20 de diciembre de 2016

Resto

"Hay un resto que no es posible de ser significado", esa podría ser una de las frases de alguna clase introcutoria al psicoanálisis tranquilamente, y suena tan sofisticada que de a ratos te olvidas de que la llevas hecha carne, de que no te la podés sacar de encima, de que es una de las cosas que tenés en la "mochila", que todos traemos con nosotros adonde vamos. Es que a veces la teoría se disfraza de exquisita, y se te va.
Pero en sí no se va nada, porque todos sabemos lo que es tener un resto que no podés ver, el ángulo que te queda por detrás del hombro, ese que por mucho que te gires no lo ves, y que se mueve al mismo ritmo que tu cuello.
Yo sé que cargo ese resto solamente cuando otro me lo dice, cuando me avisan que lo tengo, como si fuera una mancha en la remera. No se muy bien cuál fue el primero que me señalaron, pero si me acuerdo de cuando me enteré que ponía los ojos en blanco cuando pensaba, o cuando alguien decía algo que no me cerraba, o cuando hablaba una persona que no me fumaba, en fin, muuchas veces al día.
Sino les puedo hablar de la primera vez que alguien me dijo que era muy psicologa, y que veía cosas que las otras personas no, eso no lo dimensioné hasta una banda de tiempo después, pero si me di cuenta al toque de como eso se repetía, y seguía apareciendo, de lo fácil que me era muchas veces que la gente me cuente las cosas. En algún momento del camino me creí el papel, o lo hice parte de mí, no sé muy bien todavía.
Lo ví en otras personas también, en la forma en que les cambia la cara cuando vos decís algo que les choca, algo que los viene definiendo, que para vos es más que evidente y que ellos nunca vieron, ver como hacen muecas tratando de ver, de ver si eso se ajusta a como se pensaban a sí mismos, verlos darse cuenta de que sí, si les va.
Si nos ponemos a rastrear llegan hasta lugares impensados, hasta historias donde personas de 50 y pico se avivan de que sus compañeros de la primaria ya veían en ellas algo en particular, como el hecho de ser la "mamá" del grupo, la que cuida y protege, y ver como eso siempre siguió siendo así, sin cambiar, eso quedó.
Hay mucho que vengo masticando hace tiempo, vengo haciendo promesas, vengo hablando del tema, y sin embargo me indigno y me enojo de golpe, con la furia de creerme que puedo tener una mente abierta a muchas cosas, y de que las demás personas no pueden hacer eso. Yo no sé si mi cabeza es tan abierta como la supongo, no se si las respuestas estarían claras aunque algunos admitan sus errores o sus límites, no sé si ayuda en algo que yo admita los míos, o si solamente después de hacerlo debería ser capaz de exigirles eso a los demás.
Supongo que ese es mi resto, es lo que cargo y me cuesta masticar, sumale todas esas cosas que ni me planteo y que a veces surgen y me flashan. Supongo que, como todos lo llevamos, de a poco me voy a sentir más cómoda con él, voy a aprender a tenerle y tenerme más paciencia, y a saberlo atrás mío siempre, así como lo percibo en todas las otras personas.
Al final del día con el resto no puedo hacer mucho más que con la vida en sí, simplemente puedo suponer y creer que en algún sentido eso que supongo puede ser cierto, esperar que lo sea, para que en otro momento me de cuenta de que no lo es, y suponga otra cosa, y asi giren las ruedas locas de esta vida infame y tan necesaria.

Todo lo que escupiría en la cara de muchos

No sos mejor eh, no te las sabés todas, no conoces tan bien a las personas que decís que conoces, no sabés. Y yo tampoco sé siempre, pero a veces sé, y saber me da tanto poder como el que me quita. No puedo correrte, no puedo romperte la cara, no puedo culparte ni siquiera.
Sos lo que te hicieron, lo que te marcaron, lo que te dejaron para que trabajes, sos lo que salió. Pero tampoco te eximó, porque sos lo que te dejaste hacer, lo que te dejaste ser, y lo que hiciste con lo que te dieron, y en eso no hay quien te salve.
Tenés más miedos que certezas, yo a eso lo veo claro, y hasta te los enlisto:
  • Miedo de que ella pueda seguir sin vos, y vos no sin ella.
  • Miedo de que los demás, al no necesitarte, no te quieran ver.
  • Miedo a que las cosas no sean lo que imaginaste.
  • Miedo a nuevo, a lo que puede ser si no lo controlas.
  • Miedo a que lo que se vivió se vaya a la mierda.
  • Miedo a hacerte cargo de tus palabras.
  • Miedo a la soledad.
  • Miedo al que dirán.
  • Miedo a perder en tu juego.
  • Miedo a la fortaleza ajena, y envidia de eso.
  • Miedo que la otra persona pueda ir ligera por la vida, sin vos.
Son muchos, están mezclados, y tienen que ver con todas las situaciones de mierda que vi, con la falta de una mínima noción de como podemos lastimar si nos lo proponemos, y de como de alguna manera, todo parece valer demasiado, y justificar mucho más.
No quiero hacer una especie de denuncia crítica de aquello de lo que sé que soy capaz, no puedo no justificar la violencia siendo que en más de un momento me ha parecido una opción, pero si puedo cambiar eso, y si puedo lentamente diluir un poco más en agua la fuerza de las cosas cuando las siento, para que los impactos no sean tan graves. La vida es jodida, eso es así y en sí nadie sabe muy bien adonde está parado,menos cuando algo límite pasa, o cuando las cosas cambian de golpe.
La libertad se gana a costa de la pérdida, eso lo aprendí de un amigo, y soy todavía incapaz de verle todas las aristas, pero en eso voy. El ir ligeros por la vida, no es tanto una señal de la falta de miedos, sino más bien un reconocimiento de las certezas que tenemos, que nos sostienen y nos bancan.

(Re) construir

Llevo todo el bendito año hablando de lo difícil, lo transformador y lo intenso que fue este año, y todavía siento que las palabras no me alcanzan del todo, dudo que en algún momento lo hagan.
Como es habitual, el fin de año, el tiempo al pedo, los reencuentros y la vuelta a las raíces, me llevan por las ramas de la nostalgia y la angustia, a veces me apabullan un poco, algo así como el ruido que hacen cuando vas en un colectivo y se chocan con las ventanillas.
Es mucho, fue mucho, va a ser mucho. Y nos va a tomar una bocha de tiempo entender todo lo que paso, poder recorrerlo con la mirada y saber ver en donde mierda fue que todo empezó a girar, adonde hicimos los clicks, adonde fue lo que erámos y como llegamos adonde estamos.
Hubo violencia, mucha, realmente es algo que abruma con sólo saber que pasa, ni les digo si uno intenta acompañar. Y no niego que la mayoría de los momentos donde mejor me sentí en el año fueron los que se interrumpieron por un mensaje, por una llamada, por algún tipo de aviso de que las cosas estaban mal, de que las personas que quiero y valoro estaban viviendo cosas que no se pueden esperar.
Hasta hoy, justamente hace unas horas, sigo haciendo lo mismo que empecé a hacer hace un largo tiempo ya: sigo intentando entender como se suelta, como se afloja, como se sostiene una en la impotencia de las situaciones, como se respira cuando se sienten las paredes alrededor, como te quedas cuando todo lo que querés hacer es irte, como te parás y la seguis bancando, como te callas, como ves sin opinar, como de a poco ves que aunque hay mucho que podés hacer, la mayor parte de las veces no está en tus manos. Me cuesta horrores, de eso no tengo duda, me transformo en el momento en que lo veo, me enloqezco y me dan ganas de derrumbar al mundo y a sus "espelndores", me dan ganas de patearle las miserias a las personas, de abrazar, de calmar, pero más que nada de correr a quebrarle una pierna al que quiera patear las sucepctibilidades que adoro. No, no se puede, no se puede vivir en un momento, ni en un sentimiento, ni en un arranque, se puede vivir, y hacer lo más que nos salga.
De a poco entiendo que se reconstruye todo siempre, de a poco abrazó a las teorías que me mueven y me vuelan la cabeza, que me dejan fascinada, de a poco voy.

1 de diciembre de 2016

Cho

Odio mis clichés, mis repeticiones locas, mis "lo de siempre", pero si pasan lo mínimo que puedo hacer es regalarles un espacio acá, porque para que no vuelva(s) tengo que sacarlo en algún lado.
No sos especial, y lo sabes tan bien que me apabulla. Jodido fue conocer a alguien que tenga ese espíritu, porque el espíritu es lo que más te envidio, esa forma de caminar la vida, esa cosa de ligereza, de no sentir que sobras, de no sentir que haces falta, de saberte ser relajado y que eso te respire siempre, en cada momento.
Tenes que entender, para alguien tan acostumbrada a dar vueltas como yo, un pibe que como vos pesa tan poco en lo cotidiano, y a su vez deja huellas que dan tanta cuenta de quien sos, si, me atraes, es turbio admitirlo pero me atraes.
Ahhg, me da bronca, bronca de saber que compartimos tanto y que valio tanto la pena, que vale.Y es que sos mi amigo, y te banco, siempre, y te hago jodas y te respeto, y puedo hablar y siempre hablamos, y ahi vamos en esa complicidad tan simple. Y de a ratos, cuando ya no la quiero callar, me salta una espina, y esa espina es que esta complicidad me encantaria que creciera y se hiciera un árbol, y nos envuelva y nos deje llevarnos.
Pero no, no porque cuando te empecé a conocer más vi todo lo que quiero reflejado en tu relación con otra persona, y me hizo bien verlo, y en algún punto se me apagó una llama porque te vi tan encendido por alguien más. Te gusta lo difícil negro, no hay otra.
Y hoy saber que eso no está, me dan ganas de salir y correrte, na, ni siquiera, me dan ganas de traerte a mi casa, de darle un lugar en este espacio que conoces tan bien, de construir un algo que sea firme, y eso que construir no es una cosa que una haga con cualquiera.
Pero eu, tranca, vamo a calmarno, a dejar que todo sea, a dejarnos ser, y voy a dejar esto de lado porque no quiero que me persiga más cual sombra de lo que no es, no quiero apostar sobre algo con lo que me ha ido tan bien, es de mala suerte.