Siento a veces que luchar contra lo más cínico que tenemos es la lucha más gede que vamos a tener en la puta vida. En este preciso momento de mi vida y de mi día debería estar redactando un parcial online en la comodidad de mi casa, pero todo lo que puedo sentir es rabia, me molesta que las cosas no salgan como quiero, no sean lo que espero ni tampoco lo que me prometen.
Lo que más me cuesta de esta cuarentena del mal es eso, luchar un toque con la sensación de que todo es para peor y cambia siempre mal, todo mal.
Me acostumbre a la casa, cocino y limpio mejor y más que antes, me amigue conmigo en tantas cosas, me siento más auto suficiente, más llena, más dedicada a mí primero.
Y duele esta vida en las primeras semanas, y me hizo mal, me tiro para abajo, pero pasó. Siempre tuve la ventaja y el desafío de hacer mis duelos a tiempo, ni antes ni después, yo duelo cuando me pasa. Las personas de mi vida casi siempre no, y puedo estar para soportar sus penas, pero también me canso del dolor.
Mi mambo siempre es el mismo, como me gusta a mi: Yo vivo las cosas con intensidad y amor, la pasó bien y mal, lloro y me rió zarpado, siempre sosteniendo que se puede terminar pero que lo quiero vivir. Y me sirve, hasta que todo cae. Y ahí se hace más jodido volver a ponerle onda, volver a ponerle ganas a decir "che dale, esperemos lo mejor". Me gustaría que suene menos clásica peli de Hollywood pero no me pasa.
A su vez respeto ante todo a mi instinto y a mi comprensión de todo. Si yo siento que pasa, pasa. Capaz el tiempo tarda en darme la razón, o a veces le erro, pero siempre lo sostengo. Puedo ver claro que pasa muchas veces, y a veces otres no, pero eso no hace que deje de sentir que va a estar bien. Eso me sostiene. Saber que siento que todo puede estar bien.
Hoy, 100 y pico días después, me cansé de todo pero sobre todo de lo que le pasa a la gente con vos, cuarentena careta que esconde miedo. No se que tan real sea el virus, pero vos sos real y me rompes las pelotas.
Extrañaba mi pequeño lugar cuadrado. Te quiero.
