21 de octubre de 2014

Todavía

La soledad paraliza al miedo, y el miedo me paraliza a mi. Y no sé donde estas, tampoco lo voy a saber, y a eso ambos lo sabemos. Podrías habérmelo dicho, y yo podría haber preguntado. Y ninguno hizo ninguna de esas cosas. Tengo miedo y ninguna respuesta, tengo frío porque siento que tenes frío.
Quiero creer que estás ahí, porque si te pierdo me pierdo a mi misma, porque cada minuto al lado tuyo es un regalo, siempre uno distinto, y quiero seguir recibiéndote.
Y el miedo que me atraganta los sueños, que me amenaza con no saber que te puede haber pasado. Y las ganas de llamar, de preguntar por vos, y el simple y aterrorizante hecho de no saber que me van a contestar.
Perdido en el medio de la nada te dejo ir, flotá tranquilo mi hermano, no sabes que hacer y yo tampoco. Pero en ese breve instante nuestro por siempre, ahí me queda tu esencia metida en los huesos, en cada rincón de mi ser. Espero no estar siendo ciega, porque realmente te quiero ver volver. Quiero encontrarte en esa estación y abrazarte como si nada nunca cambiará.
En algún pasado pretérito me dejé tu hermosa sonrisa, junto a mi risa y a un mate que se enfría..¿Por qué no lo tomas? No me dejes en esta plaza, en este 29 de febrero de un año que nadie puede precisar. Vos sabías, que para no dejar huellas la única forma es nunca pisar. Y por eso te amo como se ama a un pájaro, de esa manera fraternal y libre, dejándolo ser porque no podes, ni queres, encerrarlo. Porque control para vos siempre fue una mala palabra, y de a poco me contagias un poquito de ese espíritu, corazón. Te dejaría ir tantas veces como lo pidas, y lo sabes. Y por eso no me preguntas más, y sólo te vas.
Agarras esa mochila errante que lleva cada pedazo de tu alma, te la cargas al hombro y no me prometes volver, porque nunca prometes cosas que no vas a cumplir. Y eso lo odio de vos, porque las promesas mantienen con vida a mi ser, y ahora sólo espero y no sé. No sé como no extrañarte más. No sé como recuperar un momento. No sé si te perdí. Ay mi sol, ahora entiendo lo que es vivir en el limbo, en la incertidumbre y en el terror de la ausencia, ese miedo a despertar.
Y como toda Penélope que espera, aunque no seas mi amor, ni el de otra persona, todavía espero verte en alguna vereda, saltando los cordones, haciendo malabares, en esa brisa fresca que recorre los lugares donde la gente hace lo que ama.
Y te tengo, en cada poema que busca despertar a alguien, en cada voluntad de cambiar y de amar, en cada persona que veo en la calle, y en mi misma.
Todavía espero que esto sea una mentira, que mi pluma no escriba lo que puede ser, todavía espero encontrarte.

1 de octubre de 2014

Dualidad

Dualidad. Sin duda una de las mejores palabras para descibrirme, incluso si tuviera que hacer una definición mía, le anexaría un dibujito de un muñeco de palitos, que no alcanza algo que está muy alto.
Sin duda, ese muñequito me define muy bien, en el sentido literal y el figurado también. Soy bajita, solamente un metro cincuenta y un par de centímetros. Ah, y vivo queriendo ser una persona que nunca llego a ser.
No es tan malo como suena, a veces tengo temporadas de amor propio. Pero hay otras veces que mi yo real se aleja tanto del ideal que hasta duele, como si esas dos partes de mí se rompieran al despegarse una de la otra, tirándome hacia dos lados opuestos.
Nunca voy a entender como ella lo hace, siempre se lo digo y sé que suena raro pero la admiro en muchos sentidos. Porque se parece a mí, incluso más de lo que a veces muestra , lo sé. Prro de alguna mágica manera logra canalizar lo mejor de lo que alguien como yo puede llegar a ser.
No la idealizo, sé que tiene que tener sus trabas y fallas como todos, pero domina un secreto para ser feliz que no entra en mis cálculos en ningún sentido, y que nunca va a entrar. Simplemente no puedo quitar todo lo malo que está en mí, por eso lo admito y eso simplemente aleja a los demás.
No en sentido literal, pero ese silencio mortal cuando termino de decir lo que pienso o siento, lo dice todo. Nunca me preocupo mucho el rechazo, siempre pensé que una tiene que superarlo y ser mas fuerte que él en todos los sentidos.

Pero si me asusta mucho fracasar, enormemente. Simplemente, no entra en mi cabeza que vivo anhelando algo que cada vez que estoy cerca de lograr, consigo alejar. Nunca doy el paso que me deja llegar. Y nunca lo voy a dar.

Pedazos marginales de un futuro incierto

Me levantó de golpe, me rodea el silencio. Y tu voz no está, no está al lado mío, tampoco en la cocina o en el balcón. Inspiró fuerte tratando de encontrar ese olor a cigarrillo que había cuando te quedabas, pero el aire está puro, y por la ventana que me olvide de cerrar entra olor a lluvia.
No sentí cuando empezó a llover, se podría haber llenado de agua el piso y no me habría dado cuenta. Vos eras el que cerraba la ventana, apagaba la luz, y sólo después de ese ritual tan doméstico y cotidiano, te acostabas al lado mío, y me abrazabas.
Yo siempre me olvido de algo, la memoria nunca fue mi fuerte, el orden tampoco.
Quiero café, pero no quiero levantarme a hacerlo. Irónico es pensar que un monoambiente me iba a parecer enorme alguna vez. ¿Quién diría? Me acuerdo cuando me decías que vivía en un cuadrado, y yo sintiendo que ahora vivo en una cancha de fútbol.
Erámos un juego de encastres, corazón, me acabo de dar cuenta. Y nunca encajamos del todo. Y hoy soy pedazos de vos y de mí. Y aunque no hablemos, sé que sos pedazos también. Pequeños pedazos que solían juntarse y trataban de formar algo, bueno, o malo, o como fuera. Recortes de un nene de primaria, abandonados al fondo de la mochila, peleándonos entre nosotros para hacer una forma geométrica, una que le guste a la maestra.

Pero nunca supimos pintar dentro de las líneas. Y hoy camino sola pensando por qué ironía de la vida me siento como un triángulo siguiendo los rastros de un rombo que tenía mucho más de cuatro lados, y no tenía café en la alacena.

Poema al amor no descubierto

Si después de una buena idea nunca pueden salir dos
Si los que pierden festejan más aún que el ganador
Y si las calesitas vuelven
Ojalá que sea asi, amor
Quiero subirme con vos y cambiar el cuento de hadas
La princesa se salva sola y se enamora del bufón
Que más que bufón es el sueño de cualquier corazón
No todos lo ven, pero él sabe
Y yo sé
Y ahora que sé nunca más voy a esquivar
A ese que parece menos pero termina siendo más
Escribiría miles de antologías y poemas de amor
Pero con uno alcanza
Porque cuando mi rutina necesita de vos
Y lo más monótono, lo pintas de color
Entonces no hay palabras al final de la oración
Sos mi héroe y yo tu fuerza
La sirena y el dragón
Que cada día salen a buscar algún rincón
Donde los finales no son rosas
Y tampoco hay desamor
Donde ven juntos la vida pasar

Hasta que un día se apague este infinito compás.