6 de diciembre de 2017

Vaivén

Vamos, caminamos despacio la noche lenta, sabemos adonde vamos. sabemos quienes somos. No tenemos dudas, porque siempre supimos que estamos parados en un suelo de madera, en el puente colgante de la General Paz, de la ciudad donde mi alma queda a veces.
Nunca una mejor metáfora, arriba de un pueblo sobre un arroyo, mirando una laguna o sentados en un faro prácticamente adentro del mar, son todos lugares donde te podría buscar al lado mío, donde querría verte cerca, sentir que te tengo al lado.
Sé que las cosas nunca salen como una espera, sé que las certezas son pocas, sé que no se puede construir así. Pero siento que sí, pero siento que ni vos ni yo sabemos ser sin cumplir con los sueños que soñamos cada vez que tu voz saluda a la mía, cada vez que las cosas nos recuerdan que las distancias pueden ser cortas si las sincronías son varias, y no dependen del horario del sol.
Yo no juzgo tu raíz, busco tu silencio cómplice, y hasta el momento inoportuno tiene un poco de sentido cuando pienso que las cosas podrían ser muy diferentes.
Y no busco que algo de esto tenga un hilo, simplemente quiero que mi mente deje moverse las cosas que me pasan, las que te pasan a vos, las que nos pasan a cada uno en su vida, y las que van a ser. En un eterno vaivén nos veo ser sombras y luces de a ratos, entretener a un público difícil, o conectarnos con lo que todo lugar trae.
Nos veo siendo todo, nos veo siendo nada, pero siempre nos veo.
No buscar, solo dejarnos llevar un poco por un sentir esquivo como el agua, que caprichosa busca volver a su centro, a su vez correr a nuevos caminos.

No voy

No voy a perseguirte
No voy a salir a rogar o a buscar respuestas
No voy a fumarme que decidas que te molesta de mí y me dejes sin voto
No voy a pedir perdón
No voy a pedirte nada
No voy a arrepentirme
No voy a ceder
No voy a tolerar verte caminar más bajo de lo que vales
No voy.

Todo lo que es tuyo siempre lo va a ser, todo lo que elijas siempre te va a marcar, todo lo que decidas lo voy a respetar. Pero hay momentos para estar al frente y ser la primera línea de fuego, y hay momentos para relajar y esconderme en las sombras. No voy a dejarme pegar, ignorar, o a callarme que no me parece la forma en que decidís vivir tu vida. Es tuya, pero es mi decisión si seguir ahí o no.
Sabés que siempre estoy, pero esta vez no quiero estar. Quiero que te necesites tanto a vos misma que te tengas que escuchar, y que no te quede otra que saber quien sos y que queres, y salir a buscar eso. Quiero verte bien, pero no voy a ser la bolsa de boxeo de nadie.
Siempre que quieras salir de tus círculos viciosos, de las cosas que no son, de lo que te lastima, de lo que te enloquece, ahí voy a ser con vos.
Siempre que elijas quedarte, sabe que puedo elegir irme. Y aunque nunca lo hice antes, ahora quiero probar, quiero dejar de pensar que te debo y tratar de deberme a mi misma nomás. Quiero que vos te sientas en deuda con vos, y que vos te ayudes a saldar eso, y cuando todo se enfrie y vaya bajando, ahí saber ser un apoyo, o intentar serlo por lo menos.
No sé si es que no quiero, o ya no puedo, pero algo de ser lo que nunca cambia me dejo de cerrar y ya no quiero. Quiero mi paz para cambiar, y que si estas sea bajo la promesa de respetar mis cambios, así como yo trato de respetar los tuyos.
Si, cambié, y me siento genial con eso. Y me muero de dolor de a ratos, pero siempre le termino encontrando magia.