3 de julio de 2013

Siguiendo el camino amarillo

Hace poco leyendo un libro de un autor que enserio admiro, encontré algo interesante, él piensa que creer y crear son palabras muy parecidas, tanto que sólo las diferencia una letra. Eso me puso a pensar, en los esfuerzos, los que hacemos todos los días, esos que a veces nos parecen tan insignificantes, y otras veces nos parecen grandes desafíos que cambian nuestras vidas.
¿Hasta que punto hacemos esfuerzos? Todo el tiempo hay personas muriendo, cosas que hay que cambiar en todo, nuestra forma de pensar, de vivir, y a veces simplemente parece que todo lo que nosotros hacemos creyendo que estamos cambiándolo todo, en realidad no cambia nada. Tan acostumbrados a dejar los pensamientos para después, a veces nos olvidamos que todavía están ahí, que esperan que nosotros accionemos y vayamos atrás de lo que queremos.
Decimos que muchas cosas nos parecen injustas, malas, o simplemente boludas, pero todavía las seguimos haciendo. Es cierto que el cambio nos asusta, por lo menos a mi, pero también es cierto que el cambio nos refleja, nos da la oportunidad de reinventarnos, de ser otra versión de nosotros, una que sea más acorde a lo que enserio somos o queremos ser.
Si bien sé que hay muchas personas que no se cuestionan tanto las cosas como yo lo hago, también sé que hay muchas personas que son perfectamente conscientes de lo vacías que estan algunas cosas en su vida, de las cosas que hacen sólo por ser lo que los otros quieren, algunas veces mi incluyo en esto último, otras no. Pienso que la única forma real de dar un paso firme, es ir cambiando el camino con nuestra mente, es buscando ese paisaje por donde nos gustaría ir, ese lugar que queremos como escenario de nuestra vida, porque somos caminantes, vamos todo el tiempo avanzando, retrocediendo, dudando, y pasamos nuestro tiempo pensando adonde nos gustaría llegar, pero ignorando cómo, por donde y sobre quién tenemos que pasar para conseguirlo.