Y aunque nunca lea esto, yo sé bien que necesito hacerlo. Asique empecemos:
¿Qué puedo decirles de ella? Muchas cosas sin duda, la primera que es pisciana, igual que yo, y ya eso me dio un indicio de que me iba a caer bien. La segunda, que es una mina tranquila la mayor parte del tiempo, otra cosa en la que nos parecemos. Y por último, la tercera es que es paciente, sin duda la persona más paciente que conocí en mi vida.
Todas esas cosas mezcladas, logran que alguien conviva 7 meses conmigo y siga queriendo hacerlo por 3 meses mas. Una cosa nunca antes vista. Y es que lo rompebolas que puedo llegar a ser, mis cambios de humor repentinos, mi verborragia casi constante y mi agresividad recurrente, hacen que nunca sea fácil conseguir a alguien que tenga ganas de pasar mucho tiempo conmigo.
Pero la suerte nos unió, y por una de esas casualidades de la vida le tocó compartir cuarto conmigo, y a mí me tocó conocer y convivir con una de esas personas que cambian la manera de ver las cosas, que te hacen crecer como persona con el solo hecho de ser como son.
Sé que puede sonar un poco aburrido pensar que voy a hablar toda una entrada sobre ella, pero vale la pena. Si pudiera haría que todos la conozcan. Pero como no se puede, voy a seguir hablando. No sé cuantos de los que leen el blog alguna vez convivieron con alguien viviendo "solos", valga la redundancia. El punto es que cuando te mudas solo, por más listo mentalmente que estés, hay cosas que no sabes hacer, que no queres hacer y que nunca tuviste que hacer. Y eso es jodido para cualquiera, y ahí entró la influencia de M en mi vida, ella me enseña día a día a ser responsable, me enseña a madurar, a encarar las cosas de una manera más conciliadora, más positiva, que yo sola decididamente no alcanzo.
Conocer personas tan maduras, tan armadas en su vida, firmes en su cimiento, tan seguras de si mismas y de lo que tienen que hacer, sin duda es un placer. Porque aunque no quieras, aunque seas una porfiada muy porfiada, algo de esa madurez se te pega. Y de a poco te das cuenta de que la persona que tenes al lado no es solamente una amiga, una compañera de cuarto, una chica en la misma situación que vos, sino que también es tu vieja, cuando te dice algo que no queres escuchar, cuando se preocupa por vos; también es tu hermana, cuando, cansada de retarte, te hace la gamba y te aconseja para que las cosas salgan bien; también es tu gemela, cuando se entienden sin hablar, se rién de algo que no es gracioso para los demás pero que si lo es para ustedes, y cuando se miran y ya saben como esta la otra.
Todas esas funciones, la familia completa, es una compañera de cuarto. O por lo menos, la mía.
Nunca te voy a poder agradecer lo que me bancaste, me bancas y todo lo que me hiciste crecer como persona. Porque tan buena gente no se consigue en cualquier lado, y por eso aunque casi nunca lo exprese sos mi hermana, hoy y siempre.