta aquellas donde te planteas que sin duda querrías estar acompañada, y no lo estás, y en ese momento tenés la certeza de que incluso si tenes al lado ese mágico aparatito que te permitiría romperle las bolas a todos los que conoces, al final no vas a llamar a nadie porque lo más bello de estar solo es que no estás forzando a nadie a nada. No haces que otros te padezcan, no más silencios incómodos porque de repente todos los silencios son cómodos, y eso es inexplicablemente bueno, porque te da paz, porque entendés todas las diferentes fases de cada silencio, porque descubrís o reforzás la locura hermosa de hablar sola, de imaginarte mil voces que al no ser reales no contestan más que lo que vos querrías que dijeran. Y es ahí donde comprendes al 100% el carácter de isla que nos subyace, porque todos somos como islas que tienen puentes para conectarse, que los construyen y los desarman a voluntad, que van y vienen, que toman decisiones y se arrepienten o las mantienen, pero que entienden que al final del día solo queda una opinión que importe, y una versión de los hechos: la propia.
Por eso, por muy importantes que sean los otros en nuestro archipiélago, entre cada decisión que queremos o tenemos que tomar y el momento donde estamos ahora queda un sólo paso, y ese paso es sólo nuestro.

3 de diciembre de 2015

Finales imperfectos

Las decepciones duelen, hacen pelota, porque nos obligan a cambiar los planes que teníamos. No sé porque será que las personas nos la pasamos soñando con finales perfectos, si sabemos que nunca son así, pero nos encanta.
Y arrancamos el libro esperando que todos terminen vivos, y miramos la novela soñando con que la protagonista se chape al bombón, y esperamos a cada segundo que las cosas mejoren. ¿Basados en qué? Si en la vida cada vez que algo malo pasa suelen seguirle cosas más malas. 
Estamos más que calados por las lluvias inesperadas, los errores boludos, las certezas que ignoramos hasta que alguien viene y nos pega una cachetada en la cara. Sabemos que es así. 
Pero no, en la fantasía encontramos eso que nos falta en vida, en las cosas que nadie nos dijo, que nos son ajenas, que nos son lejanas, que nos permiten escapar. Odio escapar, y vivo haciéndolo. No, no es cierto, amo escapar, me encanta dejarme ir en todo lo que sé que no puede pasar, en las ideas más locas y rebuscadas. Odio volver. 
Volver es bajarse de la calesita, es dejar de girar, es ponerlo todo en perspectiva, es armar lo que podemos con lo que tenemos. Es no decir "¿Y sí?". Porque ya lo sabemos, todos podríamos serlo todo, absolutamente todo si tuviéramos aquello o esto, si hubiéramos estado cuando esto pasó, si las situaciones salieran de nuestra cabeza seríamos los superheroes de nuestros cuentos sin duda. Pero no pasa.
Todos tenemos algo de algo, algo de lo que nos enorgullecemos, algo que escondemos, algo que desearíamos poder esconder, algo que cambiaríamos pero no lo hacemos, algo que cambiamos y muchas cosas más. Porque estamos llenos de cosas, llenos de otras personas, llenos de vidas que nos traspasan a cada instante, que nos duelen o que nos despiertan. 
Hoy brindo desde acá por esos finales que nos avispan, porque como alguien que admiro dijo: 
"Decía que los puntos finales facilitan la vida a la gente. Los puntos aparte y los suspensivos incrementan la inteligencia." Albert Espinosa.
Por eso, gracias a esos finales que nos matan y nos obligan a resucitarnos, que nos hacen seguir forzándonos a parar, y a recomenzar. 

2 de diciembre de 2015

Fer

En general cuando quiero escribir sobre alguien le pongo un sobrenombre, le hago una máscara para que lo que diga de esa persona yo sola sepa que va dirigido a esta. Pero la cosa es que de alguna forma me siento mal poniéndote un apodo a vos, que con todos esos líos te metiste por un milisegundo en mi mundo y de alguna forma me dejaste una huella pequeña, casi borrable. Tampoco entiendo muy bien que espero escribiendo esto, usualmente cuando le escribo a alguien sin contárselo espero sacármelo de la cabeza, y funciona, pero algo me dice que con vos no voy a poder. Eso está por convertirse en un problema.
Analicemos los hechos: me caes bien, sos gracioso, simple y copado. Creo que te caí bien aunque no lo puedo asegurar, y me gustaría verte serio alguna vez, y decirte algo profundo. Siento que sabrías que hacer. Siento que nunca te jodió que sea una gritona y una exagerada, que vos también lo sos.
Siento que podríamos caminarnos toda la plata riendo, que podrías tomar mates, que nunca me abandonarías si hay jamón casero de por medio.
Pero como la mayor parte de las cosas que siento, es algo que no puedo saber. Creo confiar en mí lo suficiente para seguir mis instintos cada vez que aparecen, pero no sé que sos, no sos intuición ni camino, sos humano calculo. Y por arte de magia no te estoy imaginando como un superman con campera reversible, sino que más te veo como alguien que puede sonreirle a cada día aunque duela.
Cuando todos los sueños vienen a enredarse en tu pelo y a llevarte lejos, algo de vos es tan jodido y real que los espanta y te quedas acá conmigo. Te falta tanto de galán de novela que hasta es gracioso, es irónico, sarcástico y feliz.
Me das gracias, me das ganas de abrazarte, y hasta capaz de robarte un beso, me das ganas de contarte toda mi vida y escuchar las tuyas, acostados un domingo temprano, sin ganas de movernos. Sos la clase de persona con la que puedo crear mil ritos, de esas rutinas que hacen la vida bella, que nos dejan ser y nos reafirman en cada paso.
Te quiero así, arquitecto loco, insomne caminante que se hace el despistado pero que nunca se pierde, chabón que escucha folk, genio de los cablecitos que a mí me desbandan la cabeza, persona que se diferencia en mil cosas de mí, persona que espero que pueda venir a preguntarme qué quiero de esta vida.
Porque ¿Qué quiero de esta vida? Sin duda mucho más que a vos, que no sos nada más que una ilusión rara y loca disfrazada de humano común y corriente. Quiero todo lo que tengo, y no sé si tanto más, quiero más tardes en mi casa, mirando el viento correr por las cortinas, quiero más plazas verdes, más vida vibrando en cada esquina, quiero más de esta cuidad bella, más de mí , más de vos, más de cada ser que me rodea, quiero más y más. Porque tengo todo, y aunque serías la perfecta frutilla de mi postre, y aunque sonriéndote me pasaría una tarde, hoy la vida me toca el hombro y me dice que hay obligaciones, que hay recreos, que hay amigos, que hay historias.
El mundo me llama, no me puedo quedar, no me hagas irme, vení a visitarme, mejor no vengas, no porque te lo pido yo. Y quién te dice, capaz mañana te toca ser un septiembre imprudente, porque nadie puede negar que todo lo imprudente pasa en septiembre.

27 de noviembre de 2015

Volveremos

A veces la vida machaca, agota, desaloja, cansa, nos deja pensar que las cosas se terminan o que ya no tenemos energía. Y ahí vamos nosotros, convencidos de que estamos hechos pelota y que bajo ninguna circunstancia podemos pararnos de nuevo. Pero de repente algo llega y se choca con nosotros, nos impacta, no importa realmente si es una canción, un encuentro, una película o una frase, o cualquier cosa con el suficiente poder para hacernos pensar que algo cambió desde que apareció.
Los finales de año son difíciles y jodidos, asique a ponerle ganas y a abrir los ojos esperando todos esos encuentros locos y raros que de alguna forma se cruzaron en nuestra vida.
Amemos la muerte tanto como a la vida. amemos amar y odiar, repartir sentimientos a lo loco con la esperanza de que rebote le peguemos a alguna alma apática que va cabizbaja huyendo de sus verdades.
Porque a veces no está nada mal dispararnos a mansalva, caernos hondo, llegar lejos para saber que podemos, ver el final de un camino y volver, pegar ese salto con impulso que nos retrasó hace mucho pero que hoy es lo único que nos permite seguir. Dejarse caer es leve, es complicado porque todo el tiempo la única cosa que podemos pensar es si vamos a encontrar algo al final del camino ese, si vamos a poder volver, si nos vamos a perder, si vamos a conocer algo más luego de lo que estamos esperando. Pero de alguna forma loca, es la mejor forma de seguir el camino que en realidad queremos, y como hijos pródigos podemos volver siempre a los brazos de lo que conocimos toda la vida.
A volver a soñar, porque no quiero vivir en mundo que no sueña

10 de noviembre de 2015

Disparar

Tengo el arma cargada desde hace mucho. Mucho más de lo que incluso recuerdo, porque todos traemos cargas que no son nuestras. La tengo ahí, y me costó mucho encontrar la fuerza necesaria para dispararla, me tomó una vida, me tomó mi vida.
Y de repente un día cada mínima partícula de fuerza que me quedaba adentro se liberó, y como si pudiera ver una imagen mucho más completa de todo, me sentí en condiciones de aceptar mucho, de reconciliarme con cosas que llevaba adentro. Lo sigo haciendo, porque como todo camino no es simple, pero es caminable, es variable, es inmenso y es pequeño.
Por todo eso, un día empecé a disparar. De golpe todo el miedo contenido, todo ese temor de lastimar al otro se borró, se borró de mí, de todo lo que conocía. Y descubrí algo que estuvo ahí siempre, pero que yo había dejado pasar.
Descubrí ese costado hostil de todos, de la vida. Y tomé como punto de partida el hecho de no dejar que nadie más parezca, ante mis ojos, carente del poder que se necesita para lastimar, porque todos tenemos un arma adentro y a veces la hacemos explotar. La única diferencia es contra quién.
Yo disparo, a quemarropa y sin un solo remordimiento, cual agente entrenado para matar sin mirar a quien. Voy a hacer que cualquiera caiga, no voy a luchar contra mí.
Es un buen momento para irse, porque las cosas no van a ponerse mejor a partir de ahora, todos lo sabemos. Puedo predecir que no voy a volver más calmada o más dócil. Incluso, siento que solamente estoy comenzando a disparar. Tengo la sensación de que sé exactamente como hacerlo, donde duele, y que la diferencia entre una bala en la pierna o en el corazón la manejo yo. O lo que esté detrás de mí, no me interesa que sea.
Siento que sé adonde voy, y que soy un puercoespín hoy más que nunca. Insisto, es el momento ideal para correrse a un costado, porque mis púas van a aumentar y a elegir cada día más.
No me interesa tener garantías, tengo las que necesito.

8 de noviembre de 2015

Dejame

Dejame quedarme acá, quieta, en silencio, caminando sola como un fantasma por una casa vacía que amo en cada vista. Dejame tranquila, lejos de esos quilombos que asaltan la vida y los momentos. Lejos de las hipocresías de la vida cotidiana, de las cosas que las personas nunca cambian. No quiero preocuparme, ni preocuparlos, quiero que cada uno vida la vida que desea y se merece porque la elige, y no soy quien para meterme en medio de eso. No soy quien busca escapar de todo, soy quien necesita escapar, porque no se vivir sino escapo.
Dejame que en el momento más activo de mi vida me tome todas las pausas, que me sosiege, me calme y me centre. Dejame con estos domingos de tarde cuando la realidad cae y como estoy lejos la siento liviana y no me pesa por un rato. Deja que me vaya con la música.
Dejame salir de todo ese circuito donde cada día me enfango más y más los pies, dejame irme. Por un ratito, dejame estar en donde vos estás, en ese oasis de paz querés donde se escucha nada más que lo que se quiere escuchar. Pero no me dejes.
No me dejes irme del todo, porque esta fuente de contradicciones que llamo vida, y personalidad, quiere más conflictos, quiere pelearla. Solamente me lo estoy tomando con calma, porque sé que las cosas recién empiezan a complicarse y no hay chance de que después pare, después quiero hacer, quiero mover, quiero ser algo que desestabiliza de a poco, que concilia, que arranca sonrisas y lágrimas, que ayuda, quiero tener un corazón mil veces más bondadoso que el que tengo hoy latiendo adentro.
Quiero que sepas que las cosas no suelen marchar bien, porque esa es la esencia de todo, y que tenemos que aprender a vivir con eso, que si querés te dejo venir conmigo, un pasito a la vez, acercándonos juntos. Quiero que sepas que sé que tengo más por dar, no quiero gastarlo todo hoy.
Dejame escaparme, subirme a esa escalera desde la que todo se ve menos doloroso, menos real, dejame ser una ilusión leve, que flota con la vida. Dejame que me quede donde me quieran posta, y no en cualquier corazón y menos en cualquier vida. Dejame que esta distancia me mata y me revive, me deja reponerme.

31 de octubre de 2015

Quizás

Y llega el finde, y todavía entro y miro si pusiste algo, con esa esperanza vana de que podamos encontrarnos en otro espacio loco, de que pases findes tan solitarios como yo.
Pero sos un ganador, sos el que rompe la noche aunque se muera por quedarse en casa a mirar una peli, tranqui, con pochoclos y risas. O eso querría que seas, esa persona que llene esas soledades que tanto me gustan. Quisiera que seas ese que viene y que me gusta tanto que te dejo compartir ese rato que era mío, para que sea nuestro. Pero no lo sos.
Vas buscando cosas viejas, cosas nuevas, azules y prestadas, vas buscando una chica que puedas llevar del brazo toda la vida, una simpática que te saque risas, y tan linda que todos tus amigos te feliciten por tenerla en el momento en que ella no los escucha. Vos buscas un sueño tan típico que me da gracia.
Y yo acá, esperando verte un costado diferente, yo quiero el nervio expuesto, que te desnudes de alma más que de cuerpo, que me muestres aquellas heridas y que sepas que no puedo cerrarlas, que no soy una sustituta, que no soy la minita que siempre tuviste. Porque a mí no me jodes, vos tuviste minitas, que te habrán parecido la mismísima mona lisa, y que capaz lo fueron, pero que al final del día todavía esperaron que escribas primero y te pusieron puntos para que te des cuenta de que estaban enojadas.
Y no soy nada de eso, soy más bien la que te manda a la mierda, la que se querría callar eso que piensa pero que te lo pone sobre la mesa igual, con dolor y crudeza incluidos. Es por eso quizás que todavía me quedo mirando series y leyendo, incluso si me ofrecieron "mejores" planes, de esos que incluyen personas y todo. Te lo dije una vez: nunca te voy a tener.
¿Qué será eso que me da intriga de vos? Seguramente que no puedo tenerte, porque al final del día me sale lo de minita que tengo adentro, o capaz..solamente capaz, que me encanta hacerte la contra. A vos y a cualquiera, pero específicamente veo un desafío tan grande en vos, que me encantaría discutirte todo, siempre, querer llevarme la última palabra y que nos peleemos por ella.
Si, sé que tengo que aspirar a estar con alguien me traiga paz y sosiego, pero no puedo evitar buscar una persona que me de tanta bronca como pasión, que me produzca ganas de cambiarla, y termine aceptando.
Lo conflictivo es lo más rico que tenemos, y acá esta personita, que espera al que sé que podes ser si bajaras la guardia, se va a quedar en vela esperando entenderlo todo un poco mejor de mañana.Vos seguí soplando, que vas bien.

28 de octubre de 2015

No regrets

A veces me encantaría poder verme a través de otros ojos, creo que a todos nos pasa. Los ojos ajenos ven más allá de nuestros propios puntos ciegos, y sentir eso por un segundo aunque sea tiene que ser hermoso. Pero no puedo.
No soy capaz de mirar por sobre mi hombro, no estoy en una posición en donde quiera anhelar un pasado (aunque a veces el corazón me traiciona), estoy en la posición que quiero estar. Exactamente yo, con la sonrisa en la cara, las obligaciones en la espalda, la templanza y la desesperanza alternándose en mi cara, con el pasado caminando en frente de mis ojos y dejándolo escapar cada vez. Hay un riesgo, uno muy grande, que es olvidarse de donde vengo y el recorrido que hice hasta acá. Me da miedo: dejar de aprender de mis errores.
Pero después abro los ojos y me siento en la cresta de la ola, en ese desfase óptimo entre todas las hermosas dicótomas de mi vida: No estoy ni muy sola ni muy acompañada, no tengo demasiadas expectativas pero tampoco muy pocas, no tengo demasiado miedo de ser yo pero tampoco lo perdí lo bastante como para cambiar radicalmente. Me siento plena, feliz, llena cada día.
Es algo difícil de creer en mí, justo yo: la experta en quejarse de todo. Pero sí, así como lo digo, cada día arranca nublado y termina con un sol radiante y una brisa fresca.
Estoy muy lejos de tenerlo todo en orden, pero de momento este desorden es todo lo que puedo querer.

20 de octubre de 2015

Profesores 1

Muchas veces, casi siempre, no hablo en clase. Simplemente porque no me siento cómoda hablando delante de muchas personas, porque odio ser observada. Es por eso que en este rinconcito virtual, solo mío, decidí usar un espacio para agradecer a las personas con las que comparto más horas que con mi familia últimamente, a mi profesores/as de la facu, esos que ponen el pecho cada día para que nosotros salgamos con un poco más de armas después de pasar por esta etapa.
Hoy voy a hablar de "Delcu", porque jamás le dije por su apellido real en estos dos años. Delcu es uno de mis profes, y con él que más tiempo curse, ya que lo tengo desde el año pasado en materias anuales. Y en cuestión de un par más de semanas ya no voy a cursar nada más con él.
Es la clase de profesional que le pone ganas a las clases aunque todos lleguemos cansados, con o sin razones, y que sabe leer en nuestras caras cada vez que va demasiado rápido en la explicación, o que no entendemos nada porque nos sobrepasamos de información. A su vez, lo que más admiro de él es la capacidad que tiene para traer a tierra cada tema que nos explica.
Jamás vi a alguien que tenga el envidiable vicio de explicarte a cualquier corriente psicológica de la historia, usando una botella de agua. Y es que esa botella fue el niño piagetiano, fue el objeto de percepción de la Gestalt, fue quizás el inconsciente de Freud, y termino siendo un objeto cultural que percibimos cognitivamente. Lo fue todo. Y gracias a esa botella tan moldeable, y a ese profe tan capaz, puedo decir que me llevo mucho de esas dos materias. Me llevo historias, ejemplos, y conocimiento que como una enredadera queda adherido a toda esta experiencia. Creo que la facultad es eso, es llevarse todo, lo académico y las vivencias ligadas a eso.
Por eso, desde mi rincón tímido, agradezco a esas personas que se levantan cada día y van a formar profesionales, porque no es el trabajo más valorado cuando debería serlo, y porque como alumnos muchas veces nos olvidamos de decir gracias, y con ese olvido parece que nos diera lo mismo tener enfrente a un verdadero docente o un robot que leer los powerpoints tal cual está escritos. Es por eso que admiro su pasión por lo que hacen, y que cada día me encanta un poco más la carrera que elegí.
Simplemente gracias.

9 de septiembre de 2015

"Ese bar" Parte 2

Si este bar hablara, diría tantas cosas. Algunas serían historias viejas, de esas que se dan entre cafés y tangos, con olor a gomina en el aire y un grito atragantado en las palabras. Otras, más nuevas, serían de computadoras y sus teclados que como una percusión infinita, resuenan en todo el lugar, de vecinos que prefieren pagar una merienda a la cuota de wifi, de miradas furtivas y algún amor, que usando uniforme de escuela se escapó un rato más temprano.
Todas son historias, que hacen que el ambiente espeso se llene de sombras que bailan en sus paredes, mientras yo lo miro a Carlos que me alcanza los submarinos. Submarino con lemon pie, para muchos un atracón de azúcar, para vos, el remedio para cualquier corazón roto. Para mí, una rutina, que repito unas 3 veces al año.
No hablamos por un rato, donde sólo se siente el ruido de las cucharas que revuelven el chocolate en la copa alta llena de leche hirviendo. Recuerdo de infancia: la chocolatada caliente, faltan los dibujitos nomas, ¿Y que somos nosotros sino un par de nenes? Que se cuentan secretos, se juntan a jugar, a tomar la leche y se quedan dormidos imaginando historias. Ya quisiéramos que se haga de noche y viniera mamá a decirnos que la cena está lista, que vayamos a comer. Pero los dos sabemos hace mucho que la vida no funciona más así. Somos grandes para tantas cosas, ya no tan chicos para otras.
-Ya sé, soy un boludo, siempre me engancho y me cuelgan, soy un corazón sin ojos, que camina ciego y se va chocando cosas.
-Yo no dije nada.
-Pero lo pensas.
-No te lo voy a negar. Pero estoy cansada de esto, Nacho. No es que no me encante sentarme a tomar submarinos y comer lemon pie, pero no puede ser que cada vez que lo hacemos sea porque una boluda te usó un rato y se fue. necesitas aprender a cuidarte.
-No sirvo para estar solo.
-No digas boludeces, nadie nace con una etiquetita que diga si tiene que estar solo o acompañado.
-Pero no soy como vos, vos sabes vivir así, a mí me cuesta más.
-A veces a mi también me cuesta, la diferencia es que cuando me siento sola me junto con amigos, leo un libro o miro una película, te llamo a vos, o hago algo que me recuerde que tengo una buena vida y no necesito correr atrás del primer tarado que me diga 3 chamuyos.
-¿Entonces yo si hago eso?
-No tan así, pero pasas raspando. La diferencia es que vos sos el que chamuya- Te miro y largo la risa contenida.
Te distendes, te reís, y me preguntas como me va en la facultad.
Charlamos largo rato de cosas que sabemos no importan mucho, lo profundo puede esperar. Miras la hora y son las 8 y media de la noche, las luces llevan rato encendidas, y los amigos de Carlos empiezan a llegar para comer una parrilla con vino y soda.
-¿Te querés quedar a dormir en casa?- Me preguntas tímido, como si fuera la primera vez.
-Depende, ¿Me toca la cama o el sillón?- Digo sonriendo, porque sé la respuesta.
-Alguien tiene que sacar el olor a gato de las sábanas.
Me paró y te pegó un poco demasiado fuerte en el hombro, mientras me río como una tonta, bah, como me río cuando estoy con vos. Me devolvés el golpe, pero más suave, en la panza, y te reís como te reís cuando estas conmigo.
Salimos a la noche fría y empezás a jugar con un paquete de Philip Morris de 10, me miras y te hago un gesto para que me convides uno. Caminamos despacio a la estación, fumando y tarareando canciones que nadie parece saberse, solo nosotros.

"Ese bar" Parte 1

-Negra, me volvió a pasar.
Y así arranca todo de nuevo.. 
-En una hora en lo de Carlos, y no me hagas esperarte, como siempre.
Cortas, yo dejó los apuntes al costado y me apuro a cambiarme, sino vas a llegar primero y me vas a gastar toda la vida. Después de todo fue así como yo te empecé a joder, hace unos años ya, cuando llegaste media hora tarde y te volviste "el que llega siempre tarde" a pesar de que no volvió a pasar.
Salgo apurada de casa, con una mochila llena de apuntes y una muda de ropa porque sé que voy a pasar la noche en tu casa, ayudándote a luchar contra el fantasma del silencio, ese que cambia de nombre con cada noviecita que pegas.
La primera vez fue Erica, y me dijiste que nunca más te ibas a enamorar estúpidamente, que ibas a pensar, siempre pensar... Dejaste de decirlo a la cuarta o quinta chica que te dejó en la lona. A partir de ahí fue: "Son todas unas hijas de puta, no entiendo como sos mujer y no traicionas, sos la única".
No hay nada que me quiebre el corazón como esa frase, si, no traiciono, pero vos amas a esas que te hacen mierda, y yo me siento con cara de boluda a esperarte en el balcón, sabiendo que no vas a llegar.
Tendría que haber cortado este círculo vicioso hace mucho, pero es tu cara, cada vez que me quedo en tu casa después de que alguna otra te desalojo la cama, esa cara que haces antes de dormirte del todo, cuando me miras y me decís: "¿Sabes que sos lo mejor que tengo, no?" Y mi corazón se para, te contesto un cariñoso "Vos sos lo mejor que tengo, negro feo" y te dormís sonriendo cada vez, a pesar de que lloraste a mares ese día. Y yo te miro un rato largo y me duermo en paz, dejando mi infierno personal para resolverlo la mañana siguiente.
Pienso en esto mientras voy con el traqueteo del Roca, que se mueve lento por las vías. Antes de que me de cuenta, llegamos a la estación y es hora de bajarme con el tumulto de personas que también corta acá su recorrido. Veo al tren irse lejos rumbo a Constitución, y camino sin apuro las tres cuadras que me separan del bar de Carlos.
Me acuerdo el primer día que fuimos, hace fácil 7 años. Estábamos peleando por teléfono, porque los dos nos habíamos subido a nuestro respectivo tren y nos dimos cuenta tarde que estábamos yendo en direcciones opuestas. Llegamos a un acuerdo, nos bajamos en la próxima estación que era donde nuestros trenes se iban a cruzar. Y así por azar o destino, terminamos caminando por las calles de Berazategui un viernes a las 4 de la tarde, sin saber adonde ir. Me dejaste elegir y elegí ese tipo restaurant de barrio con mesas cuadradas y buenos tostados. Dos cafés con leche después, nos habíamos puesto al día. Y en eso, vimos a un cincuentón con cara de haber sido galán en su época, que venía donde estábamos, con dos pedazos inmensos de lemon pie. "Invita la casa" y nos miramos, agradecimos y pedimos dos cortados para bajar el merengue, y de alguna forma terminamos charlando hasta las 9 de la noche con ese cincuentón tan simpático que resultó llamarse Carlos, ser el dueño del bar y de un buen par de anécdotas.
Hoy Carlos más que un conocido es un papá, es el primero al que recurro cuando necesito un consejo experimentado, y el que me acompaña a la estación para que no me pase nada, y a pesar de que tengo casi 30 y odio que me cuiden, a él lo dejo. Entré al bar medio derruido y escuche ese "¡Piba!" que me recibe todas y cada una de las veces.
-Si me hubieras avisado les reservaba una mesa- Me dice mirando al recinto vacío, excepto por una pareja de viejos que toman té y comen tarta de manzana.
- Pasa que fue a las apuradas, sino te pedía que me guardes la mesa VIP- Le contesto riéndome.
-¿Otra vez este boludo que no ve la belleza que tiene enfrente?- Me dice en tono cómplice, porque obviamente, él se dio cuenta que me moría por vos desde la primera vez que nos vio juntos.

8 de septiembre de 2015

Rutinas

Como suele suceder, llegó esa hora híbrida en mi vida que siempre está entre las 6 de la tarde y las 9 y media de la noche, es la hora que mi cerebro se rindió hace rato y ya no quiere pensar, que mi cabeza vuela y me dedico a mirar al mundo desde una cama, a veces con un libro al costado, otras con la compu sobre las piernas.
Siempre tuve la inmensa duda de si la inconstancia pesa más que las buenas historias o si solamente estamos un poco perdidos. Lo que si sé es que cada tanto nos encontramos y es genial. Nada es más valorable que encontrarse con gente que va en nuestro camino, incluso si van en direcciones tan opuestas que nos asusta o nos enoja. La cosa es que pasó mis tardes comiendo tostadas, haciendo planes imaginarios para cenas que no planeo cocinar. Y a eso de las 10 de la noche, me dedico a mirar curiosamente los estantes de la bajomesada, comprobando que no hay nada nuevo, que hay un poco menos que antes, y termino por agarrar algún alimento x, que siempre es seco, y que varía entre las harinas y los químicos, pero que seguro no me alimenta en absoluto. Una cena ligera, un tecito mientras hago fuerza para empezar a leer un texto que siempre parece tan aburrido hasta que le agarras la mano, y a veces incluso así sigue siéndolo.
Rutinas si las hay, rutinas que no son iguales nunca, que no merecen el nombre de rutina porque no parecen alcanzar para monotonizar la vida de nadie, pero alcanzan, sobre todo si el frío te sorprende en una noche de primavera y no tenes ganas de moverte, y la hoja en blanco te mira. Pero le decís que no, hoy le toca a la entrada virtual, sólo otra forma más de exponernos hasta salir lastimados, pero virtualmente, asique no cuenta ¿O sí?

1 de septiembre de 2015

Chiquitita

A veces nos empeñamos en ver las cosas de formas cerradas, y eso le pasa hasta al más abierto de mente. Lisa y llanamente, soy una persona demasiado estructurada incluso cuando no lo parece, y eso me protege un poco de mi misma pero otras veces me aleja de las demás personas.
La verdad es que tengo mucho de madre, y aunque hago chistes con eso, tengo que aflojarle un poco y eso es serio. A todos nos pasa que miramos a otra persona casi como si fuera nuestro/a hijo/a.
No soy buena dando explicaciones pero sé que te asfixié un poco, quizás porque esa imagen de nena dulce que das, me la tragué un poco y pensé que necesitabas alguien que te marque los pasos y te lleve de la mano por la vida, y no porque no confie en que vos te sabes cuidar sola, sino porque me da tanto pánico que le erres, me hace tanto mal verte llorar. Y es que mato por vos sin duda, y también muero, porque sos esa persona que me recuerda a mí, y ese narcisismo choto de querer verme reflejada en vos, hizo que no me diera cuenta de que nunca nos parecimos tanto, de que tenes una forma completamente única de ver la vida, y yo también, e incluso si estas coinciden hoy, es imposible que lo hagan siempre.
Por todo eso te pido perdón, tengo que dejar de creerme apta para cuidar a otros, y empezar a cuidarme a mí misma y a pedir ayuda. Y si bien voy a extrañar a esa nena dulce que se reía y que me hacía feliz, prometo aprender paso a paso a respetar a esta adulta joven, tan cercana a mí y tan lejana a la vez, que camina a mi par y no a mi sombra, que es brillante por sí misma y nunca requirió de alguien que la sostenga, que es su propio pilar y salvación.
Sos una de esas personas que sin duda veo transformando al mundo, haciéndolo un lugar mejor para muchos y para todos, tenes largo camino por delante, y vas tan firme que me daría mucho miedo ponerme en tu camino. Suerte en todo lo que hagas negrita, sabes que me tenes ahí, y que aunque no te siga dando órdenes y consejos que no pediste, voy a estar ahí para bancar las caídas cuando estas pasen, que van a pasar.

26 de agosto de 2015

Macuca

Hay cosas que nunca decimos, y hay cosas que nunca dije, y hoy quiero decir. Y me vas a retar y me vas a tirar un discursito de que decir las cosas así no sirve y demás, pero es que pasé un año hablando en vez de escuchando, y si pudiera hoy escucharía en vez de hablar.
Todos somos simplemente lo que somos, esa es mi forma de verlo todo y lo sabes bien. Pero vos sos más de lo que sos, porque cargas ambiciones y sueños, moral fuerte, principios y convicción, que pesan tanto en tu espalda que a veces te pueden tirar para abajo, porque al fin y al cabo todos necesitamos dejar todo de lado un poco a veces. Pero nunca lo haces. Y por eso en algún punto te elegí como persona que va pegada a la definición de ¨Integridad¨.
Esa sos vos, y yo soy la yo que fui y soy. No más que eso, no tantos planes ni tantos cambios, quizás un toque más tranquila pero tampoco la pavada. Pero no voy a hablar de mí porque de eso sabes todo, porque mi egocentrismo hizo que sin darme cuenta, te abrume con una vida que nunca fue la tuya y que por ende no te tocaba entender, y a pesar de eso nunca te quejaste, y por eso sos la persona más bondadosa que vi sobre la faz de la tierra.
Perdón nena, por muchas cosas: por hablar demasiado, por juzgar demasiado, por no enfrentar mis problemas, por rechazar tus consejos aunque eran buenos, por no saber escuchar o ver más allá de mi visión, por tener miedo al cambio y nunca cambiar nada, por hacer que no te sientas libre, por no dejarte ser lo que sos en tu propia casa, por ocupar más lugar en la mesa, por desordenar mucho, por robar cuando podía pedir o comprar, por no hacer nada bien nunca.
Sos una persona querida y me costó poco entender porque, porque sos la mejor hermana que cualquiera puede pedir. Porque jamás entendí porque no eras mi amiga, y hoy lo veo extremadamente obvio aunque ya sea un poco tarde. Porque forcé empatía y corrí límites y no supe respetar tu forma de ver la vida, y me devolviste paciencia para entender la mía. Lisa y llanamente, si el mundo se llena de personas como vos, te aseguro que salvamos al planeta en unas cuantas décadas.
No tengo más que decir, sólo quería sacar un poco mi respeto y admiración por esa persona que fue capaz de sobrevivir a 10 meses de convivencia con el ser más atroz posible para vivir con alguien.

24 de agosto de 2015

Espinas

Soy un ser espinoso, recubierto de diversas armas por si acaso las necesitara, porque salí lastimada muchas veces y simplemente adopté una forma un poco extrema de protección. Y algunos días como hoy me siento a pensar y quiero hablar con alguien pero no encuentro a la persona que necesito, más que nada porque ya hablé con todos sobre esto. Todos lo saben todo y nadie quiere seguir escuchándolo. Ya recibí cada consejo posible:
Me dijeron que dejé de ser así y que empiece a dar amor y a no enojarme tanto.
Me dijeron que simplemente soy así porque no me gusta que los otros se salgan con la suya así nomas, que lo acepte de una vez.
Me dijeron que en realidad no soy tan forra o mala, que no exagere.
Me dijeron que hago bien.
Me dijeron que hago mal.
Me preguntaron si pensaba que podía ser feliz viviendo toda una vida así.

Simplemente no creo saber la respuesta, y obviamente eso me asusta. En mi escala de preocupaciones, conocerme a mi misma siempre estuvo en el podio, porque lo considero la única forma posible de vivir un poco en paz. Pero en ese camino o me perdí o me resigné, o elegí agarrar por acá, no entiendo. La cosa es que no se donde estoy, sé adonde voy pero no sé con quien. Y capaz es solamente una boludez que nadie sabe a ciencia cierta, pero a veces me canso de pensar.
Enojarse es agotador, pero safa, es algo que me libera por unos minutos de todo. El punto es que nunca conocí a alguien tan chispita como yo, tan cambiante como para enojarse hoy, reírse mañana y llorar pasado. Y quiero tener a uno cerca a veces, así nos amamos, nos odiamos y nos permitimos sacarlo todo afuera, juntos. Ni siquiera quiero una amistad, quiero una compañía en esta montaña rusa.
¿Los puercoespines son animales solitarios?

19 de agosto de 2015

Birds

Una vela se quema lentamente al lado mío, mientras escucho a ese ser que siempre me calma, y escucho a lo lejos el agua de la pava hervir. Porque es tarde y es momento de tomar un té y de quedarme callada, lo puedo sentir.
Muchas cosas comienzan esta noche, lo sé porque algo adentro mío me lo dice, y le creo, hoy empiezo a conocer una capa más profunda de una persona que a primeras miras parece quizás un poco todo lo que siempre vemos, pero que estoy segura de que con los años es un ser capaz de dar mucha luz, y es por eso que quiero una amistad de años, o para toda la vida.
También me acuerdo de las cosas que pasan como fuegos artificiales, parecen iluminarlo todo un momento, para después caer y dejarnos solos sentados en la oscuridad. ¿Por qué somos tan complicados? Tenemos que aprender a vivir los momentos lo más puramente posible, a sentir, a llorar como nadie y a pensarlo todo una vez, porque es usualmente nuestro instinto el que es capaz de darnos armas para salir a comernos el mundo.
Tengo que dejar de querer controlar la vida de todos, lo sé, pero es que es tan tentador vivir escribiendo nuestras propias máximas, como ser a la vez San Martín y Merceditas. Un combo.
Y es que todo viene de a combos, por lo menos en esta generación que nació pensando en el número 2, no podemos despegarlo de nuestras aspiraciones. Somos tan estúpidamente binarios como cualquier máquina, con un pequeño plus de ignorancia y de orgullo. Y me doy cuenta que miento, pero es que es tan fácil sentirse solo. Desde el descuento del cine te pide que sean dos, hasta tus papás, hasta tu subconsciente colectivo que parece estar todo el día gritándote que sola no llegas a ningún lado. Y es tan precario ese sentimiento que nos ponemos incómodos con el número 3, es como que lo sentimos por fuera de nuestro control. Si somos dos podemos entendernos, pero ¿Y sí somos 3? Ah no, porque ahí capaz que dos se entienden y el tercero vuelve a sentirse solo.
Siempre solos, pensando que necesitamos de otro que nos complemente tan perfectamente que estaba "diseñado" para ser. En el fondo todos nos pensamos máquinas diseñadas perfectamente para encajar, tanto que si no encontramos a nuestra pieza perfecta, corremos el riesgo de de ser desechados por inútiles.
Es tan agotador buscar a una persona perfecta, al punto de que se escapa nuestra alma y buscamos a ciegas, como las polillas que se chocan todo. Y amaría no ser una polilla, pero sin embargo lo soy, y no se que tan posible es huir de eso.

12 de agosto de 2015

Brisa

Por razones que sobran no puedo llamarte, o hablarte, o pedirte algo o nada. No puedo entenderte completamente aunque desee hacerlo con todas mis fuerzas. No me lo perdonarían aunque yo lo haría, y me importaría tan poco el hecho simple de que no sos más que una brisa que sopla a mi alrededor sin conocerme y sin saber de mi, sin entenderme y sin pensarme. Pero yo te pienso y te veo irte, y me preguntó con bastante frecuencia porque todo el mundo te deja ir.
Seguramente es por el hecho de que nadie te puede frenar, de que estás hecho para alejarte de todo lo que se conecta con vos, porque no entendes de ataduras y muchísimo menos de culpables. Porque sos ese que está siempre y que por no querer perderse nada termina haciendo todo a medias. Anda a negarmelo, si lo veo en tus ojos. A mí no podrías mentirme, por eso no voy a acercarme más, para que no tengas que ver a tu orgullo ponerse de rodillas o para que no me ladres cuando te diga lo que no queres escuchar.
No voy a perseguirte, ni a buscarte, sólo voy a contemplarte a distancia segura, lejos de las luces porque yo no estoy hecha para eso. Y mientras te pavoneas adelante de todos, y mientras buscas algo distinto en los lugares donde sabes bien que vas a encontrar lo mismo de siempre, yo me quedo acá sentada y te veo hundirte lejos. Confió en que sos de los que salen a flote solitos. no me asusta lo que pueda pasarte.
Pero que te quede más que claro, que en otra vida, vos y yo estuvimos juntos nene, y seguro nos fue mal, pero lo probamos, y nos metimos en el barro hasta la cintura, para salir vadeando como pudimos y reconstruirnos de a poco. Sos las lecciones que me faltan todas juntas, y por eso te miro de lejos, te vigilo como una mamá oso que mira que sus cachorros no se caigan. porque sin poder explicar cómo, amo mucho de vos, y vos has amado mucho de mí sin haberme amado nunca.

6 de agosto de 2015

Prima

Hola primita, no te imaginas porque te escribo. Encontré esa carta que me escribiste hace casi 10 años, cuando eramos unas nenas que creían en muchas cosas, cuando ya eramos distintas, porque siempre lo fuimos, pero a pesar de eso nos queríamos montones. ¿Sabés? No te voy a negar que sos mi prima favorita, porque sos mi opuesto perfecto casi. Porque me acuerdo esos cumpleaños de tías viejas, donde te perseguía y te agarraba de los pelos, porque yo era una nena arisca, de pelo marrón, con lentes, actitud, agresividad, y vestiditos de colores que hacía pelota. Y vos eras una nena rubia, con ropita blanca, tranquila y sociable, eras una muñeca primi. Por eso te adoro, porque años después donde nada es tan claro, a pesar de todo seguís siendo mucho de lo que fuiste, de una forma mucho más adulta y mucho más responsable.
Ya sé, ¿Quién iba a decir que mi prima, la misma que siempre odio la escuela, iba a terminar cerrándonos el orto a todos y estudiando medicina, nada menos, y esforzándote con toda tu energía para ser lo que querés ser y llegar adonde buscas.
Y a pesar de que el amor no es mi fuerte, seguís siendo un espejo que adoro tener cerca, porque no devuelve mi reflejo, y porque me hace crecer gracias a eso.
En tu carta que nunca conteste, me preguntaste cómo estaba el chico que me gustaba a los 11 años, y curiosamente creo que puedo responderte, él esta bien, más que bien. Pasó dos años enteros siendo novio de una chica que lo traicionó, pero creo poder decir que ahora está bien, lleno de amigos, estudiando medicina también jajaja, pero acá, de todas formas es una buena persona y tengo esa sensación de que con el paso de los años solamente se va a volver más bueno y que algún día lo voy a ver siendo un padre de familia, con una esposa buena y hijos que lo van a adorar, y espero que algún día lo conozcas por esas cosas del destino, aún si nunca sabes que era él.
Releyendo una carta tan vieja, me viene a la mente que nuestra vida era tan simple, a vos te gustaba un Nahuel y con eso te alcanzaba en la vida, y yo no sé que hacía pero estoy más que segura que no era nada más complejo que eso.
Hay cosas que nunca te voy a decir en persona, precisamente porque siento que no las vas a entender, no porque seas vos, sino porque siento que sólo muy pocos las ven por mí. La verdad es que con 19 años sigo siendo virgen, y aunque a veces pienso que está mal, segundos después me acuerdo que la vida que vivo yo la eligo: que yo elegí ser lo que soy, usar la ropa que uso y hacer las cosas que hago; y que me encanta ser así, incluso si nada de eso me sirve para llamar la atención de un hombre. El punto es que sentí esa clase de amor una sola vez, y fue por un loco del que en realidad ni el nombre sé, pero fue tan claro que me devolvió alguna esperanza de no ser demasiado cerrada al mundo. A pesar de eso, tengo que decir que con el correr del tiempo me intento acostumbrar a la idea de vivir una vida en soledad, y que le encuentro ciertas ventajas, podría ser esa tía solterona que sus sobrinos adoran, puedo dejar mi vida por mi trabajo, o puedo tener un grupo de amigos que se junte a tomar y a reírse hasta envejecer, puedo tener mascotas, puedo viajar cuanto yo quiera, y puedo cocinar para uno el resto de mi vida. Y en el fondo eso no es malo, quizás pueda parecer triste, pero también es feliz, y es una forma de vida que no me molestaría.
No tengo en claro que quiero de la vida todavía, y simplemente no siento que lo vaya a tener en claro en breve, y a pesar de eso camino y me siento bien con el camino por el que voy, cosa que por hoy me alcanza.
Sigo con la misma familia chica y simple que conoces, incluyendo a los amigos de mis viejos, a sus hijos, que ya son casi mis primos en algún punto, y a todo ese conjunto de locas personas que me rodea. También tengo amigos que con los años mejoran y se empequeñecen, se vuelven menos pero con el amor y la confianza concentrándose, impregnándose en sus esencias.
¿Mi vida está en orden? Nunca. Y amo eso. Empiezo a entender a la gente que se pierde a propósito, empiezo a pensar que yo podría ser una de esas.
Te quiero, aunque decir que te extraño sería injusto, como la luna y el sol, estamos hechas para vivir lejos y mirarnos a distancia, y de esa forma apreciar la belleza de la otra, de nuestro complemento en esta vida.

Espacios

Yo valoro mucho el espacio, lo admito, me gusta tener un espacio propio y alejado de todos, me gusta ser quien maneja sus espacios. Pero a pesar de eso, me cuesta mucho separarme de cualquier cosa material que tenga una historia en mi vida, no soy buena tirando o regalando lo que tengo, no tanto por el uso o porque lo "coleccione", sino más porque siento que más allá de ese material inerte del que están hechos físicamente los objetos, hay telarañas sentimentales que nos llevan a otros lugares con sólo verlos.
Este año lo arranque de una forma distinta, lo empecé con algún que otro tropezón y decepción y con la firme promesa de pensar más en el futuro que en el pasado, de romper con aquellas cosas y personas que tienen la capacidad de tirarme para abajo, y de hacer un "clean break", una ruptura con lo anterior. Todo antes de los 20, si, es ambicioso al punto de rayar lo utópico, y no es del todo sano, pero es algo que quería vivir una vez en la vida y elegí hacerlo ahora.
Llevó un mes viviendo en mi casa, la de toda la vida, por las vacaciones de invierno, y obviamente cada vez que vuelvo miro con ojos extrañados mi pieza, el lugar donde me oculte del mundo tantas veces, mi cueva de tesoros y de sueños, mi lugar, mi universo. 
Ahora parece tan de nena, y no lo digo despectivamente, sino que simplemente lo parece, la miro y tiene el color que yo elegí en las paredes, la lámpara que yo compré colgando del techo, el escritorio que suelo extrañar, la biblioteca con los libros que tengo desde siempre, y que amo con el alma. Y todo parece lejano. Y me siento asfixiada. Necesito aire asique salgo al resto de la casa, y veo una casa que cambió horrores en estos años, que se puso linda, que fue refaccionada, que tiene sudor y esfuerzo de mis viejos por seguir haciéndola un hogar, que tiene planes para el futuro. Pero mi pieza se congeló en algún punto de 2013 que no puedo precisar, simplemente lo hizo. Y y quiero espacio.
Necesito lugar para poner las cosas que arrastro, y no hablo de nada material, sino de mis nuevas perspectivas, mis nuevas ideas, mis nuevos dolores de cabeza, todo eso requiere un lugarcito para que pueda seguir conectándome con este lugar.
Por eso, antes de que este año termine o cuando el que viene comience, alguna tarde de verano voy a sentarme y hacerme espacio, para todo, a poner en orden el desorden sentimental, a alinear, y a entender que uno tiene que soltar algunas anclas si quiere nadar libremente. No sirve soltarlas todas de golpe porque te perdes, te asustas, quedas a tu suerte en un océano inmenso, pero si tenemos que saber dejar, y cómo me duele dejar una parte de lo que fui, esas 6 agendas que retratan exacto a la Suspiro del 2008 al 2013, al día donde decidí dejar de usar agendas, porque empecé a darme cuenta de que no podemos controlar nuestro tiempo y menos dirigir nuestras acciones.
Y así, mientras el mundo sea mundo, y yo este en él, voy a venir acá y voy a verme reflejada en cada baldosa, en cada lugar, y voy a recordar el día que dejé ir un poco más, que sentí que el futuro requería que yo caminé hacia él sin pesos en los tobillos.

3 de agosto de 2015

Amores reales

Lo admito, me encanta soñar, imaginarme vidas con extraños y demás cosas. Por ende, estoy demasiado acostumbrada a pensar en el amor como esa cosa redonda y perfecta, como una de esas bolitas de gel que crecen con el agua, simplemente perfecta en su totalidad.
Y no voy a negar que si me siento a buscar películas puedo ver ese amor en cada una, sin problema encuentro ejemplos de todo lo que podría querer, incluso si eso se aleja del típico sueño de princesa que Disney vendió y vende desde hace tanto.
Pero a veces los mejores ejemplos de lo que uno podría querer los encontramos en la vida real, al punto de acostumbrarnos a tenerlos y verlos, y nos olvidamos de lo valiosos y especiales que son de por sí. No voy a hablar de mis viejos, aunque ame su tipo de amor, y perciba sus momentos de quiebre y de discontinuidad, que se resuelven con un buen chiste.
Hoy le quiero dedicar una página a todas y cada una de esas parejitas que me sorprendieron en esta vida, y tengo que admitir que no son pocas. Conozco el verso de que el amor no tiene edades, pero sin embargo me parece tan loco que mientras yo vivo mi juventud de una manera feliz y solitaria, otros la comparten con personas que tienen su misma edad, menos o más, pero que las hacen felices y a las que aman. La mayoría de ellas fueron realmente sorprendentes: esas personas que uno piensa que van a ser solteros de por vida, o como mínimo hasta los 30, esos otros que parecen demasiado insoportables como para que alguien los banque todos los días, los gatos, las putas, y demás personajes que uno simplemente espera que se pongan en pareja mucho después que uno, y te terminan sorprendiendo.
Por eso, los quiero felicitar. Primero, por ir en contra de las expectativas que personas como yo teníamos de ustedes, aún sin buscarlo les aseguro que nos cerraron la boca. Segundo, por a pesar de que muchos todavía están, como tantos otros, en la etapa de buscarse a ustedes mismos, de entenderse y de aprender a crecer; a pesar de todo eso ustedes eligen día a día compartir un camino de crecimiento compartido, de esperanzas y futuros que esperan vivir juntos, por negociar, ceder, y pelear, por cada discusión seguida de cada reconciliación. Tercero, por amar, sin ir más allá y sin importar nada, es una de las acciones que más nos cuesta hacer, es algo que todos tememos y que pocos consiguen, y ustedes son un ejemplo de ello. Cuarto, por compartir los momentos malos, los días de malhumor, las tardes aburridas, las rutinas monótonas, los rituales bobos, la historias repetidas, por todo eso que no podemos adivinar del otro hasta que convivimos con ello, hasta que pasa, y ahí está.
Seguro hay muchas razones más para felicitarlos, y seguro no les importa que alguien los felicite, y esa es la mejor parte. Muchas veces las personas hacemos cosas buscando algo, gloria, fama, dinero, pero el amor real es más complejo que eso y no nos garantiza ninguna de las tres, incluso si nos termina dando alguna de ellas. Y a pesar de no ganar nada de lo que compone el ideal de progreso típico, ese que nos enseñan a perseguir, ustedes siguen amando con paciencia y fuerza. Por el hecho de ver feliz al otro. Gracias por ser reales, y no un sueño en mi cabeza, gracias por mostrarme que podría encontrar a alguien que me quiera, no como ustedes se quieren, sino de una forma nueva, una que solamente él y yo podamos entender porque nunca antes se vio y nunca más se volverá a ver, porque sería nuestra: un hermoso producto de nuestras vidas yendo por un mismo camino, en un tramo y lugar determinados, sin más agregados que eso.

2 de agosto de 2015

Heridas

Cuanto más orgullo tenemos adentro, más fácil es que salgamos lastimados de cualquier situación. Es una cosa casi ilógica que uno sienta que puede manejar al mundo en algún sentido, y que si eso falla nos enojemos tanto, algo que parecía tan evidente de repente nos juega una mala pasada.
Y es que no podemos esperar que las personas piensen como nosotros, sientan como nosotros, tomen las decisiones que nos parecen correctas para ellos, o que las cosas salgan como las queremos solamente porque sentíamos que hacíamos las cosas bien...Es gracioso si lo pensamos, porque parece un chiste del destino ante nuestra actitud de comernos el mundo. Es como si dijera: "Ah, asique pensás que te podés pasar de viva.. Toma! Ahora vas a ver".
La mayoría de las cosas que me preocupan, lo hacen porque hieren mi orgullo, porque desafían a mi cerebro que creía que tenía las respuestas; porque siempre adivino, prejuzgo y supongo, y de un momento a otro las cosas simplemente se me dan vuelta y no sé como girarlas. Y saco de quicio a muchos de los que me rodean, a todos aquellos que son menos porfiados que yo, a los que simplemente son humildes y tratan de buscar paz, y a los que luchan para no llegar a los extremos que a veces alcanzo sin querer.
Lo sé desde siempre, soy tan porfiada que me pegaría con un martillo en la cabeza, si yo lo siento, es así, si yo lo digo, es así, y no me cierra ninguna otra postura, y me da tanta bronca que un "tenes razón" no se me escapa ni de pedo. Y admito que me da bronca ser así, pero también hay una parte de eso que me hace ser yo, y otra parte que me mantuvo a flote hasta hoy, porque si analizo mis logros, mis talentos, mis habilidades, yo se que nada de eso suma demasiado, entonces me escondo cómoda en mi cascarón de orgullo y amor propio, esperando saber darme cuenta cuando me pase de la raya y sea hora de amar a los otros, de hacerlos sentir queridos. Pero hasta que la luz roja de "La persona enfrente tuyo está mal" no se prende, me quedo en mi barco en medio del mar donde vivimos cada día, remando contra la corriente, o a favor, dependiendo del día.
En fin, como soy mala diciendo algunas cosas en la cara, voy a hacer una lista de perdones que todos deberían saber en algún momento:
Perdón por no ser una buena compañera, y por ser más una carga que una ayuda.
Perdón por enojarme por cosas estúpidas y en las que no debería meterme, porque son tus decisiones.
Perdón por no saber demostrar gratitud siempre.
Perdón por olvidarme de donde vengo a veces, soy joven y a veces me enfoco mucho en el hoy y dejo gente tirada en el camino.
Perdón por odiar tanto.
Perdón por no saber tirarme atrás a tiempo.
Perdón por fallarte.
Perdón por no ser más como pensabas que iba a ser, y no haber sabido mostrarlo a tiempo.

1 de agosto de 2015

Miscelanea

Personas que llegan al mundo, abren los ojos azules y buscan comprenderlo todo con solo una mirada, y mientras estas llegan otras se van en circunstancias raras y complejas, que nadie entiende del todo excepto una persona que nadie conoce hoy, y no hablo de algo intocable como Dios, sino más bien de algo concreto como un asesino.
Mientras el mundo corre rápido a un ritmo que nadie comprende y todos siguen, en el medio de una montaña metafórica como los sueños, puedo encontrar con facilidad la paz de sabernos anormales, descomunales por el hecho de ser simple y profundamente imperfectos.
Mientras construyo castillos en el aire con los sueños de un posible e inalcanzable amor, me convenzo con más fuerza de que estar sola esta bien, y que esa soledad no es total o insoluble, sino más bien una decisión apresurada por mis ánimos de reflexión.
Y no entiendo nada, como siempre fue, pero algo es, pero en algún punto el mundo cambia su ritmo rápido no solo en los libros sino también en mi mente, y paso de el asombro de mirar todo como sin creerlo, sintiéndome afuera de la atmósfera rara que se respira, para minutos después ser una más en el mapa que no siente ni vive nada demasiado fuera de lo normal pero que requiere sentirse especial para que todo "tenga sentido", un sentido utópico que por lo menos yo nunca encuentro. y bajo a tierra y estoy corriendo y no sé con bastante precisión adonde, y me admito asustada pero tengo más miedo de parar que de seguir corriendo y por eso corro.
A veces las voces familiares de las personas con las que crecí y a las que quiero, aunque jamás lo vaya a admitir, me recuerdan que las melodías valen la pena. Que todavía el arte tiene mucho por darnos, y que no se resiente por el hecho de que no le hayamos entregado nuestra vida, que se banca esperar a que lo hagamos pasar, a veces después de la carrera, de los amigos, de la familia, de la casa, del sueño atrasado, del tiempo escaso, y del cansancio que creemos tenemos.
Daría todo por ver a muchos bien, pero también tengo que entender que no podemos envolver a las personas en burbujas de plástico y esperar que se queden sentadas mientras nosotros nos sentimos héroes por salir a la calle a vivir el día a día.

13 de julio de 2015

Songs

Me siento en la cama y miro como la vida pasó, como todo eso que parecía una gran empresa, una de esas cosas inalcanzables, de repente pasa, están pasando, pasaron.
Ya no queda tiempo en nuestros relojes de arena, no podemos contar los pasos hacia atrás antes de arrancar a correr... sólo porque estemos corriendo no implica que sepamos lo que hacemos o adonde vamos, porque es más fácil perderse haciendo que mirando hacer.
El peso de algún planeta se aloja en nosotros, que buscamos nuestra Ítaca, que somos simples marcas en un papel viejo que no rejuvenece, que no vuelve, solo muta en nuestras mentes. Y entonces llegamos aunque sea solo por un momento, por un segundo nos vemos en esa tierra que siempre soñamos, libres de los dolores que nos llenan los pulmones en la primer bocanada que tomamos al salir a la calle. Y no nos importa una mierda si el lugar que soñamos tiene cosas no soñadas porque creemos que no hay nada que mirar más allá, no soportamos que alguien se meta con nuestra preciosa Ítaca. Nos pertenece y la celamos, o la compartimos ahogando en silencio nuestro deseo de que nadie más pueda anclar en sus costas, porque es más inmensa que cualquier mortal, más que nosotros mismos, lo sabemos, pro sin embargo los años soñandola nos hacen merecedores de su belleza, de su fealdad, de cada piedra y cada ola que surque su superficie, porque vamos más allá de todo. La revolución es del revolucionario, y sólo de él. Tememos perder estos mundos, porque nos encierran en su totalidad, porque nos llevan lejos de las críticas, porque escapan de nuestras propias dudas y cuestionamientos, porque son más que nada.
¿Estará la clave en entendernos a nosotros como un mundo singular? Un estanque más en el Bosque Entre los Mundos, ese lugar donde me dejó ir de vez en vez.

7 de julio de 2015

Resumen

Primera mitad del año y no me siento en absoluto como cuando arrancó este vertiginoso año tan lleno de cosas. No se si hacer un resumen siempre sea la mejor manera de entender las cosas pero es mi forma de alejarme lo suficiente del mundo como para verme. No es por pretenciosa pero me siento mucho más grande que antes, no físicamente obvio, sino algo así como empezando a verme a mí misma como a una mujer, no una nena. Empezando a ser tratada como una mujer, con todo lo que eso trae consigo.
Arranque el año con cambios fuertes y aventuras que me pusieron a prueba de movida, a ver cuanto estas dispuesta a dar, hasta donde llegas, que mierda queres. Y me comí los acentos. Y me chupa un huevo porque me siento fuerte, porque casi fue como arrancar de nuevo, ¿Saben? Dolió, me tuve que reencontrar con la ciudad, amigarme con un barrio nuevo, y una nueva forma de vivir: sola. Aprendí del silencio que puedo gritar todo lo que quiera, pero al final del día si quiero dormir tranquila tengo que hacerle frente a mis miedos. Y en sueños me encontré con todo eso que la humanidad teme, con lo que olvidamos, con las clases de magia que dejamos diluirse en el tiempo.
Tomé conciencia de mi juventud, de mi impertinencia, de mi fuerza y de mi malgaste de esta, de que soy difícil, de que no puedo mirar sin juzgar por lo menos hoy, de que tengo miedos que se me notan en la piel, y que con los años me hago más transparente. Caí un poco en cuenta de que mientras más alta me siento más me estoy hundiendo en el piso porque la grandeza es soportar el peso y no pararse sobre las espaldas de los otros.
De a poco entiendo la forma en que las personas viven, y comprendo que las expectativas son armas de doble filo, si el año pasado sentía que mi cabeza se abría con cada paso que daba, este año siento que mi boca se cierra y mis oídos son lo que mandan mis latidos.
Me volví una ameba cualquiera, absorbiéndolo todo, mirando atentamente las contradicciones de las personas. Principalmente me desilusione de las personas en general, de algunas en particular, y desde adentro de la piel pude sentir la fuerza con la que las cicatrices de mis heridas quieren hacerse visibles, y las abracé, comprendí mis rencores y los grité porque merecían ser gritados.
También encontré un reflejo de todos en mí, y algunos reflejos de mí en algunos otros. La transitividad de las cosas, de las emociones, de los pensamientos, del dolor también. Decidí que quiero entenderla, así como busco pararme porque llevo mucho tiempo sentada esperando. Pero a su vez quiero quejarme y reírme como si no fuera yo la que tiene que hacer esos cambios. Y todo de golpe, y todo te mata y te remata.
La belleza está más escondida de lo que creemos, porque se escondió en un lugar donde nadie pensaría en buscarla: a la vista de todos.

16 de junio de 2015

Replay

Las decepciones duelen más que ninguna otra cosa en el vida, por ende la fórmula de la felicidad cierra cuando no esperamos nada de nadie. O por lo menos el sentido común es el que nos dice que las cosas que hacemos cuando esperamos algo de los otros, usualmente terminan mal.
Sinceramente no suelo ponerme muchas metas, es algo que intento corregir de mi misma constantemente, trato con todas las fuerzas de saber vivir sin grandes planes, de apreciar el valor de lo que se tiene hoy, de no sentarme a envidiar, o de no tratar de compararme con otros. En el fondo lo que todas las personas hacen todo el tiempo es intentar aceptarse a si mismos.
Sin embargo, por algo es que todos seguimos intentando a lo largo de toda nuestra vida. Sabemos que cambiamos todo el tiempo y que no podemos encerrarnos en una linda búrbuja que nos haga escapar de lo que los otros quieren de nosotros.
La debilidad de todo grupo es que está compuesto de humanos. Por más cruel que suene es real, porque el ser humanos nos hace conflictivos, nos hace complicados, nos hace no saber lo que queremos. nos hace distintos. Y eso es nuestra suerte y nuestra condena también.
Admito que si hoy pudiese tomarme un recreito del mundo, alejarme un poco de todo, muy posiblemente lo haría.
Y también me da miedo confiarle mi suerte a un destino incierto, por lo que la historia suele terminar conmigo en el medio de un quilombo que no era tan colosal hasta que me metí, sin una solución, y con mi angustia. Sé que quiero cambiar eso, el gran problema es que realmente no se cómo.

10 de junio de 2015

Barbita

Hola flaco, no me ubicas, o eso creo yo. Te conozco desde abril del año pasado, desde ese día que me preguntaste si ese era el teórico que pensabas, y te dije que sí. Hay algo en vos que amo, y sinceramente no sé si es esa sonrisota que tenes que me mata, los ojos tan azules, o la voz suave y la actitud tan tranquila siempre, nunca pareces ni enojado, ni apurado ni enloquecido, simplemente vas a tu ritmo.
No te conozco, lo sé, pero pareces tan dulce, y gracias a todas las armas que son las redes sociales sé algunas cosas de vos, como que tocas la guitarra, te reís mucho, te encanta la cerveza y tenes amigos que evidentemente están con vos desde hace mucho. Y nada, cada pequeño dato que encuentre hace que quiera más conocerte, hablarte para que me sonrías, verte reír me haría tanto bien.

9 de junio de 2015

El mundo según C

Una lista de objetivos claros
El mundo es lo que él puede hacer con el
No es más que la alegría de lograr sus sueños
No es menos que la tristeza de que las cosas no salgan como quiere
Un juego de palabras que anima al corazón
Y un motor que vuelve a encenderse

Y así cada vez.

7 de junio de 2015

Referentes

Todas las personas, desde siempre creo yo, tenemos referentes. Son esas personas que elegimos como modelos a seguir por alguna cosa que nos gusta de ellas, porque nos parece que hacer las cosas mejor que nosotros, que son más sabias, o más de lo que sea que nosotros queremos ser.
Vivimos en un mundo que está más conectado a cada segundo, más de esto, de aquello, más chances de salir del cubo de lo que conocemos, menos límites para el tiempo y el espacio, que tanto marcan nuestra existencia.
El punto es que los referentes son armas de doble filo, son esas personas que con una palabra nos crean y destruyen, porque su opinión es mucho más fuerte que la que tenemos de nosotros mismos, porque lo que piensen nos importa y nos define de alguna forma que a veces ni siquiera sabemos poner en palabras.
Tengo muchos referentes, quiero creer que la mayoría de ellos son de carne y hueso, se equivocan, se lastiman, sufren y también son felices. Sin embargo, esa cara que sabemos que está no es la que queremos ver. Y como pasa con los padres, uno a veces busca diferenciarse de ellos, mostrar que se puede ser diferente, que las cosas no se repiten, que no nos definen cuando en realidad si lo hacen.
Las cartas sobre la mesa: todos nos construimos a nosotros mismos en base a esos otros, pero no a esos que nos burlan y nos chupa un huevo, no, en base a esos que nos importan, que con una sola mirada de aprobación hacen que reivindiquemos nuestros principios y que estemos seguros de que vamos bien.
Si, estoy dando vueltas sobre lo mismo, pero es que creo que lentamente tomo un poco de conciencia de mis referentes, esas personas a las que quiero parecerme, que guian mi conducta. Me da miedo no llegar a ser como ellas, me da más miedo ser algo nuevo, ser yo, una mezcla de esas cualidades de una y de otra que me encantan y me marcan límites también.
Creo que es algo que a todos nos asusta.

2 de junio de 2015

El mundo según T

En su corazón no hay lugar para dudas
Esas se las regala a la cabeza cada jueves
Entre mates y historias
Que escucho de algún vecino
El mundo es solo lo que se puede cambiar de él
No es más que estos posibles cambios

Ni menos que los que ya vivió

28 de mayo de 2015

Empatía

La empatía nos hace humanos, es así. Porque a partir del momento donde podemos mirar a la persona que tenemos al lado y podemos sentir lo que siente, podemos vivir su tristeza, su alegría, su amor, su bondad, su soledad, como si fuera nuestra, a partir de ese momentos aprendemos a vivir.

Bien, la razón de que pusiera eso primero en cursiva es que lo escribí hace mucho y ya no se muy bien si lo siento mío, asique preferí ponerlo en otra letra, en esa misma que en los libros aparecen las citas, cosas que no son nuestras pero nos llegan de una forma loca.
Llevó más tiempo del que me gusta admitir teniendo esta entrada, con sus 3 renglones y su título tan contundente en la carpeta de Borradores. Capaz lo tendría que haber dejado ahí pero tenía ganas de sentarme y dejarme ir un ratito.
Yo hoy veo a la empatía casi como una cualidad que no podemos alcanza con esfuerzo, no es la inteligencia, ni la fuerza muscular o espiritual. Es la empatía, y por eso es jodida, no todos estamos en la posición de hacer nuestros los sentimientos de los otros con facilidad. Eso duele, más cuando una está estudiando una carrera que va dirigida a entender al otro y por ende, a una misma en el camino.
Antes solía pensarme como una persona que tenía empatía, la necesaria para ser querida y para que todos me dijeran que era como su psicóloga. Hoy sinceramente no sé, creo que perdí mucho de mi carácter en este último tiempo, creo que ya no me es fácil compartir las penas de otros, que me estoy volviendo una especie de robot anti-sensibilidad que no logra una conexión verdadera con nada. Y me molesta sobremanera que sea así como lo sienta. Me molesta intentar, preguntar, desear suerte, preocuparme por como se está sintiendo el otro pero no sentirlo. Antes era necesario chequear como estaba el otro antes de dormir, ahora siempre asumiendo que todo está bien, tengo que ponerme un recordatorio mental de que la otra persona la pasó mal hoy, de que le hace falta alguien que le mande un "estás bien?". Y pienso que antes las personas me pedían que les dejara de preguntar eso y me pierdo.
Creo que la gran cosa esta en conocernos a nosotros mismos, pero que cada día nos preocupa más como seres humanos lo que otros piensan, en que etiquetas entramos, que estarán diciendo, que lo que en realidad sentimos con nosotros mismos.
¿Se sienten cómodos con su corte de pelo? O solamente lo tienen porque todos dicen que les queda lindo. ¿No extrañan usar ese buzo viejo donde se sentían tan bien? Ahora están enfundados/as en ropas caras y que quedan lindas, que no los reflejan en absoluto.
O capaz que me equivoco, y solamente soy yo la que a veces me siento así, pero el punto es que una sociedad donde nadie sabe quien es, donde necesitamos presentar un papel para demostrar que somos nosotros, donde nadie cree en las palabras de otro si este no presenta pruebas, donde vivmos desconfiando y cuando lo hacemos nos felicitan, mientras que decimos "ingenuo" con anhelo y casi como una mala palabra.
No digo que esté mal, porque nada está mal ni nada está bien, pero perdernos a nosotros mismos y ni siquiera tratar de buscarnos, no creo que sea la mejor opción.

26 de mayo de 2015

Huellita 2

Hola corazón, bienvenido al mundo. Vos capaz no lo sepas pero te esperaba hace mucho nene, con esa sonrisa que todavía no tenes pero que en breve vas a lucir, con tus hermosos 3kg, con esa fuerza inmensa que tenes para crecer, ser fuerte, salir al mundo es arriesgarse, respirar es arriesgarse gordo.
La vida no es fácil, casi siempre es más jodida de lo que esperamos, pero por eso somos personas, para eso estamos, para pelearla.
Si pudiera alejar el mal de vos, lo haría, pero solamente hasta que te levantes en tus pasos, que al principio van a ser pasitos pero después van a ser mucho más grandes, mucho más resonantes que los de cualquier otro. Vos venís a cambiar cosas corazón, por eso espero que puedas llegar mucho más lejos de lo que yo llegué, que sigas avanzando, que tengas ideales que sean tu vida, que entiendas el fondo de todo, que no te conformes, que seas el que cambie las cosas porque simplemente no soporta la manera en que son. Vos vas a ser ese niño gigante, la risa, la fuerza que me recuerda que todos los días podemos ver un horizonte nuevo, que no hay dos cosas iguales.
Y geminiano tenías que ser, vamos a chocar, va a haber momento donde no me banques, porque yo diga verdades que no quieras escuchar, y va a haber otras donde yo te voy a querer matar, pero siempre nos va a unir eso. Quiero ser la tía loca de tu vida, y que vos seas mi sobrino más amado, amado y cultivado, y formado.
Te quiero enseñar un mundo que está abierto a todo, lo voy a hacer.
Te quiero mostrar que somos una mierda, pero también somos una cosa hermosa, un motor que nunca para, capaz de todo lo que se propone.
No te voy a pedir mucho, o capaz sí, pero solamente porque no quiero bajar mis expectativas, vos ya me vas a ir marcando ese paso, ese ritmo sólo tuyo donde no puedo meterme.
Te amo gordito, sos un sol.

15 de mayo de 2015

Los amores de la vida

La frase común suele ser "El Amor de Tu Vida", así, con mayúsculas, luces de colores, y demás cosas que marquen lo importante que es encontrarlo, tenerlo, buscarlo. Y no lo es, todos los tenemos, en diferentes personas, o quizás en una sola, pero no hay que confundir.
El amor de tu vida no es tu novio/a, no es esa persona que duerme con vos, la que te regala algo cuando cumplen meses, esa persona es tu pareja, y esta genial que la ames.
Pero el amor de nuestra vida siempre es alguien con mucho más poder sobre nosotros, alguien que amamos de una manera incondicional que roza lo inexplicable, una manera única, y sencillamente a veces nos cuesta pensar que esa persona lo sea.
Los amores de nuestra vida son aquellas personas que queremos más allá del amor de una pareja, son nuestros padres o familia cercana, los que lo dan todo por nosotros, son nuestros amigos más cercanos, los que nos conocen demasiado bien como para poder cambiar eso. Son esas personas que aunque nos estén sacando de quicio, haciéndonos enojar de una forma loca y estúpida, no podríamos dejar de querer. Son los amores de nuestra vida porque el amor que sentimos por ellos supero cualquier parámetro que pueda tener el amor romántico, supero nuestro entender, es algo de lo que no dudamos. Queremos verlos felices, lo queremos con tanta fuerza que daríamos nuestra felicidad por ellos/as, sin dudarlo, son esa persona a la que le deseamos que encuentre a una pareja que lo haga feliz, a la que sacaríamos de cualquier quilombo, son aquellos que guían nuestros pasos. Su opinión importa mucho, más de lo que admitimos, y saben perfectamente que son nuestro punto débil, ese "no" que nunca decimos.
Más allá del incesto y demás reglas sociales, inlcuso con esos amigos que tranquilamente para los demás podrían ser nuestra pareja, hay algo que no nos cierra, o capaz que ya fueron pareja y no funcionan, pero nunca pudieron abandonar esa conexión que los une, y hoy son buenos amigos. Ese es mi punto, el punto de inflexión, eso que hace que nos cueste pasar mucho sin corroborar que la otra persona esta bien, esa simple frase que calma cualquier inquietud que tengamos, que nos da fuerza para seguir.
¿Qué nos llena más que esa sonrisa de orgullo de un padre a un hijo?¿O esa risa compartida entre lágrimas y abrazos, cuando logramos que por unos segundos el dolor se vaya de la cara de nuestra mejor amiga?¿Esa emoción de saber que el otro está viviendo algo que lo llena, que lo hace tan feliz? Incluso si no podemos compartir esos momentos físicamente, el pulso nos tiembla de amor, la sonrisa se nos pinta en la cara, el miedo desaparece, deja de existir sobre la faz de la tierra. si los que queremos están bien.
Esa magia es mayor que cualquier nombre o título que le puedas poner a una relación, esas personas son los amores de tu vida.

13 de mayo de 2015

Lindo dia para...

https://youtu.be/9ZRDM1C2xMU?list=PLi0DK44y9ZeHjdNxpeY3BU01wxMd5l3p_

Lindo día para creer en el cielo, lindo día para saber que estas cerca. Y yo acá sin creer, sin soñar con volver a verte, imagino que es uno de esos casos donde estaría tan bueno no pensar, no pensar más.
Te necesito? No, supe crecer sin vos. Pero te quiero, quiero que veas mis logros, que entiendas mis soledades, quiero bajarme del tren y que me esperes, al lado de mi vieja, dos iguales tan distintas. 
Me dolió perderte porque no entendí lo que perdí, no ese día, ni ese año, me tomo mucho más darme cuenta para que sirven las tías locas, las que se parecen tanto a mi.
Loca como vos, así salí, por eso a veces me miran raro, no entienden el quid de la locura hermosa, la que te hace reír y vivir como nada. 
No es más que un día más donde me acuerdo de vos, donde me gustaría bailar, donde escucho este tema 30 mil veces sin razón.
"Si me voy antes que vos, lo que queda por vivir que lo vivas por los dos. Y no dejes de soñar, nunca dejes de reír y no dejes de bailar"

"Seré loca pero nadie me la toca, en cambio a vos que sos decente te la toca toda la gente." 
¿Cómo decirlo sin sonreír? Gracias por tu locura tía, te amo eternamente, aún sin eternidades. Siempre locas, siempre.

12 de mayo de 2015

Chipre

Risa.Sueño.Hermano.Agua.
La libertad del ser es algo loco, la alcanzamos en los momentos menos esperados. Y entonces volvemos a perderla, y nos duele, vivimos para volver a encontrarla, y es jodido.
Busco amor, busco paz, busco una mejora que no tiene nada que mejorar. Hoy entiendo todo, hoy puedo ver más allá de falsas expectativas.
Ser es entender, o debería serlo, porque aquel que no entiende no tiene derecho a ser.

10 de mayo de 2015

Huellita 1

Hola cosita, que pequeñez hermosa que sos, te veo y sonrío, aunque me es difícil a veces, la vida pasa rápido huellita, asique vos que recién arrancas, espero que dejes una huella grande nena. No sabes vos, quizás nunca sepas, pero yo conocí a tu mamá, hace ya unos cuantos años, y me sigue soprendiendo tu existencia, aunque vos nunca sepas esto.
En alguna forma cósmica te quiero mucho nenita, angelito rosa, entre sábanas y escarpines. Que loco es vivir nena, ya lo vas a ver vos misma, con esas manos vas a transformar vidas Amy, con esos ojos vas a ver el mundo de una forma distinta a la que todos los demás ven, con esa voz que todavía no se escucha demasiado, vas a gritar verdades, y vas a ser. A ser lo que sos, a ser esa que cambie un poco todo, quisiera decir que una niña índigo, pero no creo, creo que vas a inventar tu propio color en tu paso por el mundo.
Suerte nenita hermosa, aprende y crece, ama y sufrí, crea y destruí, porque podes lograrlo todo.

9 de mayo de 2015

Destinito

Destinito fue encontrarte
En el camino, en el tedio de un día más
Destinito fue tu risa y tu voz, fuerte como la mía, gritandole a algo que no vemos
Gritar para sobrevivir, escribir para no sucumbir
Encontrar porque vivimos perdiendo, personas y batallas
Temer que algo fallé, que los planetas se desaliñen
Temer no tener a que temer
Ahogar suspiros en noches
Por miedo a caer, nuestra especie no sucumbre
La tierra se mueve, el fuego quema, el agua se remueve intranquila, pero nada se hunde
La fuerza como bandera, como armadura, para no mostrar
Mostrar para saber, para reflejar
Espejos de la historia, buscandose
Ni siquiera sé que encontré, pero algo cambió
Un piano suena lejos, el tiempo se ríe de esperanzas bobas
Y yo espero que el sueño llegue, pero me levanto y camino
Aire, vida, cuentos susurrados
El mundo grita, yo me hundo
Pero no del todo, porque susurro
Tengo puños llenos de sonrisas, una carcajada libre y sueños
Nada más hace falta para partir
Caminando la meta, que también es camino.

27 de abril de 2015

Nemo

Hola, casi no me conoces, pero me conoces bien. Sos de esos que saben sacar la ficha, sos jodido, complicado y honesto, lleno de odio, ansioso de amor. Sos un quilombo, y por eso te pienso, por eso me caes muy bien, y me pareces absolutamente intrigante, por eso hay cosas de vos que no me cierran, por eso me llamas la atención.
No creo posible que me gustes, casi ni te conozco, y además no sos nada de lo quiero en alguien, sos casi como una contraparte mía. Donde yo veo cosas que me dan ganas de reír, vos ves un mundo fijo, al que estás acostumbrado, donde yo veo pasiones, vos buscas guita, donde yo pienso que hay que cambiar cosas, vos pensas que esta todo más que bien. No soy tu nada, soy tu no todo.
Y sin embargo sos como una cebolla, encapado, rebuscado, sacás a la luz tus heridas de una manera tan grotesca que me da que lo haces para llamar la atención, pasa que vos entendes la fuerza de los secretos, sabes que te pueden jugar una mala pasada, y te presentas como una cosita transparente que no tiene reservas, cuando tu cabeza esta jugando un enorme partido de ajedrez a cada minuto. Dormís poco y mal, te atormenta el pasado, el presente y le temes al futuro, pero es más fácil hacerte el lindo y reirte de todo, sí. Sos complejo, despertas en mí esa cosa tan yo de querer ser la que te salve, porque ojo, no lo hago de buena persona, o capaz si, pero también me encanta ese crédito, saber que es obra mía, ser la que es necesitada, y recién ahí necesitar.
Somos dos personajes de un juego macabro, nos cruzamos por casualidad, pero sabemos que hay mucho que nunca vamos a vivir. Me confesaste que tenes una coraza, ansioso de que la quiera quitar.
Somos porfiados, jodidos, contras, amamos lo que nos niegan por el simple placer de ser negado. Nos une la potente fuerza del que sabe que tiene muchos caminos más fáciles para conseguir lo que quiere, pero elige el más complicado. Amamos el crédito de ser lo que no tenemos que ser. Amamos la adrenalina de que puedan pasar muchas cosas, que estén a punto de pasar, pero evitar que pasen.
Por momentos pienso que estamos hechos de la misma madera, nene, pero vos sos más fuerte que yo, mejor en muchos sentidos, vos sos el roble que ya resistió muchos inviernos crudos. Yo soy un árbol joven y dulce, que creció en un claro tranquilo y pacífico. Vos peleas tus batallas, y amas pelearlas. Yo soy la que quiere ser como vos, a costa de perder amor, porque nadie abraza al puercoespín.
Nemito, vos me presentas desafíos, sabes que voy a querer ir, yo pienso y pienso que no quiero pero al final quiero. Todo sería tan fácil si te quedaras abrazado a mí, dejándome cargar el peso que arrastras, ese que no te deja dormir de noche, sos ese "Sem-Pernas" de Amado, sos el que quiero cuidar, y él que jamás se va a dejar cuidar.
Sos un enigma que me sacude los esquemas. que me obliga a pensar y repensar, que hace que me sienta viviendo algo falso, pero que ni aunque cayera de rodillas llorando y preguntando como salir, me responderías, incluso si hiciera eso sacaría muchas menos respuestas, las esconderías.
No tenes paz, yo quiero tener paz. Es una de mis metas. Nada de esto nunca, ni en otras realidades podría funcionar. Y me da bronca, porque esa parte de mí que es como vos quiere forzar todo. Somos dos topadoras tirando para lados opuestos, y eso me enfurece. Y te odio tanto que te daría un beso. Y así termina este cuento.
Somos el imposible no anhelado del otro.

16 de abril de 2015

Personas Peter Pan

Están en todos los rincones, cada país, cuidad y hogar. Tenemos uno al lado la mayor parte del día, tal vez no siempre apreciamos lo que significan para nosotros. Una persona Peter Pan vive la vida siendo original y no piensa en la opinión ajena demasiado, podes encontrarlos cantando, hablando y riendo solos. Siempre, pero siempre te sacan una sonrisa y miles de carcajadas. Cuando entristecen, se nota más que en las personas normales, falta su esencia en el aire. Ellos sonríen ante el cansancio y no se dejan dominar por la rutina. No piensan en colores grises, ellos viven en azul, rojo, verde, amarillo, fucsia y demás. Son felices con poco y dan sin pensar.
Ellos sueñan despiertos, después de todo las personas Peter Pan no crecen, solo aprenden. Sueñan con los ojos abiertos y no descansan jamás, son algo tercos y muy queribles. Una persona Peter Pan soy yo.

Lo escribí hace 5 años, como verán, era humilde por sobre todo ajajaj. Volverla a leer fue darme cuenta de que en realidad cada día lucho por parecerme un poco más a "las personas Peter Pan", en cierto sentido, creo que todos lo hacemos.

Música 2

Con la presencia de la música que llenaba el lugar y hacía temblar el ambiente, su alma pura era inalterable como sólo lo son las aún forman parte de la inocencia absoluta, un don dado por poco tiempo en la vida de todos.
La música es la única fuerza capaz de unir a personas radicalmente diferentes y lograr la comunión de sus almas en un canto y una melodía sagrados.
Música: Liberación de lo más profundo del alma que llena los oídos de quien la escucha con la esencia de quien la canta o interpreta, sin más filtros. Es la herramienta capaz de crear un lazo entres un artista y su público.
No puedo dejar que destroces dos almas que lejos no pueden vivir.

Encontré esto en un cuadernito, está fechado el 27/10/10, y me encontró en un día donde la música de muchas maneras me encontró en una especie de momento perfecto.
Ningún encuentro es casual.

13 de abril de 2015

Arrimate

Hola, prometo no lastimarte, no es mi razón de ser. En la vida nos cruzamos muchas personas que buscan herir, o que hieren sin querer, yo espero no ser una de esas para vos. No deseo serlo.
Quiero ser tu amiga, la mano derecha, tu psicóloga cuando lo requieras, tu sentido del humor cuando estás mal, esa persona que aguanta los trapos y las miserias, la que se ocupa de coser y remendar los cicatrices, jamás como lo haría la persona que amas más que todo, yo no deseo ser ella.
Yo no quiero chocolates, ni noches juntos, ni abrazos eternos que reflejen amores vividos. Yo quiero ser la que esta en otro lado, viviendo otra vida, pero sabiendo que vos estás bien viviendo la tuya. Yo quiero ser la que te jode para que te animes a darle ese primer beso, para que la saques a bailar en medio de la plaza, bajo los rayos del sol.
¿Suena triste? Yo creo que no lo es, porque sabemos que nada dura, y si por unos momentos puedo ser la caja de secretos, la que confía a ciegas en vos, y vos en mí, la que está cuando las cosas salen bien, pero mucho más cuando salen mal. No requiero grandes muestras de cariño, no sos bueno dándolas, sería incluso grotesco que lo intentes. Solamente prométeme años de amistad si el cuero nos da para tanto, una opinión sincera incluso cuando soy una pelotuda, ese cambio de mirada que sólo vos sabes poner sobre la mesa. las historias de una galaxia lejana donde habitas, el silencio.
Regalame ese silencio muchas veces, que ahí donde duelen los amores y las historias, en esas noches resacosas de pedir misericordia, siempre espero encontrarme algún amigo como vos.

12 de abril de 2015

Saraluna

Ruinas de un lugar, a veces dicen más que cualquier otra cosa.
Si te veo, no sé en que pienso, aunque verte sonreír vale la pena.

Una pone trampas, busca, cazadora-recolectora. La otra lleva una vida sedentaria, cultiva la paciencia como el arte más exquisito. Una se llama Juana, y su hermana Olivia. Una dulzura, otra fulgor que se alimenta del rencor, de lo oscuro que encontramos en cada esquina.
Juana mira a Olivia, difícil saber como las personas más disimiles terminan compartiendo un mismo hueco en este mundo. Y el aire pronto tiene olor a viento, a fuerza no revelada, a secretos.
Juana ama el limón, es ácido y difícil, pero es único, algo así como un sabor imborrable. Olivia ama el chocolate, es delicioso, suave, sin complicaciones, y nadie lo resiste.
¿Que tan profundo cala nuestra sangre? ¿Qué tan extraño resulta vivir? Nadie sabe, por eso usualmente seguimos, sabiendo que a cada paso le sigue otro. O eso creemos.
No quiero parar, menos volver atrás. Ninguna quiere, amamos la libertad, eso siempre nos unió. Es nuestra raíz, odiamos ser esclavas. A veces no paramos a pelear nuestras batallas, otras muchas callamos y seguimos, y nunca nos perdonamos haberlo hecho.
Olivia es sabia, Juana es impertinente. Difícil es pensar que cualidad sirve más, quizás ninguna. Una espera por años un momento ideal que nunca llega, la otra por ansiedad o impulso termina arruinando los momentos. Conclusión: no hay buenos momentos. Pero nosotras nunca lo entedemos ¿O no?

Research

Buscando una pizca de compasión en los ojos del rechazo
No hay muchas fichas más para jugar
Asique apuremos la partida
Que llevamos casi 20 años en este juego de ajedrez
Los retoños del pasado hoy crecen firmes y fuertes, únicos
Pero vos querés cortarlos, podarlos a tu imagen
No sólo porque dos árboles sean de la misma madera..
Podemos esperar que sean la misma máquina
¿Vale la pena hundirme?
Si ni siquiera vos reís hoy
No más sueños en tu almohada
Y ese pibe que toca al aire
Con el mismo amor que a una guitarra
No le quedan más chances hoy
Quisiera que aprendas a ver las sonrisas
Están en todos lados, ¿Sabés?
Menos en tu puta alma
Porque hay cosas que corroen mucho más que el cigarrillo
Y tu alma negra choca con mi mundo naranja
La rueda gira, hoy vos estás del lado correcto
Mañana voy a alzarme, y a hundirte
Los pozos son profundos
Yo tengo un sol más para volver a buscarte
Vos miras el último ocaso antes de la medianoche
Espero con ansías verte caer en la negrura de la noche

4 de abril de 2015

Acá vamos

Y acá estamos, cocinando fideos, escuchando rock suave porque no estoy para el fuerte, tratando de entender un poquitín de todo, y sin entender mucho nada. Pero yo trato, juro que trato, me levanto cada día pensando que ese es el día, el que al fin no voy a pensar ni una sola vez en el desconcierto que últimamente gobierna mi vida..pero el día de mierda se digna a llegar.
Ya sé, me tengo que poner a hacer cosas y bla bla bla.. pero es jodido, vamos a decir solamente que cada cosa que intento logra su cometido de distraerme un rato, pero después vuelvo a caer en esta mundana existencia, a pensar en las banales cosas como que día ir a hacer las compras, o cuantas horas curso mañana, que cole me tomo para ir a tal lado. Y cansa.
Cansa levantarse con ganas de seguir y acostarse con ganas de no levantarse, ojo, no es depresión profunda, no es aislamiento total, no es pensamiento suicida, en algún punto eso también me saca. ¿Podré ser taaan como para deprimirme pero sin estar siempre deprimida, para perderme pero sentirme tan encontrada a veces? Realmente ni idea. No sé quién soy, eso ya lo decidí, la joda de todo esto es que siento como que algún engranaje pesado se está moviendo de a pasitos de tortuga adentro mío, algo así como si me estuvieran anunciando el fin de algo, y el comienzo de otra cosa.
¡Genial!, pensé, al fin madurez.. pero no sé eh, me parece que todavía no tanto, aunque si capaz más realidad, más tema de interpretar la injusticia, de verla no sé si como algo normal, tampoco me cabe sentarme a pensar que todo esta dado y no puedo cambiar nada, pero me vendría bien entender de una vez por todas, y después de tantos golpes en la cabeza, que realmente las cosas nunca salen como queremos, para mejor o peor, y que tenemos que terminar aceptando que no podemos cambiar a los otros para que sean como queremos, como nos conviene, como nos resulta más fácil.
Una lección a la vez diría yo, asique repasemos que aprendí desde que arrancó el 2014 hasta ahora:
1) Valoremos a los viejos, dan todo por nosotros, y no te das cuenta hasta que te falta esa personita que te pregunta como te fue, pregunta a la que tantas veces contestaste un monosílabo y te fuiste a la mierda.
2) No podemos vivir por las presiones. No es sano, y no funciona. No importa que tan fuerte tire la corriente, si nos queremos bajar, bajémonos y busquemos el camino nosotros solitos.
3) Cocinar no es lo mío, fue más una confirmación que una lección, pero fue algo liberador admitirlo.
4) La época hermosa donde las  decisiones eran buenas o malas, y las personas eran 100% buenas o 100% malas, se termina en cuanto te abrís a la vida, que vas a hacer, todos tenemos defectos, y virtudes, la cosa esta en saber aceptar y no en saber clasificar.
5) No podemos pretender de las personas el mismo trato que les damos, no podemos forzar una relación, del tipo que sea, cada uno hace lo que siente y en el momento que lo siente, y a veces es una mierda, pero bueno, a todos nos va a tocar estar de los dos lados de la calle alguna vez.
6) Realmente, no hay muchas cosas no solucionables, obvio que nada se revierte y bueno, hay que aceptar consecuencias, pero con un poco de ganas podemos trabajar cualquier situación. Muy pocas cosas realmente están destinadas a quedar como están.
7) Creo que la más dolorosa, pero también la más liberadora, no hay nada fijo y estable en esta vida, absolutamente nada. Las personas cambian, se van, vienen, casi nadie queda y incluso aunque quieran quedarse puede que se tengan que ir de todas formas. No podemos aferrarnos a los sueños como únicas formas de encontrar la felicidad, como "metas", soñar es un proceso hermoso, es algo que se construye día a día, que tenemos que alimentar y cuidar, algo por lo que luchar, contra otros o contra nosotros.
Y creo que ahí vamos, estoy segura de que voy a poder agregar un par más de estas en breve, siento como las cosas cambian, veo la luna y el viento, y de alguna manera loca surrealistamente intuitiva, sé que estoy en un proceso del que voy a salir diferente a como empecé, y amo eso, y odio eso.

3 de abril de 2015

Furias

Gritar en silencio ¿Un oxímoron? O lo que sentís en el momento justo donde cambiarías todo pero no podes hacer nada, por la razón que sea, a veces por miedo, vergüenza, temor, fuerza, presión, lo que sea.
Hay muchas maneras de ejercer violencia, y la simbólica es una de las más jodidas, nadie se da cuenta...es fácil. Muchas veces incluso las víctimas viven convencidas, pensando que es un chiste, cuando hay al menos uno que no ríe. La verdad es complicada, las mentiras suelen tener comienzos más sencillos, opciones rápidas, fáciles, el reduce fat fast de vida, total, ¿Qué necesidad de decir que me fue mal? si en el recuperatorio la doy, o por qué voy a ponerme a pensar que van a andar pensando de mí, mejor dibujo todo un poquito, y otro poquito, y de repente no sabes que tanto dibujaste vos las mentiras y que tanto estas te están dibujando a vos.
Son excusas que suenan bien, porque nadie nos cría para decir la verdad, nos enseñan a callar lo que escuchamos, a veces lo que pensamos si no va a gustarle a los demás, nos enseñan que esta bien tener reservas, guardarnos cosas, desde opiniones hasta lo que sea.
Escapémonos de este mundo hipócrita, escapémonos haciéndolo cada día un poco más verdadero hasta el día que los políticos sean honestos entre sí y con sus gobernados, hasta el día en que una persona pueda ser honesta sin ser abandonada ni dejada de lado, digamos, gritemos en silencio y con voz, hagamos, despacio, tranquilos, pero persistentes, porque esperamos ganar.

22 de marzo de 2015

Aguanieve

Y arrancó el otoño nomas, y con él llegaron muchas cosas que no esperaba sentir, algo asi como un popurrí de cuestiones de la vida que no pensaba plantearme. Y también el frío, obvio, sino no era otoño.
Una buena peli, compañía serena, no demasiados sobresaltos, nada de cosas locas ni demasiado rebuscadas, borcegos, ropa larga y calentita, sentirme viva de muchas formas, encontrarme con esta nueva persona mucho más confiada que habría empezado a ser yo. Muchas cosas para dos días, muchas.
Un recuerdo triste que llena de aguanieve a mi corazón, porque a vos te encontré hace un año, un 21 de marzo, y te fuiste igual de rápido que llegaste, pero dejaste un desorden en mi alma que todavía hoy no logro ordenar, la principal razón es que no quiero, porque si sigo teniendo esas cajas de sentimientos por todos lados, te siento cerca y me siento viva en tu mirada nuevamente.
Cosas que pasaron y dejan secuelas, cicatrices que trato de borrar sabiendo que no voy a poder, imágenes y pensamientos que lucho por olvidarme, por sacarlos 10 minutos de mi cabeza, pero siempre recaigo en ellos.
Algo así como depresiones compartidas, estados de ansiedad/ nerviosismo que se alternan sin que podamos manejaros, que hacen que sopesemos mil veces cada mínima decisión, que dudemos de todo, que empecemos a pensar que nada era cierto, que nadie nunca gana.
Cercanías que tendrían que hacerme sentir viva, feliz, bien, y que lo único que terminan logrando es que con el correr de los días me entren tremendas ganas de encontrar una cuevita, un lugar seguro en donde quedarme a curarme a mi misma, sin tener contacto con nada ni nadie, sin salir, sin contaminarme de su humanidad que tanto mueve a mi humanidad.
Música que me recuerda que se puede seguir, obligaciones que me devuelven a la vida real más seguido de lo que me gusta, olores hogareños, conocidos, que marcan la manera en que entiendo mi vida más de lo que soy capaz de entender o figurarme.
Por ende, una creciente sensación de que no sé muchas cosas que creía saber, que pensaba que entendía y que iban a ser seguras, y de un momento al otro simplemente notó que me faltan, como un soplo de aire que se te va y no logras alcanzar con tus manotazos de ahogado.
Se podría decir que me perdí, aunque no puedo evitar que algo adentro mío me grite que en realidad recién me estoy encontrando, que perder la inocencia y la ilusión es solamente el primer paso.
No vengas amor, ahora soy un quilombo, vení cuando yo este lista para recibirte, para verte y animarme a hablarte, para pedirte tu número, para que nos sentemos en una plaza a disfrutar ese solcito otoñal a las 4 de la tarde, cada uno con un libro y compartamos un momento y unos mates que nos calienten el alma, y sellen algo hermoso, la combinación perfecta entre dos universos, la confluencia.