2 de febrero de 2014

Cierre de página

Hoy es un dia raro, definitivamente. Hoy estoy cerrando muchas páginas, aventurandome a nuevos caminos y capítulos en mi vida.
Voy a mudarme, voy a cuidar de mi misma, voy a conocer gente nueva y en un tiempo más, a empezar la carrera que quiero que defina el resto de mi vida. Voy a comenzar a caminar en la dirección donde me gustaría encontrarme en un futuro. Y si de algo estoy segura es que nada va a salir exactamente como la espero porque nada nunca es tan perfecto como lo soñamos, y curiosamente estoy feliz de no saber. No saber que va a pasar en los próximos días, semanas, meses y años. Dejar un poco que la vida tome una parte del control, siempre recordando que yo también tengo que ayudar a dirigir mi propia vida.
Y a pesar de que todo eso pasa ahora mismo por mi cabeza, el nombre de la entrada hace referencia a otra cosa:
No sé si muchos de ustedes sean lectores habituales, si leen por placer o solo si es necesario. Pero hay algo que a todos les debe haber pasado alguna vez en su vida. Es ese momento donde el libro que leemos se puso más interesante que nunca, tanto que no podemos soltarlo.Y empezamos a leer como uno de los personajes esta en plan de salvar al mundo, y de repente ¡PAFF! Nos sorprende el sonido del libro al cerrarse bruscamente, y miramos a los costados como preguntándonos quien fue el/la que lo cerró, y nos damos cuenta que fuimos nosotros mismos, en plan de evitar llorar como nenitas o porque simplemente no podemos soportar la idea de seguir leyendo cómo los personajes que tanto aprendimos a querer mueren.
Es así, el personaje muere de la manera más heroica posible y se nos parte el alma a nosotros, y lo terminamos extrañando todo lo que queda del libro, y de nuestras vidas.
Hoy brindemos por todos esos personajes que quedaron en nuestra alma, por cada cierre brusco de un libro en cada lugar del mundo, por el valor de seguir leyendo. Y por el de seguir viviendo después de cada cierre de página en nuestras vidas.