26 de agosto de 2015

Macuca

Hay cosas que nunca decimos, y hay cosas que nunca dije, y hoy quiero decir. Y me vas a retar y me vas a tirar un discursito de que decir las cosas así no sirve y demás, pero es que pasé un año hablando en vez de escuchando, y si pudiera hoy escucharía en vez de hablar.
Todos somos simplemente lo que somos, esa es mi forma de verlo todo y lo sabes bien. Pero vos sos más de lo que sos, porque cargas ambiciones y sueños, moral fuerte, principios y convicción, que pesan tanto en tu espalda que a veces te pueden tirar para abajo, porque al fin y al cabo todos necesitamos dejar todo de lado un poco a veces. Pero nunca lo haces. Y por eso en algún punto te elegí como persona que va pegada a la definición de ¨Integridad¨.
Esa sos vos, y yo soy la yo que fui y soy. No más que eso, no tantos planes ni tantos cambios, quizás un toque más tranquila pero tampoco la pavada. Pero no voy a hablar de mí porque de eso sabes todo, porque mi egocentrismo hizo que sin darme cuenta, te abrume con una vida que nunca fue la tuya y que por ende no te tocaba entender, y a pesar de eso nunca te quejaste, y por eso sos la persona más bondadosa que vi sobre la faz de la tierra.
Perdón nena, por muchas cosas: por hablar demasiado, por juzgar demasiado, por no enfrentar mis problemas, por rechazar tus consejos aunque eran buenos, por no saber escuchar o ver más allá de mi visión, por tener miedo al cambio y nunca cambiar nada, por hacer que no te sientas libre, por no dejarte ser lo que sos en tu propia casa, por ocupar más lugar en la mesa, por desordenar mucho, por robar cuando podía pedir o comprar, por no hacer nada bien nunca.
Sos una persona querida y me costó poco entender porque, porque sos la mejor hermana que cualquiera puede pedir. Porque jamás entendí porque no eras mi amiga, y hoy lo veo extremadamente obvio aunque ya sea un poco tarde. Porque forcé empatía y corrí límites y no supe respetar tu forma de ver la vida, y me devolviste paciencia para entender la mía. Lisa y llanamente, si el mundo se llena de personas como vos, te aseguro que salvamos al planeta en unas cuantas décadas.
No tengo más que decir, sólo quería sacar un poco mi respeto y admiración por esa persona que fue capaz de sobrevivir a 10 meses de convivencia con el ser más atroz posible para vivir con alguien.

24 de agosto de 2015

Espinas

Soy un ser espinoso, recubierto de diversas armas por si acaso las necesitara, porque salí lastimada muchas veces y simplemente adopté una forma un poco extrema de protección. Y algunos días como hoy me siento a pensar y quiero hablar con alguien pero no encuentro a la persona que necesito, más que nada porque ya hablé con todos sobre esto. Todos lo saben todo y nadie quiere seguir escuchándolo. Ya recibí cada consejo posible:
Me dijeron que dejé de ser así y que empiece a dar amor y a no enojarme tanto.
Me dijeron que simplemente soy así porque no me gusta que los otros se salgan con la suya así nomas, que lo acepte de una vez.
Me dijeron que en realidad no soy tan forra o mala, que no exagere.
Me dijeron que hago bien.
Me dijeron que hago mal.
Me preguntaron si pensaba que podía ser feliz viviendo toda una vida así.

Simplemente no creo saber la respuesta, y obviamente eso me asusta. En mi escala de preocupaciones, conocerme a mi misma siempre estuvo en el podio, porque lo considero la única forma posible de vivir un poco en paz. Pero en ese camino o me perdí o me resigné, o elegí agarrar por acá, no entiendo. La cosa es que no se donde estoy, sé adonde voy pero no sé con quien. Y capaz es solamente una boludez que nadie sabe a ciencia cierta, pero a veces me canso de pensar.
Enojarse es agotador, pero safa, es algo que me libera por unos minutos de todo. El punto es que nunca conocí a alguien tan chispita como yo, tan cambiante como para enojarse hoy, reírse mañana y llorar pasado. Y quiero tener a uno cerca a veces, así nos amamos, nos odiamos y nos permitimos sacarlo todo afuera, juntos. Ni siquiera quiero una amistad, quiero una compañía en esta montaña rusa.
¿Los puercoespines son animales solitarios?

19 de agosto de 2015

Birds

Una vela se quema lentamente al lado mío, mientras escucho a ese ser que siempre me calma, y escucho a lo lejos el agua de la pava hervir. Porque es tarde y es momento de tomar un té y de quedarme callada, lo puedo sentir.
Muchas cosas comienzan esta noche, lo sé porque algo adentro mío me lo dice, y le creo, hoy empiezo a conocer una capa más profunda de una persona que a primeras miras parece quizás un poco todo lo que siempre vemos, pero que estoy segura de que con los años es un ser capaz de dar mucha luz, y es por eso que quiero una amistad de años, o para toda la vida.
También me acuerdo de las cosas que pasan como fuegos artificiales, parecen iluminarlo todo un momento, para después caer y dejarnos solos sentados en la oscuridad. ¿Por qué somos tan complicados? Tenemos que aprender a vivir los momentos lo más puramente posible, a sentir, a llorar como nadie y a pensarlo todo una vez, porque es usualmente nuestro instinto el que es capaz de darnos armas para salir a comernos el mundo.
Tengo que dejar de querer controlar la vida de todos, lo sé, pero es que es tan tentador vivir escribiendo nuestras propias máximas, como ser a la vez San Martín y Merceditas. Un combo.
Y es que todo viene de a combos, por lo menos en esta generación que nació pensando en el número 2, no podemos despegarlo de nuestras aspiraciones. Somos tan estúpidamente binarios como cualquier máquina, con un pequeño plus de ignorancia y de orgullo. Y me doy cuenta que miento, pero es que es tan fácil sentirse solo. Desde el descuento del cine te pide que sean dos, hasta tus papás, hasta tu subconsciente colectivo que parece estar todo el día gritándote que sola no llegas a ningún lado. Y es tan precario ese sentimiento que nos ponemos incómodos con el número 3, es como que lo sentimos por fuera de nuestro control. Si somos dos podemos entendernos, pero ¿Y sí somos 3? Ah no, porque ahí capaz que dos se entienden y el tercero vuelve a sentirse solo.
Siempre solos, pensando que necesitamos de otro que nos complemente tan perfectamente que estaba "diseñado" para ser. En el fondo todos nos pensamos máquinas diseñadas perfectamente para encajar, tanto que si no encontramos a nuestra pieza perfecta, corremos el riesgo de de ser desechados por inútiles.
Es tan agotador buscar a una persona perfecta, al punto de que se escapa nuestra alma y buscamos a ciegas, como las polillas que se chocan todo. Y amaría no ser una polilla, pero sin embargo lo soy, y no se que tan posible es huir de eso.

12 de agosto de 2015

Brisa

Por razones que sobran no puedo llamarte, o hablarte, o pedirte algo o nada. No puedo entenderte completamente aunque desee hacerlo con todas mis fuerzas. No me lo perdonarían aunque yo lo haría, y me importaría tan poco el hecho simple de que no sos más que una brisa que sopla a mi alrededor sin conocerme y sin saber de mi, sin entenderme y sin pensarme. Pero yo te pienso y te veo irte, y me preguntó con bastante frecuencia porque todo el mundo te deja ir.
Seguramente es por el hecho de que nadie te puede frenar, de que estás hecho para alejarte de todo lo que se conecta con vos, porque no entendes de ataduras y muchísimo menos de culpables. Porque sos ese que está siempre y que por no querer perderse nada termina haciendo todo a medias. Anda a negarmelo, si lo veo en tus ojos. A mí no podrías mentirme, por eso no voy a acercarme más, para que no tengas que ver a tu orgullo ponerse de rodillas o para que no me ladres cuando te diga lo que no queres escuchar.
No voy a perseguirte, ni a buscarte, sólo voy a contemplarte a distancia segura, lejos de las luces porque yo no estoy hecha para eso. Y mientras te pavoneas adelante de todos, y mientras buscas algo distinto en los lugares donde sabes bien que vas a encontrar lo mismo de siempre, yo me quedo acá sentada y te veo hundirte lejos. Confió en que sos de los que salen a flote solitos. no me asusta lo que pueda pasarte.
Pero que te quede más que claro, que en otra vida, vos y yo estuvimos juntos nene, y seguro nos fue mal, pero lo probamos, y nos metimos en el barro hasta la cintura, para salir vadeando como pudimos y reconstruirnos de a poco. Sos las lecciones que me faltan todas juntas, y por eso te miro de lejos, te vigilo como una mamá oso que mira que sus cachorros no se caigan. porque sin poder explicar cómo, amo mucho de vos, y vos has amado mucho de mí sin haberme amado nunca.

6 de agosto de 2015

Prima

Hola primita, no te imaginas porque te escribo. Encontré esa carta que me escribiste hace casi 10 años, cuando eramos unas nenas que creían en muchas cosas, cuando ya eramos distintas, porque siempre lo fuimos, pero a pesar de eso nos queríamos montones. ¿Sabés? No te voy a negar que sos mi prima favorita, porque sos mi opuesto perfecto casi. Porque me acuerdo esos cumpleaños de tías viejas, donde te perseguía y te agarraba de los pelos, porque yo era una nena arisca, de pelo marrón, con lentes, actitud, agresividad, y vestiditos de colores que hacía pelota. Y vos eras una nena rubia, con ropita blanca, tranquila y sociable, eras una muñeca primi. Por eso te adoro, porque años después donde nada es tan claro, a pesar de todo seguís siendo mucho de lo que fuiste, de una forma mucho más adulta y mucho más responsable.
Ya sé, ¿Quién iba a decir que mi prima, la misma que siempre odio la escuela, iba a terminar cerrándonos el orto a todos y estudiando medicina, nada menos, y esforzándote con toda tu energía para ser lo que querés ser y llegar adonde buscas.
Y a pesar de que el amor no es mi fuerte, seguís siendo un espejo que adoro tener cerca, porque no devuelve mi reflejo, y porque me hace crecer gracias a eso.
En tu carta que nunca conteste, me preguntaste cómo estaba el chico que me gustaba a los 11 años, y curiosamente creo que puedo responderte, él esta bien, más que bien. Pasó dos años enteros siendo novio de una chica que lo traicionó, pero creo poder decir que ahora está bien, lleno de amigos, estudiando medicina también jajaja, pero acá, de todas formas es una buena persona y tengo esa sensación de que con el paso de los años solamente se va a volver más bueno y que algún día lo voy a ver siendo un padre de familia, con una esposa buena y hijos que lo van a adorar, y espero que algún día lo conozcas por esas cosas del destino, aún si nunca sabes que era él.
Releyendo una carta tan vieja, me viene a la mente que nuestra vida era tan simple, a vos te gustaba un Nahuel y con eso te alcanzaba en la vida, y yo no sé que hacía pero estoy más que segura que no era nada más complejo que eso.
Hay cosas que nunca te voy a decir en persona, precisamente porque siento que no las vas a entender, no porque seas vos, sino porque siento que sólo muy pocos las ven por mí. La verdad es que con 19 años sigo siendo virgen, y aunque a veces pienso que está mal, segundos después me acuerdo que la vida que vivo yo la eligo: que yo elegí ser lo que soy, usar la ropa que uso y hacer las cosas que hago; y que me encanta ser así, incluso si nada de eso me sirve para llamar la atención de un hombre. El punto es que sentí esa clase de amor una sola vez, y fue por un loco del que en realidad ni el nombre sé, pero fue tan claro que me devolvió alguna esperanza de no ser demasiado cerrada al mundo. A pesar de eso, tengo que decir que con el correr del tiempo me intento acostumbrar a la idea de vivir una vida en soledad, y que le encuentro ciertas ventajas, podría ser esa tía solterona que sus sobrinos adoran, puedo dejar mi vida por mi trabajo, o puedo tener un grupo de amigos que se junte a tomar y a reírse hasta envejecer, puedo tener mascotas, puedo viajar cuanto yo quiera, y puedo cocinar para uno el resto de mi vida. Y en el fondo eso no es malo, quizás pueda parecer triste, pero también es feliz, y es una forma de vida que no me molestaría.
No tengo en claro que quiero de la vida todavía, y simplemente no siento que lo vaya a tener en claro en breve, y a pesar de eso camino y me siento bien con el camino por el que voy, cosa que por hoy me alcanza.
Sigo con la misma familia chica y simple que conoces, incluyendo a los amigos de mis viejos, a sus hijos, que ya son casi mis primos en algún punto, y a todo ese conjunto de locas personas que me rodea. También tengo amigos que con los años mejoran y se empequeñecen, se vuelven menos pero con el amor y la confianza concentrándose, impregnándose en sus esencias.
¿Mi vida está en orden? Nunca. Y amo eso. Empiezo a entender a la gente que se pierde a propósito, empiezo a pensar que yo podría ser una de esas.
Te quiero, aunque decir que te extraño sería injusto, como la luna y el sol, estamos hechas para vivir lejos y mirarnos a distancia, y de esa forma apreciar la belleza de la otra, de nuestro complemento en esta vida.

Espacios

Yo valoro mucho el espacio, lo admito, me gusta tener un espacio propio y alejado de todos, me gusta ser quien maneja sus espacios. Pero a pesar de eso, me cuesta mucho separarme de cualquier cosa material que tenga una historia en mi vida, no soy buena tirando o regalando lo que tengo, no tanto por el uso o porque lo "coleccione", sino más porque siento que más allá de ese material inerte del que están hechos físicamente los objetos, hay telarañas sentimentales que nos llevan a otros lugares con sólo verlos.
Este año lo arranque de una forma distinta, lo empecé con algún que otro tropezón y decepción y con la firme promesa de pensar más en el futuro que en el pasado, de romper con aquellas cosas y personas que tienen la capacidad de tirarme para abajo, y de hacer un "clean break", una ruptura con lo anterior. Todo antes de los 20, si, es ambicioso al punto de rayar lo utópico, y no es del todo sano, pero es algo que quería vivir una vez en la vida y elegí hacerlo ahora.
Llevó un mes viviendo en mi casa, la de toda la vida, por las vacaciones de invierno, y obviamente cada vez que vuelvo miro con ojos extrañados mi pieza, el lugar donde me oculte del mundo tantas veces, mi cueva de tesoros y de sueños, mi lugar, mi universo. 
Ahora parece tan de nena, y no lo digo despectivamente, sino que simplemente lo parece, la miro y tiene el color que yo elegí en las paredes, la lámpara que yo compré colgando del techo, el escritorio que suelo extrañar, la biblioteca con los libros que tengo desde siempre, y que amo con el alma. Y todo parece lejano. Y me siento asfixiada. Necesito aire asique salgo al resto de la casa, y veo una casa que cambió horrores en estos años, que se puso linda, que fue refaccionada, que tiene sudor y esfuerzo de mis viejos por seguir haciéndola un hogar, que tiene planes para el futuro. Pero mi pieza se congeló en algún punto de 2013 que no puedo precisar, simplemente lo hizo. Y y quiero espacio.
Necesito lugar para poner las cosas que arrastro, y no hablo de nada material, sino de mis nuevas perspectivas, mis nuevas ideas, mis nuevos dolores de cabeza, todo eso requiere un lugarcito para que pueda seguir conectándome con este lugar.
Por eso, antes de que este año termine o cuando el que viene comience, alguna tarde de verano voy a sentarme y hacerme espacio, para todo, a poner en orden el desorden sentimental, a alinear, y a entender que uno tiene que soltar algunas anclas si quiere nadar libremente. No sirve soltarlas todas de golpe porque te perdes, te asustas, quedas a tu suerte en un océano inmenso, pero si tenemos que saber dejar, y cómo me duele dejar una parte de lo que fui, esas 6 agendas que retratan exacto a la Suspiro del 2008 al 2013, al día donde decidí dejar de usar agendas, porque empecé a darme cuenta de que no podemos controlar nuestro tiempo y menos dirigir nuestras acciones.
Y así, mientras el mundo sea mundo, y yo este en él, voy a venir acá y voy a verme reflejada en cada baldosa, en cada lugar, y voy a recordar el día que dejé ir un poco más, que sentí que el futuro requería que yo caminé hacia él sin pesos en los tobillos.

3 de agosto de 2015

Amores reales

Lo admito, me encanta soñar, imaginarme vidas con extraños y demás cosas. Por ende, estoy demasiado acostumbrada a pensar en el amor como esa cosa redonda y perfecta, como una de esas bolitas de gel que crecen con el agua, simplemente perfecta en su totalidad.
Y no voy a negar que si me siento a buscar películas puedo ver ese amor en cada una, sin problema encuentro ejemplos de todo lo que podría querer, incluso si eso se aleja del típico sueño de princesa que Disney vendió y vende desde hace tanto.
Pero a veces los mejores ejemplos de lo que uno podría querer los encontramos en la vida real, al punto de acostumbrarnos a tenerlos y verlos, y nos olvidamos de lo valiosos y especiales que son de por sí. No voy a hablar de mis viejos, aunque ame su tipo de amor, y perciba sus momentos de quiebre y de discontinuidad, que se resuelven con un buen chiste.
Hoy le quiero dedicar una página a todas y cada una de esas parejitas que me sorprendieron en esta vida, y tengo que admitir que no son pocas. Conozco el verso de que el amor no tiene edades, pero sin embargo me parece tan loco que mientras yo vivo mi juventud de una manera feliz y solitaria, otros la comparten con personas que tienen su misma edad, menos o más, pero que las hacen felices y a las que aman. La mayoría de ellas fueron realmente sorprendentes: esas personas que uno piensa que van a ser solteros de por vida, o como mínimo hasta los 30, esos otros que parecen demasiado insoportables como para que alguien los banque todos los días, los gatos, las putas, y demás personajes que uno simplemente espera que se pongan en pareja mucho después que uno, y te terminan sorprendiendo.
Por eso, los quiero felicitar. Primero, por ir en contra de las expectativas que personas como yo teníamos de ustedes, aún sin buscarlo les aseguro que nos cerraron la boca. Segundo, por a pesar de que muchos todavía están, como tantos otros, en la etapa de buscarse a ustedes mismos, de entenderse y de aprender a crecer; a pesar de todo eso ustedes eligen día a día compartir un camino de crecimiento compartido, de esperanzas y futuros que esperan vivir juntos, por negociar, ceder, y pelear, por cada discusión seguida de cada reconciliación. Tercero, por amar, sin ir más allá y sin importar nada, es una de las acciones que más nos cuesta hacer, es algo que todos tememos y que pocos consiguen, y ustedes son un ejemplo de ello. Cuarto, por compartir los momentos malos, los días de malhumor, las tardes aburridas, las rutinas monótonas, los rituales bobos, la historias repetidas, por todo eso que no podemos adivinar del otro hasta que convivimos con ello, hasta que pasa, y ahí está.
Seguro hay muchas razones más para felicitarlos, y seguro no les importa que alguien los felicite, y esa es la mejor parte. Muchas veces las personas hacemos cosas buscando algo, gloria, fama, dinero, pero el amor real es más complejo que eso y no nos garantiza ninguna de las tres, incluso si nos termina dando alguna de ellas. Y a pesar de no ganar nada de lo que compone el ideal de progreso típico, ese que nos enseñan a perseguir, ustedes siguen amando con paciencia y fuerza. Por el hecho de ver feliz al otro. Gracias por ser reales, y no un sueño en mi cabeza, gracias por mostrarme que podría encontrar a alguien que me quiera, no como ustedes se quieren, sino de una forma nueva, una que solamente él y yo podamos entender porque nunca antes se vio y nunca más se volverá a ver, porque sería nuestra: un hermoso producto de nuestras vidas yendo por un mismo camino, en un tramo y lugar determinados, sin más agregados que eso.

2 de agosto de 2015

Heridas

Cuanto más orgullo tenemos adentro, más fácil es que salgamos lastimados de cualquier situación. Es una cosa casi ilógica que uno sienta que puede manejar al mundo en algún sentido, y que si eso falla nos enojemos tanto, algo que parecía tan evidente de repente nos juega una mala pasada.
Y es que no podemos esperar que las personas piensen como nosotros, sientan como nosotros, tomen las decisiones que nos parecen correctas para ellos, o que las cosas salgan como las queremos solamente porque sentíamos que hacíamos las cosas bien...Es gracioso si lo pensamos, porque parece un chiste del destino ante nuestra actitud de comernos el mundo. Es como si dijera: "Ah, asique pensás que te podés pasar de viva.. Toma! Ahora vas a ver".
La mayoría de las cosas que me preocupan, lo hacen porque hieren mi orgullo, porque desafían a mi cerebro que creía que tenía las respuestas; porque siempre adivino, prejuzgo y supongo, y de un momento a otro las cosas simplemente se me dan vuelta y no sé como girarlas. Y saco de quicio a muchos de los que me rodean, a todos aquellos que son menos porfiados que yo, a los que simplemente son humildes y tratan de buscar paz, y a los que luchan para no llegar a los extremos que a veces alcanzo sin querer.
Lo sé desde siempre, soy tan porfiada que me pegaría con un martillo en la cabeza, si yo lo siento, es así, si yo lo digo, es así, y no me cierra ninguna otra postura, y me da tanta bronca que un "tenes razón" no se me escapa ni de pedo. Y admito que me da bronca ser así, pero también hay una parte de eso que me hace ser yo, y otra parte que me mantuvo a flote hasta hoy, porque si analizo mis logros, mis talentos, mis habilidades, yo se que nada de eso suma demasiado, entonces me escondo cómoda en mi cascarón de orgullo y amor propio, esperando saber darme cuenta cuando me pase de la raya y sea hora de amar a los otros, de hacerlos sentir queridos. Pero hasta que la luz roja de "La persona enfrente tuyo está mal" no se prende, me quedo en mi barco en medio del mar donde vivimos cada día, remando contra la corriente, o a favor, dependiendo del día.
En fin, como soy mala diciendo algunas cosas en la cara, voy a hacer una lista de perdones que todos deberían saber en algún momento:
Perdón por no ser una buena compañera, y por ser más una carga que una ayuda.
Perdón por enojarme por cosas estúpidas y en las que no debería meterme, porque son tus decisiones.
Perdón por no saber demostrar gratitud siempre.
Perdón por olvidarme de donde vengo a veces, soy joven y a veces me enfoco mucho en el hoy y dejo gente tirada en el camino.
Perdón por odiar tanto.
Perdón por no saber tirarme atrás a tiempo.
Perdón por fallarte.
Perdón por no ser más como pensabas que iba a ser, y no haber sabido mostrarlo a tiempo.

1 de agosto de 2015

Miscelanea

Personas que llegan al mundo, abren los ojos azules y buscan comprenderlo todo con solo una mirada, y mientras estas llegan otras se van en circunstancias raras y complejas, que nadie entiende del todo excepto una persona que nadie conoce hoy, y no hablo de algo intocable como Dios, sino más bien de algo concreto como un asesino.
Mientras el mundo corre rápido a un ritmo que nadie comprende y todos siguen, en el medio de una montaña metafórica como los sueños, puedo encontrar con facilidad la paz de sabernos anormales, descomunales por el hecho de ser simple y profundamente imperfectos.
Mientras construyo castillos en el aire con los sueños de un posible e inalcanzable amor, me convenzo con más fuerza de que estar sola esta bien, y que esa soledad no es total o insoluble, sino más bien una decisión apresurada por mis ánimos de reflexión.
Y no entiendo nada, como siempre fue, pero algo es, pero en algún punto el mundo cambia su ritmo rápido no solo en los libros sino también en mi mente, y paso de el asombro de mirar todo como sin creerlo, sintiéndome afuera de la atmósfera rara que se respira, para minutos después ser una más en el mapa que no siente ni vive nada demasiado fuera de lo normal pero que requiere sentirse especial para que todo "tenga sentido", un sentido utópico que por lo menos yo nunca encuentro. y bajo a tierra y estoy corriendo y no sé con bastante precisión adonde, y me admito asustada pero tengo más miedo de parar que de seguir corriendo y por eso corro.
A veces las voces familiares de las personas con las que crecí y a las que quiero, aunque jamás lo vaya a admitir, me recuerdan que las melodías valen la pena. Que todavía el arte tiene mucho por darnos, y que no se resiente por el hecho de que no le hayamos entregado nuestra vida, que se banca esperar a que lo hagamos pasar, a veces después de la carrera, de los amigos, de la familia, de la casa, del sueño atrasado, del tiempo escaso, y del cansancio que creemos tenemos.
Daría todo por ver a muchos bien, pero también tengo que entender que no podemos envolver a las personas en burbujas de plástico y esperar que se queden sentadas mientras nosotros nos sentimos héroes por salir a la calle a vivir el día a día.