6 de diciembre de 2017

Vaivén

Vamos, caminamos despacio la noche lenta, sabemos adonde vamos. sabemos quienes somos. No tenemos dudas, porque siempre supimos que estamos parados en un suelo de madera, en el puente colgante de la General Paz, de la ciudad donde mi alma queda a veces.
Nunca una mejor metáfora, arriba de un pueblo sobre un arroyo, mirando una laguna o sentados en un faro prácticamente adentro del mar, son todos lugares donde te podría buscar al lado mío, donde querría verte cerca, sentir que te tengo al lado.
Sé que las cosas nunca salen como una espera, sé que las certezas son pocas, sé que no se puede construir así. Pero siento que sí, pero siento que ni vos ni yo sabemos ser sin cumplir con los sueños que soñamos cada vez que tu voz saluda a la mía, cada vez que las cosas nos recuerdan que las distancias pueden ser cortas si las sincronías son varias, y no dependen del horario del sol.
Yo no juzgo tu raíz, busco tu silencio cómplice, y hasta el momento inoportuno tiene un poco de sentido cuando pienso que las cosas podrían ser muy diferentes.
Y no busco que algo de esto tenga un hilo, simplemente quiero que mi mente deje moverse las cosas que me pasan, las que te pasan a vos, las que nos pasan a cada uno en su vida, y las que van a ser. En un eterno vaivén nos veo ser sombras y luces de a ratos, entretener a un público difícil, o conectarnos con lo que todo lugar trae.
Nos veo siendo todo, nos veo siendo nada, pero siempre nos veo.
No buscar, solo dejarnos llevar un poco por un sentir esquivo como el agua, que caprichosa busca volver a su centro, a su vez correr a nuevos caminos.

No voy

No voy a perseguirte
No voy a salir a rogar o a buscar respuestas
No voy a fumarme que decidas que te molesta de mí y me dejes sin voto
No voy a pedir perdón
No voy a pedirte nada
No voy a arrepentirme
No voy a ceder
No voy a tolerar verte caminar más bajo de lo que vales
No voy.

Todo lo que es tuyo siempre lo va a ser, todo lo que elijas siempre te va a marcar, todo lo que decidas lo voy a respetar. Pero hay momentos para estar al frente y ser la primera línea de fuego, y hay momentos para relajar y esconderme en las sombras. No voy a dejarme pegar, ignorar, o a callarme que no me parece la forma en que decidís vivir tu vida. Es tuya, pero es mi decisión si seguir ahí o no.
Sabés que siempre estoy, pero esta vez no quiero estar. Quiero que te necesites tanto a vos misma que te tengas que escuchar, y que no te quede otra que saber quien sos y que queres, y salir a buscar eso. Quiero verte bien, pero no voy a ser la bolsa de boxeo de nadie.
Siempre que quieras salir de tus círculos viciosos, de las cosas que no son, de lo que te lastima, de lo que te enloquece, ahí voy a ser con vos.
Siempre que elijas quedarte, sabe que puedo elegir irme. Y aunque nunca lo hice antes, ahora quiero probar, quiero dejar de pensar que te debo y tratar de deberme a mi misma nomás. Quiero que vos te sientas en deuda con vos, y que vos te ayudes a saldar eso, y cuando todo se enfrie y vaya bajando, ahí saber ser un apoyo, o intentar serlo por lo menos.
No sé si es que no quiero, o ya no puedo, pero algo de ser lo que nunca cambia me dejo de cerrar y ya no quiero. Quiero mi paz para cambiar, y que si estas sea bajo la promesa de respetar mis cambios, así como yo trato de respetar los tuyos.
Si, cambié, y me siento genial con eso. Y me muero de dolor de a ratos, pero siempre le termino encontrando magia.

4 de noviembre de 2017

Agua- Tierra

No servimos para los puntos medios. No servimos para no hablarnos, no servimos para existir sin ser eso que sostiene a la otra. No sirvo para existir sin ser tu amiga.
Voy a ser realista, no fueron malos meses, me pasé días llorando, pero también me pase días riendome, me pase días con ganas de hablar, pero también hubo muchos otros donde no me acordé de vos. No tiene mucho sentido que te mienta, vos sabés más de mi que yo.
No hay un puto lugar de mi vida en donde no estes, sos la base de las mil historias, sos la persona que siempre cae de nuevo, sos la amiga que más me lee, me lees sin verme, sabés donde estoy y con quién sin que te lo diga.
No espero demasiado, capaz que ya esperé mucho. Necesitaba calmarme negra, necesito calmarme, hay tantas cosas que no se hacer sin acelerar a mil, sin correr, sin ahogarme en los miedos, sin ser insegura a cada puto paso. Ayudarte es una de esas cosas, quiero correr y resolver todo, quiero saber que estás bien, quiero que todo mejore por arte de magia.
Siempre funcionamos así, aportando lo que la otra no tiene:
A mi poca organización, tus planes.
A mi voladez, tu concretud.
A tus sueños, mis comentarios mordaces.
A mi rabia, tu rabia, en eso siempre estamos de acuerdo.
A mi paz, tu enojo y tu vuelo.
A mi vuelo, tu calma y tus ganas de hacerme ver que hay caminos.
A mi pasión, tu realidad.
A tus pasiones, mis ganas de que las persigas.
A mi agua, tu tierra.
A tu tierra, mi agua.
Somos un dúo, una fuerza que cuando se junta hace que las cosas sean como son, y todo el tiempo que no hablemos consumo un mundo que está un poco bastante más apagado que lo que debería.
No se que pido, ni que espero, pero sé que sos mi sombra y yo la tuya, pero sé que nos debemos un estar eterno y unas mil charlas. Porque no quiero esconderme de lo que pasa, aunque tarde en saber como reaccionar.
Porque el orgullo ante todo, brindo por tu terquedad y la mía, hermanas de camino, y compañeras de batalla.

2 de noviembre de 2017

Juego

Tu juego no es peligroso. Supongo que puede llegar a lastimarme, como todo, pero prefiero un par de marcas en la piel a un corazón hecho mierda, y vos me prometes eso. Me calmás, me miras con dulzura, me sonreís con ojos achinados que solamente piensan en mi placer, me calmás, me abrazas de noche y de día y me pones un freno cuando no puedo dejar de pensar. No es fácil con alguien como yo, pero te la bancas al punto de sorprenderme, ves una belleza en mí, no porque sea hermosa, sino porque vos me mirás con belleza en los ojos.
En tus muslos me siento, en mi pecho te espero cuando la tormenta te calé, y en tus brazos me escondo cuando el mundo me duele y me lastima.
Y vos no me prometes soluciones mágicas, no me llenas de consejos inútiles, no me vendes sabiduría barata, vos me das lo que podes: un oído, un abrazo y mimos que hacen que las mareas bajen, que mis miedos se callen y que mi cuerpo y mi ser quieran bailar al ritmo de tu forma de quererme, aunque sea un rato.

29 de septiembre de 2017

Pibe Promesa

No sé bien por qué nunca me salió escribirte, costumbre mía supongo, de dejar un espacio entre lo que me pasa y lo que plasmo.
Siempre buscando un cierre, dejar las palabras para después de las vueltas de rosca, para cuando todo tenga sentido.
Pero no todo tiene sentido, nada en realidad. Y hay que acostumbrarse a no cerrar las historias. Yo no voy a hablar de "lo que somos" o lo que no somos, somos personas, con eso alcanza.
Pero si te voy a agradecer eternamente por lo mejor que me diste: una complicidad atroz. Y es que no me acuerdo de haber estado en ninguna situación con vos sin que nos miremos y entendamos, o sepamos que hay algo ahí por entender, una historia por contar, un comentario por hacer. Siempre están ahí tus ojos, diciendome que hay algo más. Y eso lo valoro siempre, porque es loco y no es fácil, porque no es menor.
Me cuesta no pedirte promesas, o boludeces típicas, pero lo evito porque no tiene sentido pedirte algo que no podés darme. Igual a lo más importante ya lo prometimos: ser islas sinceras para el otro, siempre.
Te deseo todo lo que vos quieras alcanzar, y te repito esas palabras que me quedaron como lo mejor que podemos desearle al otro: "Ojalá que existas ahí donde tu navegar sea posible". No importa que quieras, ni donde este eso, suerte cuando lo consigas.
Gracias por todo, los códigos compartidos, por meterte en mi mundo y dejar siempre las puertas abiertas del tuyo. Sé que en algún momento nos esperan más charlas de balcón y birra, más noches de flashar pasteles y ser infinitos.
Amate negro, a vos y a tu caos, tus mambos y tu todo, porque vales y me has demostrado que nunca estás tan perdido como pareces.

23 de septiembre de 2017

Yo nunca pedí

Y si, fue así. Yo nunca pedí lo que vos me diste, como dice la canción. Ytiene todo el sentido del mundo, porque vos no sos lo que yo quiero, ni anhelo, ni me llama la atención; y yo no soy la mujer que vos queres, la mina que cumple los requisitos.Y así esta bien por mí.
No te esperaba en mi vida, no esperaba nada de lo que pasó entre vos y yo, y todavía me cuesta creer que las cosas pasaron como pasaron, pero me regalaste un momento único, una belleza exótica en medio del dolor. Y eso te lo tengo que agradecer siempre.
Ni vos pediste la dulzura, ni yo te exigí el cariño, podrías haberte ido tranquilamente sin que te persiga, y sin embargo la vida decidió que seas ocupa en casa, que nos quede un finde eterno, una escapadita del mundo por un rato, donde fuimos un poco de lo que somos, sin serlo todo, y sin esperar que el otro lo sea.
Sé que no te conozco bien, y así esta bien. Sos un alguien que siempre va a quedar atado a un momento, y que me sacó más de una sonrisa en medio de algún caos. Como quedarme, me queda desearte que algo de vos se conecte con lo que sos, que te sientas más encontrado con tu vida, y que en el momento que lo puedas bancar bien, estes con alguien que te banque y te acompañe como debe ser.
A tu manera, escondes un sol enorme, abajo de capas de ser lo que todos dicen que es ganar. Espero cruzarte y que te hayas sacado algo de ese peso de encima.
Gracias, y nos vemos cuando sea.

https://www.youtube.com/watch?v=SbYXafB4PVg&list=RDc8MMn0zoXOg&index=5

5 de septiembre de 2017

Que exigir

Supongo que la respuesta es obvia: nada. Por lo menos por hoy. Pero de a ratos reconozco que todas mis inseguridades se hacen carne en mi y me miran de frente, me conmueven y me hacen hacerme unas mil preguntas por segundo; por un rato entiendo a todas las personas que en mi vida me dijeron que había voces que no se callaban ni se podían parar. No soy yo la única, y saber eso me hace fuerte, pero no evita que me desmorone de a ratos.
Supongo que es raro que sea la primera vez que puedo escribir sobre esto, o no. El tiempo y mi forma de ver la vida se llevan bien, se alimentan mutuamente, se dejan ser y se obligan a ser juntos. Y amo por ende a cualquier ser que entienda como el tiempo corre en mi vida, nadie como el maestro de Murakami para decir las palabras justas sobre un tiempo que se entiende como una alfombra, para hacerte sentir que en cada paso de ese proceso él se ocupó de elegir con cuidado cada una. Con paciencia, con amor.
Reconozco que no me siento cómoda con ser la persona que soy hoy, con pensar demasiado en lo poco que puedo controlar las cosas, con no saber con que referencia tratarte, con no saber con que ojos mirar a todo lo que me pasa, a lo que siento, a lo que es real, a lo que es mi imaginación haciendo de las suyas. Y como siempre que no se como manejarme con algo, hablo. Hablo hasta por los codos, pienso y voy traduciendo eso en palabras que llevó a todo el mundo, a todo mi mundo. Y escucho lo que me dicen desde mi amigo más abierto de corazón hasta las personas que llevan tanto siendo coraza que ya lo parecen en sí.
No se que exigir de la vida, de mi misma, de vos, del mundo en sí. No se que exigir porque supongo que no se exige nada, que todo se da y se espera a ver que vuelve de eso, nunca igual, no. Siempre con ese plus que le da el otro, con esa vuelta de rosca subjetiva que es lo que en realidad podemos llegar a conocer (a medias) y a amar de otros. Podemos amar la forma en que las demás personas ven al mundo, como encuentran en sus rincones cosas que vos no ves, cosas que esperaste ver siempre y que nunca pudiste, cosas que ellos traen, cosas que todos movemos por el mundo mientras caminamos.
Supongo que las esperas alimentan al alma, ayudan a correrse de donde estas, ayudan a ver al mundo un poco distinto, ayudan a saber que hay algo ahí. Confió en eso porque no sirvo para ansiedades, menos para ser la persona que le viene a demandar de todo a un mundo que a duras penas sabe lo que hace; y todos somos un mundo sol. Somos universos que se convocan y se chocan de a ratos, formas de ver la vida que quisieramos, formas de ver la vida que odiamos con saña, que odiamos porque atacan a nuestra frágil estructurita, pero que en ese chocar hacen crecer.
La tormenta sigue, quizás no pare por un tiempo largo, pero de a poco me acostumbro a ella, de a poco me hace fuerte. Hoy me paró a mirar un mundo donde no quiero a nadie que alimente mis inseguridades, mis miedos, mis mambos propios y complicados. Hoy supongo que busco a cualquier ser que me sepa calmar, que entienda esos miedos y los vuelva algo hermoso, algo valioso. Y no se bien para donde arrancar, pero te aseguro que me voy a dar cuenta dentro de poco, te aseguro que cuando las cosas arrancan a salir bien le empiezo a agarrar fe al mundo.
Los días se alargan, yo me siento más vivia, y veo como todo cae, cae para levantarse. Ya no me da miedo caminar viendo fantasmas, porque sé perfectamente que decirles.

29 de agosto de 2017

6 fálico

Hay cosas que te des-arman. Con el mayor de los sentidos, te dejan sin las armas que venís usando para evadir al mundo. Todos tenemos conductas que repetimos, lindas y salvadoras formas de escaparnos de nosotros mismos, de lo que queremos. Es tan humano como complejo ser así, es inevitable también.
Pero a veces con una pequeña parte de vos que deje el armamento de lado, que se saque las caretas y que deje ser en paz un rato a lo que sos, a ese yo apurado que se la pasa tratando de resolver todo; con un rato de eso alcanza para romper esquemas.
Con un cachito de libertad, cualquier preso (y todos lo somos), siempre encuentra la forma de ver al mundo como un lugar libre, aunque lo vuelvan a encerrar. Desespera, enloquece, agobia la libertad. Agobia el saber que se puede, nos pone en posiciones que no esperabamos, tomando decisiones a las que les venimos teniendo miedo hace tiempo, y buscando lugares donde por lo menos haya una mano que nos recuerde que somos los mismos que eramos antes, que no vamos a cambiar aunque vivamos cambiando.
Caminar sin miedo las calles que me suelen dar pánico, no por desconocidas sino por conocidas en exceso, mirar a los que siempre están en paz, saber que siguen ahí, que yo también sigo ahi. Pero también sentir la paz de saber que estás en donde tenes que estar, y que no parece el mismo lugar de siempre. Encontrar otra ciudad en la ciudad que pensé que me sabía de memoria, reirme con las mismas ganas y el mismo ritmo que siempre, volver a los templos que me vieron ser y sacarme, que me encontraron tantas tardes viviendo lo mejor que me pudo pasar, lo más feliz en lo menos caro, en lo menos fino, en lo menos despejado.
Volver a sentirme libre en el lugar que he llegado a pensar como una caja, me da una fuerza atroz para salir de nuevo al lugar que siempre me dio libertad y ritmo. Me da ganas de anidar la paz en mi mundo, de quedarme con las personas que tengo hasta ahora, de dejar que algunas cosas se definan por acciones de otros, no hacerme cargo como si todo dependiera de mí porque no es así y siempre puedo elegir salir de todo menos de mi mente.
Y me caigo, y sigo pasando mucho tiempo tirada en mi sillón, juntando horas de sueño que no convierto en acciones, pero de a poco sano por adentro, me vuelvo a sentir la persona que fui cuando no me daba miedo que las cosas salieran mal.
Y cosas como vivir con alguien, como ser débil adelante de otros, como dejar que los demás hagan y erren sin decir nada, vuelven a mí. No tan madre, y mucho más como mi yo de 15 años, así voy a dejar que agosto se quede sin ganas y se vaya a la mierda. Le voy a agradecer la grandeza de sentir, y le voy a reclamar los días de sol que se afanó.
Septiembre ya llegás, y esta versión tan feliz de mí misma te espera con todas las ganas del mundo. Y mandale mecha, que necesito ilusionarme con algo.

1 de agosto de 2017

Ojo del huracán

Me tiro en el sillón, estoy cansada. Dormí como 10 horas pero sigo cansada. Demonios de adentro que me miran y se me tiran encima. Yo pensando que me siento mal. Intentando entender que de todo me hace sentir mal. Un poco de todo. Peleas, historias que se cruzan. Cosas que todavía no dije. Sueños que no se si vale la pena correr.
Miedo. Agotamiento. Pena. Lloro un rato. Se me pasa. Me pongo a hacer té. Me pongo a resumir. Salgo al balcón a fumar.
No entiendo por qué. La magia de julio se me fue sin que me anime a subirme al tren. Se me llena la cabeza de preguntas. No se a quién hablarle. Bah, sé, pero no sé.
Me agoto de mi misma. Elegiría salir de acá adentro un rato. "Sólo los que han sufrido merecen vivir" dijo la Bestia, y yo sigo pensando en que sufrir se sufre siempre. No debería ser sorprendente que se me haya caido una idea de mundo a la mierda. Capaz que me hacía falta, vaya a saber una. Solamente lo voy a saber después.
Llevo meses así, me miro en el espejo pensando que ahora si, que ahora ya se pasó la tempestad, que las cosas ya se van, y me vuelvo a hundir. Julio fue el ojo de la tormenta, o así me parece hoy. Ese pequeño oasis de calma donde no volas en el huracán, sino que miras todo desde abajo, todo es paz siempre que te quedes ahí. Pero pasa, siempre se pasa.
Supongo que así como este dolor fue llegando de a poco, se fue metiendo en mi rutina con los días, asi se va a ir. Van a ser días y días hasta que en un punto voy a volver a sentir que todo mejora más seguido. Y es que lo que más me molesta es que siento que estoy en paz y todo se cae en 2 segundos.
Y yo sigo sin resolver cosas que van a volver siempre. Y yo sin tener en claro que debería estar resolviendo.
Y yo siendo tan intensa como soy, aferrandome a personas, situaciones y sueños que no se mueven, y a los que no tiene sentido apurar. No puedo dejar que la ansiedad me defina, no quiero ser así. Pero si es menester sacarme algo de todo este peso de adentro, hacerlo agua, ponerlo al sol para que crezca o se muera de golpe, pero para que yo lo pueda ver, y pueda entender que es.
Simplemente quiero verlo y verme, quiero entender que hay atrás de la angustia que me consume de a ratos, de las cosas que me ahogan sin que yo entienda del todo porque.
Un mes más, a remar. A buscar un rato de sol.
Y si falla, yo me pedí septiembre. Siempre me queda septiembre.

21 de julio de 2017

Guerras

Son tantas las cosas que no puedo decir, las cosas que si digo de una no funcionan porque todos escuchamos por sobre todo lo que queremos escuchar. Son días, semanas de ahogarme en palabras. Son semanas de estar adentro, de entender que todo lo turbio tiene que salir a la luz, tiene que ser lo que sea, tiene que sangrar para que mañana vuelva a ver las cosas de una forma piola.
No me gustan las discuciones, me sacan la energía, las ganas de existir, las ganas de darle la vuelta a las cosas, me sacan las ganas de encontrar cosas ocultas. Me llenan de ganas de mandar a la mierda a todo, a todos, y a cada puta partícula de mí que esta peleando.
Y sin embargo, este año me cagué a palos con la vida, me peleé con todo lo que conocía, me dieron ganas de matar mucha gente, de llorar mucho (y lo hice), de gritarle a las personas en la calle por el simple hecho de existir en un momento donde no quiero que nada exista sino me va a ayudar a entender un poco más al mundo, o a mi mente, que para el caso vienen a ser lo mismo.
Hay tanta gente con miedo de ser, que a mi me está dando miedo ser una de esas personas, no dejarme escaparme lejos de todo lo que me pinta hacer y decir, y vivir.
No puedo ser lo que esperás, eso no corre en mi sangre, yo soy otra cosa, yo estoy en otro momento. Soy joven y quiero vivir eso como lo que es, un momento para respirar a mil, correr por la calle cagandome de risa, cruzar avenidas sin mirar, para llegar tarde, para dormir poco aunque no haya salido de mi casa, para entender que en las noches eternas se dan cosas que en el día no pueden surgir. Es lo que me queda por ver antes de empezar a ver todo de otra forma, antes de planificar y suponer, antes de dejar todo por algo. Yo no funciono con tus relojes, con tus taras, con tus deberes, yo no tengo tu sentido de responsabilidad, y no lo quiero tampoco.
No le tengo miedo a fallar en muchas cosas que se pueden resolver, lo único que me da miedo es fallar en algo en lo que creo ser buena, y entonces me rigo por lo que supongo ser, y desperidicio, si, muchas cosas: tiempo, momentos, palabras, personas, lugares, experiencias. Derrocho todo eso como si mañana no me fuera a faltar porque lo siento como si mañana no me fuera a faltar. Puedo entender que no lo veas así, puedo entender que las cosas que te mueven siempre hayan guiado a tu mundo, puedo entender que tengas miedo de parar porque algo en vos supone que no vas a arrancar de nuevo, pero no pongas eso en mí.
No me quiero levantar temprano, dormir mucho y bien, no necesito o creo necesitar comer sano. No busco equilibrio porque soy la cara del desequilibrio y siempre lo fui, porque soy las contradicciones y los extremos que amo a morir, hasta morir. No busques camabiar eso de mí. Si yo eligo cambiarlo es cosa mía, pero tenes que dejar de poner disciplina y orden en mí ser, porque no soy eso. Porque dudo seriamente que vos lo fueras a mi edad.
No puedo putearte porque el amor que te tengo es superior a eso, es superior a hacerte sentir mal. Pero no quiero sostener este juego absurdo en donde vos supones que tenes poder sobre la forma en que yo veo la vida, y yo te dejo tenerlo. No sos mi mamá aunque te sienta como una. No dejo ni que mis viejos alteren mi dinámica, mucho menos voy a dejar que vos lo hagas.
No es que sea una pendeja desagradecida. Es que soy una persona cansada, una mina que no da más de escuchar como todos hacen todo mal, y de ver como algo de tu ego se eleva por sobre todo. Yo puedo jugar guerras tan bien como vos, vos me criaste en el arte de valorar lo que sos, y lo que haces por sobre las miradas, pero vos te ahogas en esas miradas porque necesitas suponerlas, necesitas esa regulación de otro que te condene. Y yo suelo necesitar tu mirada, pero hoy no la quiero aunque me persigas con ella en la mano. Hoy quiero que la única mirada que me quede sea la mía, porque me estoy pudriendo de pedir opiniones y el día menos pensado prendo fuego todo con tal de saber que es algo que salió de mí.

3 de julio de 2017

Casas

Las casas tienen corazones propios, tienen pulso cardíaco, escuchan y sienten como las personas que las habitan, y definen sus silencios y rutinas. A veces es un reloj en el medio de del living, o en la mesita de luz, otras es una estufa o heladera que hace ruidos de a ratos, que marca y busca llenar un vacío pero a su vez es cómplice del mismo.
Nunca sabes que es hasta la primera vez que te despertas un domingo más temprano, y en vez de prender todo y ponerle play al día, te hundís en su modorra y te dejas conquistar por tu casa.
Es el ruido a tarde de feriado, a los vecinos saliendo, entrando, limpiando, cantando y moviéndose por todo el enorme esqueleto que es tu edificio. Y no sabés, no entendes ni buscas explicación para todos los sonidos de tu casa, porque sería como calcular los latidos de alguien que amas, y buscar en eso la razón de porque se aman.
No tiene lógica, sino compases, y la verdadera magia empieza cuando te dejas perder en ellos.

Lindo es...

Sin que me de cuenta para nada, empezó julio. Y me toca hacer mi entrada de todos los años sobre julio. Ya a esta altura saben que la suerte me regaló un chiste sobre este mes, que lo hizo tener una actitud positiva siempre.
Curiosamente después de dos semanas de terremotos y fuerzas, de matarme haciendo cosas de la facultad, y de tener unas tremendas charlas con amigos, vino una semana más de paz, hacer sociales y volar de la mano con los que amo.
Hablando horas de madrugada saque en limpio muchas cosas sobre mí misma, sobre como funciono, sobre como me llevo con los demás y por qué, y también me jugue un poco a salir de los esquemas y hacer cosas que me dan miedo aunque nunca me alcancen las palabras para justificar porque.
Y caí un poco en cuenta de que siempre hay alguien más mambeado que uno. Yo siento que estos meses me regalaron una crisis existencial, pero el bello resultado de eso es que me quedo con mi forma de ver el mundo, me quedo con las personas que me bancaron estos meses de odios y furias, y me quedo con que amo mi caos. Amo cada pedazo de ese caos que soy, amo pensar todo muchisimo, amo dudar de hasta mi sombra, amo saber mucho de las personas, y tener muchas teorías sobre ellas, sobre hasta donde puedo presionar, hasta donde preguntar, sobre como estar sin forzarlos, sin lastimar esas heridas que yo sé que no llevan mi nombre ni mi marca, y que les pertencen solo a ellos/as.
Después de darme cuenta de como me conozco, de como sé, de como muchos quieren saber y no saben, y muchos otros creen saberlo todo y no se dan un puto lugar a dudar de nada, de como todos vamos reolviendo como nos sale. Después de tanto, solamente me queda pensar en que estoy mejor de lo que suponía, me siento confiada, fuerte, y estoy tratando de tomar todas las decisiones porque sé que es la única forma que me queda de que nadie decida por mí.
Los 21 me trajeron la adultez, las peleas y quilombos me trajeron la tristeza que necesitaba para poder entender esa adultez, y las personas que el camino me cruzó y que no deje que se pierdan, me trajeron la paz y el tiempo que necesitaba para que todo eso tuviera algún sentido.
Lindo es saber que le encuentro un sentido a todo.
Lindo es saber que no me asustas, y que puedo trascender a tu existencia.
Lindo es saber que me mirás y te miro, y muchas veces no hace falta nada más.
Lindo es saber que tengo la paciencia para esperar el momento justo de la apuesta.
Lindo es pensar que falta poco, aún sabiendo que no es así.
Lindo es sentir que el invierno tuvo mucha luz, muchas noches de luces eternamente prendidas.
Lindo es saber que te superé materia de mierda, que me consumiste pero yo te gané.
Lindo es sentir que nos comemos el mundo, aunque la realidad nos apunte a matar.
Lindo es saber que es Julio, con J de juntos.

15 de junio de 2017

Tempestades

¿Qué es una tempestad? No lo busque en google, pero siempre me sonó a tormenta grande, a un tornado, a un día de esos donde el viento te vuela el pelo, y apenas te dan ganas de abrir los ojos para mirar por donde caminas.
Soy una persona que cree en el poder del viento, creo que volando todo y armando quilombo saltan todas las cosas a la luz, y se transforman las ideas y las personas.
Pero a veces las tempestades tienen más que mostrarnos, a veces pueden ser eso que viene por un corto tiempo y que te lleva a otro escalón, pueden ser esa persona que te quita los miedos, esas miradas que llevan tantas historias, y que resuman historia compartida, ese abrazo de un amigo cuando las cosas se están hundiendo, ese hundimiento también es tempestad.
Tempestad es cuando las cosas van bien y se va todo a la mierda en 3 segundos.
Tempestad es cuando venís en picada y ves como las cosas empeoran, pero no podes dejar de seguir, de caminar aunque sepas que vas a caer.
Tempestad es verte solo.
Tempestad es no entender nada, el momento completo donde cada puta vez que pensas que entendiste no entendes, y cambia todo.
Tempestad es crisis, es vida, es noches sin dormir y ataques de llorar horas, es gritarle a la nada.
Tempestad es repimir el terremoto interno, para no lastimar al de al lado, para no cerrar las puertas que mañana podes necesitar.
Tempestad es la mirada cuando todo termina, la que no sabe adonde ir, ni de donde vino.
Tempestad es el dolor que no tiene nombre, que no tiene cara, el dolor que atrapa y te lleva a lo oscuro.
Pero ojo, porque tempestad es calma, porque el ojo de todos los tornados es una zona donde nada vuela, donde todo se mantiene en pie, es que el centro nunca deja de ser calma, nunca deja de ser paz.
Somos tanto paz como tempestad, tanto agua que corre como tierra que contiene, somos todo lo que podemos ser, en los rtimos y en los vuelos que nos dejamos ser, pero eso somos. No negar la paz, saber que en el centro todo es tranquilidad, aunque en el exterior seamos un despelote, un caos, una cosa estrepitosa que se mueve torpemente por esta vida, aunque seamos siempre los últimos vamos a ser todo lo que podamos si nos damos el lugar.
No renieges del viento, dejalo que te empuje, porque todo lo que empuja vale la pena, porque hacerte parecido a eso que te frena a veces es la única manera de superarlo. Sumergite en la tempestad, sentite viento un rato, vola todo con odio, hace quela lluvia inunde al mundo con tu llanto, deja sordo a todo el mundo con tus gritos, rompe todo a tu paso.
Hacete parecido a tu tempestad, no la limites, porque limitar eso que te mata es limitar lo que te da vida. Ama tu caos, amate, y confia en que mañana la calma va a inundar tu vida un rato (siempre un rato), como hoy lo hace el miedo.

7 de junio de 2017

Evergreen

Te dejo verde tras de mí
me encuentro en vos
te encuentro en mí.
Y soplando lejos me subo a un tren de viajes locos
a un volver que asusta y conmueve.
Vuelvo a saber que nada es como espere.
Espere que todo quede igual en las raíces
y que las ramas se transformen con cada otoño.
Pero no tuve tanta suerte
el tiempo nos carcome y nos liquida.
Parada en el inicio ficticio
de algo que empezó hace mucho
miro mis pies que ahora caminan
sin fuerza para portestar
caminan un poco más humildes
los caminos que muchos otros tomaron.
Y dejo que los ojos se abran
los vientos soplen
y las zapatillas se gasten.

16 de mayo de 2017

Doble D

Disfrutar
de lo que el otro puede dar,
como puede darlo,
cuando puede darlo,
de la manera que pueda darlo.

Dar
sin miedo a dar de más,
que todo lo no dado acecha y asusta,
en los rincones futuros del alma.

8 de mayo de 2017

Tu abrazo

Cruzar con mi pera el puente de tu hombro
Cruzar los centímetros que nos separan y fusionarnos como un barco con un puerto
Atar las sogas de mis brazos a los cabos de tu espalda
Confiar en que las anclas de mis pies se queden cerca de tus playas
Abrir las escotillas de los sentidos: sentir tu olor, tu tacto, el sonido de tu respirar en mis oídos, o el de tu voz si me hablas
Bajar los párpados sobre los largavistas de mis ojos, porque no hay que buscar tierra ahora
Mientras estamos así no hay ola que nos derribe.

1 de mayo de 2017

Mentes cerradas

Tuve un finde movido y lindo, pero con un tono amargo de tener que bancarme estar cerca de personas de mente cerrada. Algo que detesto a muerte es el hecho de que no puedas soportar el hecho de que otra persona viva la vida de una manera distinta a la tuya, no puedas dejarlo ser sin tener que cambiarlo, sin tener que intentar imponer esa idea tuya, que capaz que tenes la suerte de compartir con muchos (para desgracia de muchos otros) pero que no deja de ser tuya.
Vos pensás que la vida te la define una avenida, y esperas que las cosas sean muy distintas del lado de adentro y del de afuera. Yo creo que la vida la definen muchas cosas, que las personas que la habitan también se definen de muchas maneras, y que eso no siempre implica de que laburas o de que costado del límite de la clase social quedaste.
Me hiciste enojar demasiado, me hiciste explotar y sin saberlo bardeaste mucho a los míos, pero a pesar de eso te lo dejé pasar, y te lo voy a dejar pasar.Porque tengo la suerte de no convivir con tu cerebro muy seguido y porque una vez que se me pasó el enojo irracionalmente acrecentado por tus palabras del ojete; reaccioné un poco mejor y me di cuenta de que acá la que esta perdiendo sos vos. De que te perdés la oportunidad (hermosa al mismo nivel que dolorosa) de dejar que tu vida se abra, de que tu mundo se expanda y se llene de gente que te cambia la vida en lugares y situaciones que no esperabas y muchas veces no elegiste, de la espontaneidad de ser lo que se te canta el culo ser. De que hay un mundo donde no tenés nada que hacer mirando la ropa o el pelo del de al lado, donde no necesitas chusmear ni reirte a las espaldas de nadie, donde no tenes que buscar una caja a la que acoplarte, donde las ideas la sobrepasan y se desbordan, donde no se contienen.
Obvio que donde hay muchas cosas no contenidas las cosas no se miden con reglas y normas boludas, no podes ponerle un ritmo a la calle que no es tuya, el ritmo lo define él que la habita. Asique vos llegás y elegís bailar a su ritmo, o te volves al agujero de donde saliste.
Y no me deja de parecer una pena que sigas elegiendo el mismo agujero sin luz nueva y con las visagras oxidadas de lo poco que dejas que corra el aire.

23 de abril de 2017

Vacíos de vida y amor

Me miro, y soy yo, con el pelo sucio, olor a pata, las ganas de quedarme en bolas y de pedirte prestada una remera enorme, de soñar al lado de alguien. Y con una vida escrita con ese alguien que jamás conocí, y vos me miras y yo amaría poder ponerte la camiseta de alguien.
Mientras miro la gente que camina por la avenida, y el aire del mediodía platense me recorre la cara, juego a ponerte la camiseta de alguien. Lo sigo haciendo unos días, unas semanas más, hasta que te vuelvo a ver en la realidad.
Vos real no sos nadie que alguna vez haya querido, vos real no me suena a que alguna vez me puedas querer a mí, yo tan yo, tan volada, con la incertidumbre como bandera adonde camino, con la psicología mirandome de cerca, cada día un poco más infumable, más intolerante que nunca. Y a pesar de eso, de sueños vive el pobre, y yo te sueño de día; porque de noche pierdo el control y aparece gente que no espero para nada, como mi vecino del 4b, ese que siempre me dio una sensación tan rara.
Pero a vos te reservó el día, algunos días, a veces.
¿Qué me engancha de vos? Fácil, que no es natural, que naturalmente no me surge quererte, y entonces la ecucación se hace más fácil. Si no pasa nada, no tenía que pasar. Si pasa algo, no tiene porque funcionar. Si pasa algo y funciona, ahí ya no se. La tercera opción no me pasó nunca, siempre encallada en las otras dos.
No se que creer de las relaciones, de las parejas, he visto tantas que la pelean en dulce de leche, que viven haciendo que algo funque, que no se pueden descuidar ni 5 minutos. Y veo tantas otras que flotan en nubes, que se hallan tan en si mismas, que no se tropiezan porque es como si caminarán al mismo paso, como si toda la vida hubieran estado caminando y se encontraron en una calle yendo en la misma dirección.
Hay enamoramientos furiosos, pasionales, llenos de locura y de fuerza, de explosiones. Otros tantos que son lentos, que se cocinan de a poco como un buen puchero, que no podes acelerar, que se desencuentran de a ratos, de a ratos no.
Veo a las personas correr atrás de lo que ellos creen todo, de sus amores, de sus primeros. Veo a los negados pensando en los muchos después del primero, o en el último.
Todo resuena en las cabezas, llenos de ideas locas, de experiencias tristes, de imaginarios rotos o realzados, de futuros brillantes y de soledades inmensas. Llenos de amor y vacíos de vida, llenos de vida y vacíos de amor, llenos de amor y de vida, o vacíos de vida y amor.

12 de abril de 2017

Switched at birth (Cambiadas al nacer)

Mi serie. Mi linda hermosa serie. La única que es "mi" serie aunque mire como 5 al mismo tiempo. La única de la que me se todas las fechas de estreno, de la que miré tantos capítulos, todos, siempre, todo siempre.
Me hubiera gustado estar ahí los 5 años, ver todo a cada momento, pero a algunas de las mejores cosas de nuestras vidas llegamos tarde, y yo llegué con la tercera temporada a punto de arrancar, ahí al toque.
Cuando encontré esta serie, cuando la vi por primera vez mal traducida en Sony un día de verano a la tarde, a esas horas donde nunca sabes que mirar. Yo andaba perdida, llena de cosas que todavía no sabia entender, manejar o controlar, y con ganas de que todo me saliera bien de golpe, de no pelear más con la nada.
A mi me llenaste el alma de a cachitos, me regalaste un saber precioso y me quitaste las enormes telarañas de prejuicios de los ojos, me hiciste aprender una nueva lengua, me hiciste acercarme a una comunidad en la que hoy puedo imaginar un futuro, me hiciste mover el mundo un poco, porque me moviste a mí.
Las gracias son eternas, las despedidas dolorosas. Por 5 bellos años de amor, lágrimas (más de las que nada me sacó), y risas llenas de una suerte de fe en la vida, porque regalar fuerza es regalar sueños y romper esquemas es ser infinito.




10 de abril de 2017

Al otro lado del río

Algo de mi siempre esta en el norte
En muchos nortes
A algunos todos les decimos norte
A otros les dicen norte los que saben
Para otros nosotros somos el norte

Hoy vivo en lo que está pasando el sur
No el sur posta
El sur de los que suelen importar
No mi sur

Algunas partes de mi las puse en cajas
Y las dejé lejos para no olvidarme de ellas
Y de mí
Otras cosas las puse en estantes, en bolsas, en cajitas
Las dejé más cerca porque sino las extraño

Cada vez que me subo al escalón que se mueve
Miro al frente y pido
En voz bajita
Para no parecer loca
Para que no lo escuchen todos
Porque me da miedo que se lo apropien
Pido que todo siga como esta
Cuando yo encare el camino de vuelta.

Resiliencia

Pequeña y poderosa palabrita, como me olvide de vos. El otro día te volví a cruzar después de unos años, estas tatuada permanentemente en el brazo de una amiga, de una compañera de la carrera. Estás ahí y apareces en los momentos bajos de un año que no terminó de arrancar y ya me estaba haciendo mierda.
Siempre pensé que yo soy una persona que llega tarde a las cosas, que se yó, funcionó asi. Cuando todo el mundo hace algo a mi me esta pareciendo una boludez, años después cuando todos lo dejaron de hacer y pasaron a otra cosa, ahí es donde yo arranco a hacerlo sin darme cuenta del todo. Siempre viví un par de escalones abajo en la escalera mecánica, ese es mi ritmo en el mundo.
Nunca sé muy bien a que estoy llegando tarde hasta que se me empieza a pasar, cosas de ser humano vio. Estoy empezando a cerrar una etapa de "me chupa todo un huevo", que obviamente no solo no fue cierta del todo, sino que estuvo acompañada de mis exageraciones tan postergadas. Estoy saliendo de ahí, de esa forma de vivir, de esa forma de entender a los demás, de pensar las cosas que pienso.
Lentamente creo, porque no sé, que empiezo a preocuparme de nuevo, un poco más, algo más en serio, algo con la posta metida adentro, algo más alejado al miedo a la gente que me despertó el primer año de la facu, del miedo a significar poco para las personas que yo idealice y de las que supuse muchas cosas. El miedo al olvido.
Los fantasmas llevan un tiempo apareciendo, y yendose de a poco, con pasos grandes y tranquilos.
Y yo miro la lluvia y pienso solamente que todos podemos salir de las cosas, que en eso siempre somos fuertes, siempre somos más grandes y más valiosos de lo que nos acordamos en las cosas de todos los días.

Resiliencia: Salir siempre de todo, superar cualquier cosa.

31 de marzo de 2017

Re-armarte

Vos sabés como soy cuando me pongo a la defensiva. Me centró en encontrar argumentos y me ocupo de desestimar lo que vos decís, me agarrá el ataque de probar que tengo razón. Hija de abogada tenía que ser, odio perder el orgullo y las peleas. A pesar de eso este año tengo como propósito ser un poco más adulta en cada decisión que tome. Y acá vamos:
Yo no me olvido que tuviste un año de mierda, que se te rompieron los esquemas que te quedaban y que nada más sobrevivió. Aunque me duele sobremanera que no me hayas pedido ayuda en ningún momento. Estás acostumbrada, supongo.
Me jode, y más me jode que nos ataques gratuitamente siendo que en físico o en virtual, más de una vez fuimos las únicas que te quedamos. Me molesta que te apoyes en muletas de cristal, que les confíes tu vida y tu autoestima a personas que te conocen poco y que cuando cuenta muchas veces no están.
El punto es que yo no puedo saber que es lo que necesitas, o querés, no tenemos esa conexión vaya uno a saber por qué. Eso y que vos siempre hablás tarde. Sumá esas cosas y vas a ver en que venimos fallando.
Lo que quiero hacer es ir y tirarte esta nota por la cabeza y ver como te retumba y te lastima. Quiero eso porque yo me pasé un mes entero con miedos, dudas y sentimientos feos que llenaban mis sueños.
Pero no, porque ser adulto es remixar lo que uno quiere, con lo que uno puede, y con lo que los otros quieren y pueden. Y yo no puedo dejarte mal y con más puertas cerradas. Por eso voy a intentar meter todo lo que pienso en una charla, y tenerla de forma calmada. Vamos a estar en desacuerdo pero tranqui, sin revolearnos nada.
Y lo más importante de todo, voy a dejar en claro que: TE DOY TIEMPO, ESPACIO Y TE DESEO SUERTE EN LA TAREA DE RE-ARMARTE, DE VOLVER A SER VOS, Y UNA VERSIÓN DIFRENTE PERO IGUAL, LA VERSIÓN QUE VOS QUIERAS Y BANQUES.
Tomate tu tiempo, odiame si hace falta y sabe que siempre pero siempre hay una puerta abierta en mi casa, con mis mambos, mis imposibilidades y mis juicios, pero siempre abierta para que cualquiera de las versiones de vos, la que vos prefieras, entre.
*Escribí esto antes la tormenta, pero lo sostengo a muerte. 

24 de marzo de 2017

Tiempo

Veo al tiempo correr al lado mío, lo veo, me mira, no se rie, solo llora. Y es que si hay una cosa dificíl en el mundo de los imposibles es ser tiempo. Imaginate el peso de dejar constantemente algo atrás tuyo, de matar a cada segundo un poco más, hasta que la cosa este hecha. Y de golpe el silencio lo inunda todo en la vida de muchos, pero el tiempo, persistente por sobre todas las cosas, sigue corriendo sin parar.
No estoy a tu altura tiempo, no conozco tan bien la pérdida, solo tengo la esperanza de dar la talla el día que se venga, el día que lo tenga que hacer.
Matamos por ser héroes, somos héroes porque matamos. Y morimos, a cada cosa su muerte, a algunas su nueva ¿vida? pero si la vida sigue ahí, esta en la muerte tanto como en sí misma. Esta en vos y en mí aunque la neguemos.
Tranquila, tranquilo, respiren y lloren si hace falta, que acá estoy. Hay tiempo mientras haya paciencia para construir, mientras haya vida algo hay que hacer, aunque no sea lo mejor que podemos hacer. Simplemente hacer, porque solo la acción te saca de la pausa, y porque una vez que accionaste de repente es más simple seguir haciendo, ya no querés parar, no queres quejarte, no queres tener miedo ni angustia, solo querés seguir haciendo, algo, o lo que sea. Y a pesar de todo, pensar es hacer,  no esta muerto el que se encuentra en una pizca de algo, aunque esa pizca sea sólo el reconocer que está perdido/a, no hay cosa más divertida que perderte.
Y me repito, siempre, porque aunque toda la vida le tuve(tengo) miedo a las repeticiones, si repetís lo bueno no puede salir algo malo. Lo aprendí de uno de los hombres más grandes que conozco. Asique gritá repitiendo, la palabra, los sueños, los miedos, los patrones, las mentiras, repetí porque si lo repetis es porque algo bueno hay por ahí. En este mundo es todo una cuestión de ver.

3 de marzo de 2017

Montañas sentimentales

Mañanas grises me hacen acordar de como pasa el tiempo. Me siento vieja, dejada a un costado, en franca y libre caída, el aire no alcanza. Respiro hondo, y me pierdo, me pierdo y la gente me mira con la cara que miras a un nene en la playa, falta que aplaudan nomás. Le erro a las calles que recorro desde hace tiempo, que he sentido mías y valiosas,  subo y bajo en esta enorme ciudad, me reencuentro en las palabras de los tacheros, en las esquinas del centro.
Pausa. Miedo, incertidumbre, ¿Me animo? Y, no pierdo nada, arranco a ver como mis pasos me siguen, o yo los sigo, vamos a ver. Y de repente antes de que te vea estoy en una plaza enorme, de esas que esconden secretos, como un submarino de cemento que lo soporta todo con su presencia, como si le tuvieras que pedir permiso antes de anidar en su verde, en sus bancos, en su forma de existir. Y yo pienso sin parar que esos lugares son donde nunca estuve, donde nunca me tome un puto mate, donde no pase más que de paso siempre, donde mis huellas no tienen marcas ni mi cabeza historias, donde no hay. Todo en mi vida apunta a entender la falta, el psicoanálisis, al arte, la sociología, etc. siempre con el versito de entender la falta y me siento tan vacía por dentro.
Me siento y vuelvo a pensar, en donde estoy, adonde me esta llevando mi cuerpo, ya sé, ya lo sé hace mucho pero lo negué, pero ahora vamos. Y arranco al barrio norte, al tripero, a las calles de siempre, a la farmacia, al buzón (si, hay un buzón!!), a la carnicería, al hospital donde tanto miedo tuvimos, a todo eso. Y me encuentro tanto, me pierdo y me encuentro allá, donde arrancó todo.
Yo siempre miré el mundo de la única forma que conozco, y es tan bajonero verse reviendo todo, verte lejos de eso, sentir que algo de vos se murió ahí, saber que un mar de personas recorre todo, que lo que de vos halla ahí es nada en comparación con todo lo que hay. Me quiero quedar en una esquina para volver a encontrar eso. Pero ojo, no quiero volver, ¿O sí? Si, pero bajo mis términos.
Camino mucho, hasta que los pies no dan más y hasta haberlo visto todo, una y otra vez todo, sonrio a personas para las que fui una clienta de hace años, una cosita pasajera que se esfumina en la vida diaria, en la lucha por seguir. El calor, el cemento, el verde de todas las plantas que son y dan, la mugre de las calles, tan típica, tan que siempre ha estado ahí, tan que siempre va a estar ahí. Entro y salgo. Voy y vengo. Me pierdo de nuevo, alguien que me explique que carajo me pasa hoy. Sigo, paro donde he parado, y encaro la vuelta a casa.
Casa, donde hoy soy, todo lo que ya no soy de ayer, donde me pierdo de nuevo pero sonrío mucho más, donde nada me ata, nadie me vigila, nada me obliga a pensar o sentir esos rencores, donde soy indestructible por fuera aunque sea un rato, donde soy siempre tan vulnerable, donde canto, donde me río sola, donde lloro a los gritos cuando todo  se cae, casa.
Y todo eso por un simple causante:Todo eso por el número pintando con aerosol, porque nunca poner plata para uno nuevo, por la puerta de vidrio sucia, por el pasillo largo, tan turbio como antaño, por los departamentos grandes, llenos de humedad, de hongos, de patios sin sol, por la cocina donde por única vez lavé platos ajenos, donde cocine arroz, fideos, pizzas, donde todo pasó, donde la ázucar se guardaba en un cosito con tapa verde que siempre tenía la tapa con ázucar humedecida en el borde, por la heladera vieja que no está más, por la conexión dudosa de la luz que más de una vez pensé que se podía quemar cualquier día, por la mesa de mierda redonda donde aprendí que mierda es estar en la facultad, que mierda es ser amiga de alguien si todo se va a la chota, que es ver amigos pero amigos posta ser lo que siempre fueron, porque el tender donde se secaban los apuntes manchados de mate, y de tardes, y de noches, y de todo, porque ese tender no está.
Y quiero que sepas, lugar turbio donde ni siquiera habia señal del todo, quiero que sepas que fuiste mi primer terraza, mis primeros parciales, mi primer amigo y compañero de estudio incondicional, mis primeros meses sola, mi primera historia que contar, mi primera risa fueron tus defectos, y fuiste lo primero que extrañé. Hoy ya no te extraño, no más, pero si te agradezco que seas cemento en vez de cenizas, que seas nuevo y viejo, que seas lo mismo, y yo sea tan distinta. Gracias por regalarme esa visión, ese "tener en cuenta", eso positivo y negativo que se hace uno en mí.

1 de marzo de 2017

Que desear

Llevo unos días un poco terribles, y con mucho laburo mental, y eso me deja en una frecuencia baja y casi penosa. Pero es marzo muchachos, y le tengo fe al mes de los comienzos.
¿Alguna vez pensaron que si bien las personas asocian enero con los comienzos, en realidad la vida arranca en marzo? Siento que sobre esto ya escribi alguna vez, pero es asi, la escuela, la facultad, algunos trabajos, la gente en la calle, las madres que dejan hijos, las personas corriendo, el ritmo de los latidos de la ciudad (que venía en baja desde diciembre) vuelve a subir, todo arranca.
Y con esa creencia, es momento de desearle a las personas que quiero las cosas que todos desean en enero, asique a todo el que lea esto, que lo lee porque se lo hice llegar en algún momento, o porque paso de casualidad, acá va:
(PD= Vengo soñando con personas que hace mucho que no veo, asique va para los amigos de años que el tiempo separó, y para los amores no correspondidos también!)

DESEO QUE ...
  • Que te halles en tus pasiones, que explores cosas nuevas por amor de descubrir, y que encuentres algo que te haga sentir que no hay tiempo ni lugar, que todo flota en una sincronía eterna mientras lo haces.
  • Que encuentres a alguien que te siga en todas las aventuras que quieras, que te lleve de la mano cuando estas cansado/a, que te acompañe sin pedir permiso.
  • Que abras un poco la mente, que veas nuevas realidades, diferentes (muy) a la tuya, que te caiga la ficha cada vez más de como todo es relativo siempre.
  • Que el arte aparezca en tu vida, como sea, que te lo presente quien sea, pero que te mueva  todas las fibras del cuerpo y te enloquezca, que las personas locas son tan hermosas.
  • Que el tiempo te sobre, siempre te sobre, para hacer eso que queres hacer,  y para vagear, para perderte en los caminos, y para cruzarte mucha cosa inusual que te haga mirar dos veces y te robe una sonrisa.
  • Que tus flasheadas sigan, que idealices cosas, que no caigas en la realidad enseguida, que vueles un poco, porque aunque duela la caída, el ascenso es todo lo que te hace humano.
  • Que no seas hipócrita, que no digas lo que no sentís, que veas las máscaras, y que aunque pienses que es tarde, toques timbre y aparezcas con una disculpa sincera y un abrazo que habilite el perdón. La gente es menos cruel cuando no los atacas.
  • Que aceptes lo que el otro te puede dar, que no le pidas más, que no pretendas que todo cambie de golpe, que todo se resuelva, que todo salga. Acepta callado/a, fijate si es lo que mereces o no, y toma una decisión, pero sin culpar al otro, y sin culparte a vos, simplemente tomando en cuenta que no puede haber maś que lo que hay. Y si elegís irte, también va a estar bien.
  • Que te equivoques, mucho y seguido, porque de eso estamos hechos y porque sin eso no somos. Ah, y que te contradigas también, que tenemos mucho tiempo para ir de a poco siendo más consecuentes.
  • Que admires, a personas, a lugares, a momentos históricos, o a tu vecino, a lo que se te cante, pero admira, y sentite pequeño que eso te va a hacer grande.
Y sin más que decir, te deseo eso y nada más, espero poder cumplir con algo de eso también, y que la brisa de la nochecita de verano, que esa se quede con vos y la sientas cada vez que las cosas se pongan turbias.

28 de febrero de 2017

Pulseada al bajón

Me levanto lo veo todo de nuevo, los colores conocidos, el calor sofocante de afuera que de a ratos se mete en la pieza, las paredes con mosquitos aplastados en todos lados, las sábanas revueltas porque de noche me muevo un montón, y porque el calor no ayuda. Me despego con asco, me levanto con modorra y un poco de malhumor asegurado, y voy al baño a lavarme la cara, atarme el pelo que sino me muero, y pensar que carajo quiero hacer hoy. Nada, eso quiero hacer; lo irónico es que para mi en este momento si es una opción, es más, es lo que finalmente eligo.
Un rato de series, comer algo aunque odio cocinar, y para colmo da todo el sol en la cocina, fiambre creo que quedo sino, si, quedo, mejor. Me quedo con un poco de hambre pero la paja le gana al instinto, asique hasta las 3 me ocupo de mirar peliculas, series, o boludeces en facebook, lo que pinte según el día. Después de esa hora decido que mi día ya esta hecho mierda, y doy una vuelta, o voy al super, o me acuesto de nuevo, o lavo ropa/limpio la cocina/cualquier mierda doméstica que detesto hacer, y se hace de noche de nuevo, una ducha rápida y fría, por favor fría. Un rato de dudar sobre todo en mi vida sentada en el balcón, aspirando el aire a bocanadas, la duda de si debería salir de mi casa aunque no quiero y no tengo con quien, se que puedo ir sola, y en general no me jode hacerlo, pero llevo 5 días sin hablar con alguien que no sea un cajero/a, o un vecino que salude al pasar.
Y al final puedo predecir que me voy a dormir en las primeras horas de la madrugada, después de otra temporada de computadora, y comida, y calor, y mucha agua, aunque quiero tomar café, pero me muero si me tomo un café.
Algo así como la rutina más aburrida del mundo, como quejarme de llena, de vaga, de pelotuda, como una serie de maquinaciones inútiles que van a terminar en sueños que parecen cada vez más pesadillas, para que todo eso que empuje afuera de mi conciencia durante el día me coma viva de noche, cuando no pueda escaparme en una pantalla, en una hoja, en una charla conmigo misma en voz alta.
"Me encanta estar sola", le dije al pibe a las 10 de la noche en la parada del Este, y no le mentí, no señor, pero hay épocas mejores que otras, y en el verano más bajonero que he tenido en mucho tiempo, no me sobro nada más que tiempo y dudas,
repitiendose hasta el cansancio. 
Uno puede escaparse del pueblo, de la casa, del departamento, de la ciudad, de los problemas, de los cumpleaños, de los asados esquivados para no pasarla como el culo, de las familias (propias y ajenas), de las amistades turbias, y de las claras también, pero hay una sola cosa de la que nunca te vas a escapar: vos.
Y en algún lugar del cosmos, Freud descorchaba un champán y se cagaba de risa de los vivos que todavía tienen que pelearle a su angustia, una pulseada cada día.

19 de febrero de 2017

RRR

Jamás me tomé el tiempo de escuchar
A veces, aprender a callar
A soñar sueños de otras manos
Que nos subieron al barco
Un buen empujón y a navegar
Suelto el suelo y dejo ir
En tu risa veo el porvenir
Y suena a caja de música oxidada
Que juntos hacemos sonar

...

Quiźas si me tomé el tiempo de escuchar
No sabía que eras de poco hablar
Culparme es más fácil que acallar
La voz que me dice que sos dueña de que dirás
Que tu navegar te lleve lejos
Que encuentres a veces lo que buscas
Que te rearmes en cada sol
Y puedas en algún puerto encallar

10 de febrero de 2017

Aventura

Siempre amé el espiritu de mis amigos, creo que es la razón  por la cual somos amigos, y también el detalle que los hace imprescindibles. Y si bien entre mis amigos puedo encontrar gente de todos los palos, con todas las cosas raras que te imagines, hasta las personas más comunes que conozcas, en muchos de ellos veo la ambición y las ganas de salir a recorrer el mundo. A todos ellos siempre les dije lo mismo "ustedes vayan, recorran y cuando vuelvan yo voy a estar acá esperandolos".
En general se me cuestiona porque yo no muero de ganas de salir al mundo, porque no me emociona la idea de vivir en otros países, de irme. Ante eso suelo tener una linda respuesta preparada: que yo encuentro la magia, y a las personas raras y locas y divertidas, y a las experiencias que ellos buscan en otro lado, acá donde estoy.
"Pero no conocés otros lugares, no sabés", no, no sé, y no creo que ir a ver otros lugares me haga saber más o menos, porque no creo que el saber venga con el moverse, creo que mucha gente muy grosa en esta vida fueron personas que pasaron años de su vida encerrados en una oficina, escribiendo cosas que maravillan a todos, creo que algunas de las personas que menos esperaron llegaron a vivir cosas enormes, pero firmemente creo que todos encontramos lo que estamos buscando, no más ni menos.
Si te empeñas en ver la vida como un rutina, y la describis diciendo que es aburrida, que es igual, que es monótona, que es lo que hay, que si pudieras harías tantas otras cosas, y si, entonces eso va a ser. Si te parás en la calle, ves como hay viento y como te despeinas, si ves como la gente pasa y tratas por dos segundos de verles las caras, te prometo que vas a ver mucho más que gente, vas a ver muchas personas preocupadas, pero también muchas sonriendo, hablando solas!! (las amo), cantando con auriculares, paseando un perro, abrazando al que tienen al lado, riendose, y puteando como si el mundo se fuera a acabar, con una pasión que mueve al mundo.
Vos podés salir a buscar tus aventuras en donde sea, y yo te banco, pero a mí dejame acá, entendiendo todo como yo sé, encontrandome siempre en los lugares a los que vuelvo, encontrandome en las personas que me quedan, en el chino que está a una cuadra, en la almacenera de toda mi vida, en los árboles del patio de mi casa (y no sabés lo que son esos árboles), en mi perra, en la nueva y en la que se fue, en mis plantas en el balcón, en la lechuza que cuelga de la pared, y en las cosas que conozco y aprendo a amar porque las conozco, en la magia potencial que esconden, esa magia que si la buscás la ves, seguro que la ves.
No te culpo por no buscar, está todo más que bien, pero alguna vez deja que te preste mis ojos, y vas a entender porque lo amo todo a veces, aunque otras quiera revolear todo por la ventana.
Y por último, si pensas todavía que no conozco la aventura, contame porque será que el mismo día que llegué a la casa de mis viejos me saqué una pulsera, el único accesorio que llevo siempre puesto, que representa todo lo que yo creo que se necesita en esta vida ( la msima que inspiro esto: http://palabrasquepisanfuerte.blogspot.com.ar/2016/11/requerimiento-basico-para-la-vida.html ), y no me la puse de nuevo en todo el mes y medio que pasé allá, pero al segundo día de volver a La Plata, me la tuve que volver a poner, porque aunque me sienta en casa acá, todos nos perdemos un poco casi todo el tiempo, y siempre está bueno acordarte de qué necesitas, y sentirlo siempre cerca. Está es mi aventura, y no pido más que la paz inmensa que me da.

31 de enero de 2017

Profundidad de alma

Eso me dan, siempre y cada vez. Le hablo a mi segunda familia, a esos 3 hermanos, a esas 2 madres, a esos innumerables compañeros de juegos y de arte, a los perros, los gatos y a cada rincón del viejo taller hoy hecho negocio. Todavía no puedo evitar entrar y recorrerlo como si fuera mío, veo las mesas en otros lugares, las paredes con otros cuadros, los rincones de mi vida hechos memoria.
Es lo mismo que veo cada vez que les doy uno de esos abrazos de oso, de "Nos volvemos a ver", de "No te das una idea lo que me hacia falta verte", y es que sin duda, son un imprescindible en mi universo, una extensión de mi alma.
Paso mis días siendo lo que me sale, y en general eso es una persona con pretensión de parecer fuerte, de poder con todo, con muchas puteadas, con muchas quejas y con muchas sombras que me gusta mostrar en la primera impresión. ¿Qué espero con eso? Ni yo te sé decir, capaz que espero asustar a la gente, que se den cuenta de que las cosas nunca van a ser fáciles conmigo, que estoy llena de certezas (que cambió con cada estación del año, o mejor, con cada día); llena de miedos que disfrazo de seguridades, aunque a la legua se vean.
Pero esa es una imagen que nunca usé con ustedes, con ustedes siempre la risa le siguió a las puteadas, el amor al falso odio, la paz que transmiten es lo más puro que conozco, es lo que llena el alma de a sorbos y te hace sentir más fuerte que nadie en esta vida.
Porque ustedes necesitan muchos menos escudos que yo, aunque aún así los tienen, abajo de esa máscara de frialdad tan negociable; pero cualquiera que los calé un poco hasta los huesos puede ver su centro, puede ver el andamio espirtual que sostienen con el corazón y con la mente, pueden ver el poder de la fe, o de las energías o de lo que sea que los llene. Y yo los miro y sonríó, porque sé que con ustedes siempre estoy jugando un papel crucial, siempre sirvo como contrapeso, como extremo y como orden en el caos, como mano que los va a llevar por el unvierso si hace falta, ustedes me hacen sentir que estoy a cargo, y a cambio yo lo daría todo por verlos lejos de los quilombos y poder ayudar siempre, aunque sé que no se puede.
En medio de las risas, los cuadros, las cosas que creamos y el poder de nuestros colores y nuestras formas características, de nuestra esencia hecha obra, de las quintas, las piletas, los departamentos, los balcones, y las familias clandestinas, ahí los encuentro cada vez.
Brindo en soledad con mi té de la noche (porque abuela siempre) porque sean lo más eterno, y porque nuestros silencios siempre nos digan que estamos en excelente compañía juntos.

Elegí un paisaje y hacelo magia, como bien vos sabés
Miralo un rato y dale vida con tu pincel
Amá mucho siempre y dejate ser
Que a la vuelta de la esquina siempre nos veremos volver.

28 de enero de 2017

El arte de la lucha

Siempre me costó entender el arte de la lucha, es algo que supera mis concepciones del mundo. Creo que puedo decir que toda mi vida la he vivido dejandome llevar por una corriente, por una corriente que no se si los otros perciben, pero que yo veo clarisima. Esa corriente fue la que me dijo cuando ayudar, cuando dar, cuando recibir, es la que me informa cuando es hora de rendirme en algo, cuando seguir intentando; pero si hay algo que siempre esquivamos, juntas, la corriente y yo, es la lucha.
No quiere decir que no haya peleado con las personas, eso si, seguro, siempre, nada me gusta más que un buen conflicto para llenar la semana. Pero la lucha no es la pelea, o en si, no es solamente eso. Luchar implica poner parte de uno para resolver las peleas, para subyanar los conflictos, para llenar los huecos.
Los guerreros en mi opinión nunca fueron luchadores, porque no creo que se pueda luchar sino se construye, sino se desea crear puentes, crear alianzas, puntos en común. Es por tanto que las guerras no resuelven los problemas: mientras las guerras son como personas gritandose a la cara sin escuchar al otro, la lucha es una persona escuchuando a muchas otras, pensando en lo que dicen, y tratando de conjugar su forma de la vida con la de esas personas.
Tengo el orgullo de estar rodeada de mucha gente que lucha por "imposibles", por causas en las que yo ya me habría ido, porque simplemente puedo aceptar que las cosas no sean como quiero, que no me cierren, que no me llenen o me hagan feliz. Pero la admiración que me produce ver personas que se paran y ante todo se ponen a intentarlo, que le ponen un cuerpo a sus ideales, porque saben que sino tienen a alguien que aguante las piñas ellos se evaporan. Son personas como cualquiera pero dispuestas a trabajar más que la mayoría, dispuestas a ponerse en otras pieles y a bucear en otros mundos de ideas.
Y aunque siempre les diga que se dejen de joder con eso, que dejen que las cosas que no son no sean, que vayan adonde estan bien en vez de rebotar en todos los lugares donde estan mal, a pesar de eso me porfían y van, y le ponen onda a las soledades y las incomprensiones de esta vida.
Y porque ese rasgo no es mio, y porque yo no sirvo para las peleas, sino que sirvo para las reconciliaciones, y porque estamos ahi, aunque nos caguemos a tiros conceptualmente, por eso admiro sus seres, sus fuerzas, y las impulso a que sigan siendo eso que son.
(Mientras yo voy a seguir nadando en mi corriente, porque de alguna manera sé que allá está adonde yo voy, adonde mi intuición me lleva, saltando mis piedras, soltando y agarrando nuevas algas, pero principalmente, nadando con una sonrisa enorme en la cara porque sé que estoy donde quiero y se que confió en mi cobarde andar, y en su manera seguramente rara pero que funciona de ayudar a que otros se reflejen más a sí)